La
serotonina es un neurotransmisor que las neuronas del cerebro utilizan para comunicarse entre sí. Desempeña un papel crucial en la regulación de diversas funciones corporales y emocionales, incluyendo el estado de ánimo, el sueño, el apetito, la digestión, la memoria y el comportamiento social. A menudo se asocia con sensaciones de bienestar y felicidad, por lo que se la conoce como la
'hormona de la felicidad' o el 'neurotransmisor de la felicidad'.
Sin embargo, su función es más compleja y también influye en cómo las personas procesan la información negativa y responden a ella, ya que un nuevo estudio realizado por científicos del Departamento de Psiquiatría de la
Universidad de Oxford y del Centro de Investigación Biomédica de Oxford Health (OH BRC) ha encontrado que aumentar los niveles de serotonina puede cambiar la manera en que las personas aprenden de la información negativa, además de mejorar su respuesta ante ella.
En concreto, los investigadores comprobaron que las personas con niveles aumentados de serotonina mostraban una menor sensibilidad ante resultados negativos (como perder dinero en un juego), sin que esto afectara significativamente su sensibilidad a los resultados positivos (ganar dinero). El estudio reveló que el incremento de serotonina permitía a los individuos controlar mejor su comportamiento, especialmente cuando se enfrentaban a información negativa. También mostró que los niveles elevados de serotonina beneficiaban a diferentes tipos de memoria.
“Estos hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo la serotonina moldea el comportamiento humano, especialmente en entornos negativos. Creemos que esto podría aportar
información clave sobre la causa y el tratamiento de la depresión”, ha señalado Michael Colwell, del Departamento de Psiquiatría de Oxford y autor principal del estudio, cuyos hallazgos se han publicado en
Nature Communications.
La serotonina mejora la capacidad de frenar conductas no deseadas
En lugar de utilizar antidepresivos tradicionales (como los ISRS o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) para probar las respuestas, los investigadores emplearon una nueva técnica, usando un agente liberador selectivo de serotonina, un fármaco que actualmente se utiliza para tratar una forma rara de epilepsia llamada síndrome de Dravet. A diferencia de las técnicas tradicionales, este novedoso fármaco incrementa directamente los niveles de serotonina en el cerebro humano.
En el estudio 26 de los participantes recibieron el fármaco para aumentar la serotonina, mientras que otros 27 formaron parte del grupo de control y realizaron una serie de tareas para medir el aprendizaje y el control del comportamiento. Se utilizaron modelos de vanguardia para analizar el comportamiento de los participantes.
“A pesar de casi un siglo de investigación, nuestra comprensión de cómo la serotonina influye en el comportamiento humano ha sido hasta ahora imprecisa y controvertida. Esto nos proporciona nueva información sobre el papel de la serotonina en los humanos. Muestra que la serotonina, implicada en la depresión y en los efectos de los antidepresivos, tiene un papel más relevante en el procesamiento de aspectos negativos, más que en potenciar respuestas positivas. A menudo se hace referencia a la serotonina como la 'sustancia química de la felicidad', pero quizá deberíamos pensar en ella como la 'sustancia química del no tan mal'”, ha comentado Catherine Harmer, profesora de Neurociencia Cognitiva en la Universidad de Oxford y líder del tema de Terapéuticas para la Depresión en el OH BRC.
Susannah Murphy, profesora asociada en la Universidad de Oxford, agregó: “Al manipular directamente los niveles de serotonina en el cerebro, este estudio nos ayuda a comprender algunas de las funciones clave que desempeña esta importante sustancia química en el cerebro humano. Nuestros hallazgos subrayan el papel central que desempeña la serotonina en procesos cognitivos complejos, como nuestra capacidad para frenar comportamientos no deseados. Este estudio ayuda a entender por qué los medicamentos que modifican los niveles de serotonina son tratamientos efectivos para muchas enfermedades mentales, incluyendo la
depresión, la
ansiedad y el
trastorno obsesivo-compulsivo”.