La disfunción eréctil mejora con tratamientos con ondas de choque
22/03/2017
La disfunción eréctil, o incapacidad para mantener una erección que permita tener una relación sexual, afecta especialmente a los hombres mayores de 40 años, aunque también se dan casos a edades más tempranas e, incluso, en la juventud. Se calcula que en España padecen disfunción eréctil entre 1,5 y 2 millones de varones, y en su desarrollo pueden incidir múltiples causas, desde psicológicas a hormonales, pasando por otras neurológicas o cardiovasculares. No obstante, se estima que el 90% de los casos se debe a factores orgánicos y físicos, mientras que únicamente un 10% estaría asociado a factores psicológicos.
Ahora, un estudio elaborado por Boston Medical Group, y presentado recientemente en Madrid en el I Simposio de Avances en Salud Sexual Masculina, ha abierto la puerta a una solución para los afectados por este trastorno ya que, según datos del trabajo, el 60% de los pacientes que son tratados con la conocida como terapia de ondas de choque consigue tener relaciones sexuales sin necesidad de tomarse la medicación recetada en estos casos.
Se calcula que en España padecen disfunción eréctil entre 1,5 y 2 millones de hombres, y en el 90% de los casos se debe a factores orgánicos y físicos
No obstante, al tratarse de pacientes que tienen disfunción eréctil derivada de factores orgánicos y físicos, los especialistas recuerdan que es necesario mantener controlados esos factores (como pueden ser la obesidad, la hipertensión, la diabetes, el colesterol, o el hecho de que sean fumadores, o consuman alcohol de forma habitual), ya que de lo contrario este tipo de terapias ven reducida su efectividad.
En qué consiste la terapia con ondas de choque
El tratamiento de la disfunción eréctil con ondas de choque es seguro, no presenta efectos secundarios, y no causa dolor en los pacientes que se someten a él. Consiste en la transmisión de ondas acústicas de baja intensidad en la zona del cuerpo del paciente que se quiere tratar y, a través de ellas, se generan nuevos vasos sanguíneos, en este caso en el pene, que restablecen la circulación y ayudan a curar el tejido dañado.
Esta terapia se lleva a cabo en sesiones de aproximadamente unos veinte minutos, que se repiten durante cinco semanas, que es la duración de cada uno de los ciclos. Según datos de Boston Medical Group, casi el 70% de los pacientes tratados experimenta mejorías tras el primer ciclo, mientras que la cifra sube hasta el 85% cuando los mismos se exponen a varios ciclos del tratamiento.
Actualizado: 4 de diciembre de 2019