Descubren que el intestino es un prometedor objetivo para los antidepresivos
13/12/2024
Se considera que el intestino es nuestro segundo cerebro; de hecho, ambos órganos mantienen una relación que explica por qué una buena salud intestinal es clave para el bienestar emocional y psicológico. Un nuevo estudio ha encontrado ahora nuevas conexiones entre el intestino y el cerebro que resultan prometedoras para el desarrollo de tratamientos más específicos contra la depresión y la ansiedad, y que también podrían ayudar a prevenir problemas digestivos en los niños al reducir su exposición prenatal a los antidepresivos.
El estudio se ha publicado en la revista Gastroenterology y muestra que aumentar la serotonina en el epitelio intestinal (la fina capa de células que recubre el intestino delgado y grueso) mejora los síntomas de ansiedad y depresión en estudios realizados con animales. Los investigadores también descubrieron que, en los seres humanos, el uso de antidepresivos durante el embarazo aumenta el riesgo de que los bebés sufran estreñimiento en el primer año de vida.
"Nuestros hallazgos sugieren que puede haber una ventaja en dirigir los antidepresivos selectivamente al epitelio intestinal, ya que el tratamiento sistémico puede no ser necesario para obtener los beneficios de los medicamentos, pero puede estar contribuyendo a los problemas digestivos en los niños expuestos durante el embarazo", dijo Kara Margolis, directora del Centro de Investigación del Dolor de la Universidad de Nueva York que ha dirigido el estudio junto con Mark Ansorge, profesor asociado de neurobiología clínica en la Universidad de Columbia.
Conexión entre la serotonina en el intestino y el estado de ánimo
Los antidepresivos, incluidos los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) están indicados para la depresión, la ansiedad y los trastornos de la personalidad. Estos medicamentos se consideran seguros, pero pueden tener efectos secundarios como problemas gastrointestinales y ansiedad, sobre todo al inicio del tratamiento con un ISRS, lo que puede hacer que los pacientes abandonen el tratamiento. Los antidepresivos también plantean problemas durante y después del embarazo debido a su capacidad de atravesar la placenta y la leche materna.
Los ISRS actúan bloqueando una proteína llamada transportador de serotonina, lo que eleva los niveles de serotonina en el cerebro. Sin embargo, la gran mayoría de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino, y el transportador de serotonina también recubre los intestinos. "En el caso de los medicamentos psiquiátricos que actúan sobre los receptores del cerebro, muchos de esos mismos receptores se encuentran en el intestino, por lo que hay que tener en cuenta los efectos sobre el desarrollo y el funcionamiento del intestino", ha explicado Margolis.
Para entender mejor la conexión entre la serotonina en el intestino y el estado de ánimo y los trastornos gastrointestinales, los investigadores estudiaron varios modelos de ratones en los que se eliminó o bloqueó el transportador de serotonina. Estudios anteriores dirigidos por Margolis revelaron que los ratones criados para carecer del transportador de serotonina en todo el cuerpo, así como los ratones que fueron expuestos a ISRS durante y después del embarazo, experimentaron cambios en el desarrollo del sistema digestivo y disfunción en la motilidad intestinal.
En el nuevo estudio los investigadores analizaron el papel de la serotonina en el intestino específicamente estudiando ratones que carecían del transportador de serotonina en el epitelio intestinal, ya sea durante el desarrollo (imitando la exposición a un ISRS durante el embarazo) o en la edad adulta temprana (similar a tomar un ISRS en la edad adulta).
"Restringir un antidepresivo para inhibir el transportador de serotonina solo en el epitelio intestinal podría evitar estos efectos adversos y limitar la transmisión del fármaco durante el embarazo y la lactancia"
La eliminación del transportador de serotonina del epitelio intestinal aumentó los niveles de serotonina y produjo mejoras en los síntomas de ansiedad y depresión en ambos grupos de ratones. También los protegió de los efectos adversos sobre la digestión y la motilidad que se detectaron en investigaciones anteriores en las que el transportador de serotonina faltaba o estaba bloqueado en todo el cuerpo.
Los investigadores también determinaron que los nervios vagos (una vía de comunicación clave entre el sistema digestivo y el cerebro) son la vía por la que la serotonina en el epitelio intestinal modula el estado de ánimo. Al interrumpir esta comunicación en ratones en una dirección (del intestino al cerebro), se eliminaron las mejoras en la ansiedad y la depresión.
Para explorar si el bloqueo del transportador de serotonina en humanos conduce a problemas digestivos similares a los observados en ratones, los investigadores también analizaron el uso de antidepresivos durante el embarazo. Estudiaron a más de 400 parejas de madres (una cuarta parte de las cuales tomaban antidepresivos [ISRS] o IRSN) y a sus bebés, y los siguieron durante el embarazo y durante el primer año de vida de los niños. El uso de antidepresivos durante el embarazo aumentó significativamente el riesgo de que un niño sufriera estreñimiento funcional, una IDG muy común que puede ser dolorosa, durante su primer año de vida.
"Hemos descubierto que, al cumplir un año de edad, el 63% de los niños expuestos a antidepresivos durante el embarazo sufrían estreñimiento, en comparación con el 31% de los niños cuyas madres no tomaban medicación", afirma Larissa Takser, profesora de pediatría de la Universidad de Sherbrooke en Québec y una de las autoras del estudio. "Este hallazgo sugiere una posible conexión entre los niveles de serotonina en el útero y el desarrollo intestinal, y abre nuevas puertas para examinar las propiedades de los ISRS que no se habían estudiado anteriormente".
Los investigadores advierten firmemente que estos hallazgos no deberían cambiar la práctica clínica ni influir en si las madres continúan tomando ISRS durante el embarazo debido al riesgo de estreñimiento en sus hijos, dados los riesgos conocidos de depresión y ansiedad materna no tratada. "Estas no son pautas clínicas, sino un llamamiento para que se realicen más investigaciones sobre la conexión entre los ISRS, la serotonina y el intestino", dijo Margolis. "Se recomienda que las madres y los médicos consideren juntos las opciones de tratamiento que han demostrado ser exitosas, incluidos los medicamentos y la terapia cognitivo conductual".
En conjunto, los hallazgos en ratones y humanos revelan una prometedora vía de estudios futuros: el epitelio intestinal como un objetivo nuevo y potencialmente más seguro para el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo, en particular en mujeres embarazadas.
"El bloqueo sistémico del transportador de serotonina parece desempeñar un papel en el desarrollo de problemas digestivos tanto en ratones como en humanos. Sin embargo, restringir un antidepresivo para inhibir el transportador de serotonina solo en el epitelio intestinal podría evitar estos efectos adversos y limitar la transmisión del fármaco durante el embarazo y la lactancia", concluye Margolis.
Actualizado: 13 de diciembre de 2024