El alcohol sigue dañando el cerebro semanas después de dejar de beber

Los daños que provoca el alcohol en el cerebro siguen progresando incluso seis semanas después de haber dejado de beber, lo que provoca cambios en la materia blanca asociados al riesgo de recaída.
Concepto de alcohol y cerebro

05/04/2019

Un equipo de investigadores del Instituto Central de Salud Mental de Mannheim (Alemania) y el Instituto de Neurociencias de Alicante (España) han realizado un estudio en el que han comprobado que los daños que causa el alcohol en el cerebro siguen manteniéndose durante el periodo de abstinencia, incluso semanas después de que el individuo no tome ni una gota, contradiciendo las creencias de que la materia blanca se normaliza inmediatamente después de suprimir su ingesta.

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La investigación, publicada en el Journal of the American Medical Association Psychiatry, contó con la participación de 91 hombres de 46 años de media que estaban ingresados en un centro de rehabilitación alemán para tratar su alcoholismo y 36 varones sin esta adicción de 41 años de promedio. A todos se les realizaron varias resonancias magnéticas para conocer cómo iba cambiando su cerebro a lo largo del tiempo, y en el caso de los alcohólicos comprobar también cómo evolucionaba después de dejar este mal hábito.

Los cambios más notables en el cerebro se produjeron en el cuerpo calloso, relacionado con la comunicación entre hemisferios, y la fimbria, responsable de la memoria

De manera adicional, también se realizaron pruebas en ratas que tenían preferencia por el consumo de alcohol para observar cómo cambiaba su cerebro en la transición desde la normalidad al desarrollo de esta dependencia. Los resultados globales fueron esclarecedores, y mostraron que incluso después de seis semanas desde que los pacientes dejaron de ingerir alcohol, el cerebro seguía sufriendo los daños asociados a esta sustancia, pues se observaron cambios en la materia blanca en este órgano.

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Los cambios cerebrales podrían estar relacionados con las recaídas

Este cambio, explican los autores, podría estar relacionado con el riesgo de recaída que se produce durante el periodo de síndrome de abstinencia. Y añaden que las variaciones son más intensas en el cuerpo calloso –relacionado con la comunicación que se produce entre los dos hemisferios– y la fimbria –que incluye unas fibras nerviosas que ponen en contacto el hipocampo, necesario para la formación de la memoria, la corteza prefrontal y el núcleo accumbens, centro cerebral de la motivación, del aprendizaje y del placer–.

Es importante recalcar que el consumo de alcohol está relacionado con más de 200 enfermedades y provoca unas 3,3 millones de muertes cada año en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ahora los investigadores intentan averiguar de manera más independiente y precisa cuáles son los procesos inflamatorios y degenerativos que se producen tras dejar el alcohol.

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Actualizado: 4 de mayo de 2023

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