Forzar la sonrisa en trabajos en público lleva a beber más alcohol
17/04/2019
La sonrisa es un requisito indispensable cuando se trabaja de cara al público. Dependientes, personal de restauración, profesores o enfermeras, por ejemplo, deben mostrar su lado más amable a los demás y parece que forzar esta actitud –que implica reprimir emociones negativas– les podría pasar factura, concretamente en forma de un exceso en el consumo de alcohol tras la jornada laboral, que puede derivar en un problema de alcoholismo. Esta ha sido la conclusión a la que ha llegado un estudio publicado en el Journal of Occupational Health Psychology.
Los investigadores que lo han llevado a cabo, miembros de la Universidad de Buffalo y la Universidad de Penn State (EE.UU.), recopilaron los datos recogidos por una encuesta telefónica a 1.592 trabajadores estadounidenses, en cuanto a la frecuencia con la que tenían que fingir emociones o suprimirlas en el trabajo, la cantidad de alcohol que tomaban en horario no laboral, y el nivel de impulsividad y autocontrol que tenían.
Falta de autocontrol en el consumo de alcohol
Los resultados mostraron que aquellos profesionales que eran obligados a mantener la sonrisa en su puesto de trabajo tenían más probabilidades de excederse en el consumo de alcohol que los que no estaban de cara al público, o no durante toda su jornada. Según explica Alicia A. Grandey, una de las autoras, creen que esto podría deberse a que las personas que suprimen sus emociones negativas o fingen o amplifican las positivas simulando ser felices en el trabajo hacen un uso masivo de su autocontrol, por lo que al final de su jornada laboral, no les queda mucho de esta capacidad para reprimir la ingesta de esta sustancia.
Emplear todo el autocontrol en mostrar sonrisas fingidas en el trabajo hace que luego sea más difícil evitar un consumo excesivo de alcohol
La investigadora, junto con el resto de autores, exponen que la mayoría de los trabajos de dependientes son ocupados por personas jóvenes como primer empleo, lo que hace más probable que no tengan desarrollado el autocontrol. En el caso de los profesores y enfermeros encontraron que fingir las sonrisas provoca menos resultados negativos, pues poner buena cara a enfermos o niños es algo gratificante para ellos, al contrario de lo que puede ocurrir con clientes a los que no vuelves a ver.
Actualizado: 4 de mayo de 2023