Descubren 95 regiones del genoma ligadas al riesgo de estrés postraumático

Un enorme estudio genético de más de 1,2 millones de personas revela diferencias en el genoma vinculadas al riesgo de desarrollar trastorno de estrés postraumático (TEPT), ofreciendo nuevas perspectivas para futuras estrategias de tratamiento y prevención.
Investigador científico trabajando con el genoma humano

19/04/2024

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se produce tras vivir una experiencia traumática y puede manifestarse con pensamientos intrusivos, cambios del estado de ánimo, problemas para conciliar o mantener el sueño, ansiedad, o miedo ante lugares y situaciones que recuerden al hecho que ha provocado el trauma, entre otros síntomas que afectan significativamente a la calidad de vida de aquel que lo sufre. Aproximadamente el 6% de las personas expuestas a un trauma desarrollan este trastorno, pero los científicos aún no comprenden la neurobiología subyacente al TEPT, y por qué no todo el mundo lo desarrolla tras sufrir un trauma.

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El estudio genético más grande y diverso sobre el trastorno de estrés postraumático realizado hasta la fecha, en el que se han analizado datos de 1.222.882 personas, ha identificado 95 puntos específicos dentro del genoma, conocidos como loci, asociados con el riesgo de desarrollar TEPT, incluyendo 80 que no se habían identificado antes. En esta investigación, llevada a cabo por el grupo de trabajo de TEPT dentro del Consorcio de Genómica Psiquiátrica, en colaboración con Cohen Veterans Bioscience, además se descubrieron 43 genes que parecen desempeñar un papel en la aparición del TEPT.

“Este descubrimiento valida firmemente que la heredabilidad es una característica central del PTSD según el mayor estudio genético del PTSD realizado hasta la fecha y refuerza que existe un componente genético que contribuye a la complejidad del PTSD”, ha declarado Caroline Nievergelt, coautora principal del estudio y profesora del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California en San Diego

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Los resultados se han publicado en la revista Nature Genetics y no solo confirman la base genética previamente descubierta del TEPT, sino que también ofrecen nuevos objetivos para futuras investigaciones que podrían conducir a desarrollar nuevas estrategias de prevención y tratamiento de este trastorno. Karestan Koenen, autor principal del estudio, miembro del Instituto Broad del MIT y Harvard y del Centro Stanley para la Investigación Psiquiátrica, comentó que es un hito importante para la genética del TEPT.

Un avance que ayudará a prevenir y tratar el estrés postraumático

Estudios genéticos y de gemelos anteriores, incluida una investigación realizada por el mismo equipo en 2017 y un estudio ampliado en 2019, mostraron que el trastorno de estrés postraumático tiene un componente genético y que muchos genes contribuyen a la afección. Pero estos análisis apuntaron a diferentes loci genéticos en todos los conjuntos de datos, y muchos estudios tuvieron dificultades para distinguir los loci que eran específicos del riesgo de PTSD de aquellos que también estaban relacionados con afecciones como la depresión y las enfermedades cardiovasculares.

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El nuevo trabajo incluyó datos de 88 estudios diferentes de asociación del genoma completo, analizando información genética de más de 1,2 millones de individuos, incluidos cerca de 140.000 con TEPT, alrededor de 50.000 de ascendencia africana (incluidos aproximadamente 12.000 con TEPT), y cerca de 7.000 de ascendencia nativo-americana (casi 2.000 con TEPT).

"Este metaanálisis demuestra firmemente que la variación genética contribuye a la biología del riesgo diferencial de trastorno de estrés postraumático y ayudará a prevenir y tratar el impacto devastador del TEPT”

El metaanálisis reveló que 95 loci están fuertemente asociados con el TEPT, incluyendo varios genes que afectan a las neuronas, neurotransmisores, canales iónicos, sinapsis, y los sistemas endocrino e inmunológico. Aunque estudios anteriores habían encontrado una mayor prevalencia de TEPT en mujeres, los investigadores no hallaron evidencia de esto en sus datos. También se exploraron regiones cerebrales como el cerebelo, y se encontró que interneuronas podrían estar implicadas en el riesgo de TEPT.

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“Este metaanálisis demuestra firmemente que la variación genética contribuye a la biología del riesgo diferencial de trastorno de estrés postraumático y proporciona un punto de apoyo esencial para avanzar en nuestro objetivo más amplio de comprender las vías de las enfermedades para prevenir y tratar el impacto devastador del trastorno de estrés postraumático”, ha declarado la Dra. Magali Haas, fundadora y presidenta de la junta directiva de Cohen Veterans Bioscience.

Al integrar vías presuntamente identificadas genéticamente y terapias conocidas con aplicación a otros trastornos neuropsiquiátricos, puede surgir apoyo para terapias adicionales para el trastorno de estrés postraumático. Esta investigación refuerza que existe un componente genético que contribuye a la complejidad del trastorno de estrés postraumático y brinda la oportunidad de eliminar el estigma que a menudo se relaciona con el diagnóstico de trastorno de estrés postraumático, concluye esta experta.

Actualizado: 19 de abril de 2024

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