Experimentar muchos tipos de emociones positivas mejora la salud
30/06/2017
Se ha comprobado que tener una visión positiva de la vida puede ayudarnos a ser más felices y estar más sanos, pero lo que no se sabía hasta ahora era que para mejorar nuestra salud la clave no está tanto en ser positivo, sino en la diversidad de las emociones positivas que sentimos. Es decir, que las personas que experimentan una gran heterogeneidad y diversidad de emociones positivas son más proclives a gozar de mejor salud que aquellas que, si bien también experimentan emociones positivas, estas son más homogéneas. Al menos así lo ha demostrado un estudio publicado en la revista Emotion
Este trabajo concluye que aquellos que viven con emodiversidad, nombre con el que los investigadores se refieren a la heterogeneidad de emociones buenas, tendrían niveles más bajos un indicador biológico objetivo, la inflamación sistémica, lo que se traduce en menos riesgo de sufrir enfermedades crónicas como la diabetes o los problemas cardiovasculares.
A mayor variedad de emociones positivas, menor inflamación sistémica
Para llegar a dicha conclusión, los especialistas estudiaron durante 30 días a 175 personas de 46-65 años de edad, residentes en el área metropolitana de Phoenix (Arizona, EE.UU.). Para informar sobre su vida emocional, cada participante dispuso de una tableta en la que registró las diferentes emociones que sentía diariamente. Al cabo de seis meses, todos los voluntarios fueron sometidos a exámenes de sangre, y los investigadores analizaron los marcadores relacionados con la inflamación, es decir, el IL-6, proteína C reactiva (PCR) y fibrinógeno.
Experiementar diversas emociones positivas se asocia con una baja inflamación sistémica, un indicador biológico que está relacionado con la diabetes o los trastornos cardiovasculares
Las sospechas se confirmaron, y aquellos que experimentaban una vida emocional rica y diversa presentaban una inflamación sistémica inferior que aquellos que tenían emociones más homogéneas. Una relación que, además, solo se producía con emociones positivas (entusiasmado, interesante, determinación, emocionado, divertido, inspirado, alerta, activo, fuerte, orgulloso, atento, feliz, relajado, alegre, a gusto, tranquilo). Es decir, la diversidad tanto de emociones negativas (miedo, angustia, inquietud, nerviosismo, vergüenza, culpabilidad, irritabilidad, hostilidad, cansancio, tristeza, somnoliencia), como generales, no producía ningún efecto sobre la inflamación, algo que, como afirma el autor principal del trabajo, Anthony Ong, no se esperaba.
A pesar de los hallazgos, el especialista Ong también reconoce que hacen falta más estudios para corroborar sus resultados ya que, como ha explicado sus conclusiones se basan específicamente en personas de mediana edad que pertenecen a una zona geográfica concreta, por lo que considera necesario repetir el estudio en muestras de población más grandes y culturalmente más diversas.
Actualizado: 4 de mayo de 2023