Un popular fármaco anti-COVID estaría ayudando al SARS-CoV-2 a mutar
26/09/2023
Una nueva investigación ha encontrado que el fármaco antiviral molnupiravir (Lagevrio) que se ha estado utilizando en el tratamiento del COVID-19 puede incrementar el riesgo de que el coronavirus SARS-CoV-2 evolucione y desarrolle nuevas variantes que se transmiten a la población, aunque no se ha determinado si estos virus mutados son más peligrosos para los pacientes, o si tienen la capacidad de evadir las vacunas.
El estudio ha sido realizado por científicos de la Universidad de Cambridge, el Instituto Francis Crick, el Imperial College de Londres, la Universidad de Liverpool, la Universidad de Ciudad del Cabo y la UK Health Security Agency (UKHSA), y sus resultados se han publicado en la revista Nature.
El mecanismo de actuación de este medicamento consiste en alterar el genoma del virus, lo que hace que desarrolle mutaciones aleatorias a medida que se replica y esto debilita el virus con el objetivo de impedir la replicación y permitir que se elimine la infección. Sin embargo, los resultados del estudio demuestran que, en algunos casos, las formas mutadas del virus se han podido transmitir de pacientes tratados con molnupiravir y propagarse dentro de la comunidad.
“Molnupiravir es uno de varios medicamentos que se utilizan para combatir el COVID-19. Pertenece a una clase de medicamentos que pueden hacer que el virus mute tanto que lo debilite fatalmente. Pero lo que hemos encontrado es que, en algunos pacientes, este proceso no mata todos los virus y algunos virus mutados pueden propagarse. Es importante tener esto en cuenta al evaluar los beneficios y riesgos generales del molnupiravir y medicamentos similares”, ha declarado el Dr. Christopher Ruis, del Departamento de Medicina de la Universidad de Cambridge.
Los virus con esta firma de mutaciones habían comenzado a surgir casi exclusivamente a partir de 2022 y en países y grupos de edad donde molnupiravir se usaba ampliamente para tratar el COVID-19
Molnupiravir se utiliza para tratar el COVID-19 desde finales de 2021 y está aprobado en varios países, como Reino Unido, Estados Unidos y Japón. La EMA (Agencia Europea del Medicamento), sin embargo, decidió no recomendar la comercialización de este fármaco por considerar que sus beneficios no habían sido demostrados.
Un medicamento que altera el genoma del coronavirus
En organismo del paciente molnupiravir se convierte en una molécula que altera el genoma del SARS-CoV-2, introduciendo algunas mutaciones de nucleótidos en su ARN, cambiando de manera aleatoria algunas C en T y algunas G en As. Estos cambios significan que, a medida que se replica, el virus se va debilitando y esto disminuye su capacidad para replicarse y favorece la eliminación del virus del cuerpo. Sin embargo, existe la posibilidad de que virus mutados no sean eliminados con la suficiente rapidez y se puedan transmitir a otros individuos, lo que permitiría su propagación.
Durante la pandemia de COVID-19, varios países, encabezados por el Consorcio COVID-19 Genomics UK liderado por Cambridge, secuenciaron muestras de virus y guardaron la información en bases de datos, lo que permitió a los científicos y a las agencias de salud pública rastrear la evolución y propagación del virus y buscar las denominadas “variantes preocupantes”: versiones del virus con mutaciones que podrían hacerlos más transmisibles, más letales o capaces de evadir el sistema inmunitario de las personas vacunadas, como las variantes delta y ómicron.
Un grupo de científicos del Reino Unido y Sudáfrica observó una serie de genomas virales con una gran cantidad de mutaciones, específicamente donde Cs había cambiado a Ts y Gs a As. Aunque las mutaciones de C a T son relativamente comunes en la evolución del SARS-CoV-2, las mutaciones de G a A son mucho menos frecuentes y una mayor proporción de mutaciones de G a A se asocian con el tratamiento con molnupiravir.
El equipo analizó después un árbol genealógico de más de 15 millones de secuencias de SARS-CoV-2 registradas en las bases de datos para identificar las mutaciones que se habían producido en cada punto de la historia evolutiva del virus. Descubrieron que los virus con esta firma de mutaciones habían comenzado a surgir casi exclusivamente a partir de 2022 y en países y grupos de edad donde molnupiravir se usaba ampliamente para tratar el COVID-19.
Para confirmar el vínculo, los investigadores examinaron los registros de tratamiento en Inglaterra y descubrieron que al menos uno de cada tres virus que mostraban la firma mutacional implicaba el uso de molnupiravir. Además, observaron pequeños grupos de pacientes infectados con virus mutados, lo que sugiere que estos nuevos virus se transmitían de una persona a otra. Sin embargo, hasta ahora ninguna de las variantes conocidas que preocupan se ha relacionado con el uso de molnupiravir.
“La COVID-19 sigue teniendo un efecto importante en la salud humana y algunas personas tienen dificultades para eliminar el virus, por lo que es importante que desarrollemos medicamentos que tengan como objetivo acortar la duración de la infección. Pero nuestra evidencia muestra que un fármaco antiviral específico, molnupiravir, también produce nuevas mutaciones, lo que aumenta la diversidad genética en la población viral superviviente”, ha señalado el Dr. Theo Sanderson, del Instituto Francis Crick.
“Nuestros hallazgos son útiles para la evaluación continua de los riesgos y beneficios del tratamiento con molnupiravir. Es necesario tener en cuenta la posibilidad de mutaciones persistentes inducidas por los antivirales para el desarrollo de nuevos fármacos que funcionen de forma similar”, concluye el experto.
Actualizado: 26 de septiembre de 2023