Las pesadillas en la mediana edad podrían predecir riesgo de demencia

Tener pesadillas todas las semanas puede multiplicar por cuatro las probabilidades de deterioro cognitivo en personas de mediana edad, mientras que en los mayores de 79 años los malos sueños frecuentes predicen el riesgo de demencia.
Pesadillas, siniestra señal de demencia

23/09/2022

Un sueño de calidad es fundamental para nuestro bienestar físico y psicológico y numerosas evidencias científicas lo constatan, y aunque la ciencia todavía no ha descubierto por qué necesitamos dormir, sí sabemos que no hacerlo es incompatible con la vida, y como prueba de ello existe una enfermedad rara denominada insomnio familiar fatal en la que los afectados sufren un insomnio progresivo e incurable y terminan falleciendo por esta causa.

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Más de un siglo después de que Freud intentara descifrar el significado de los sueños todavía seguimos sin conocerlo, sin embargo, parece ser que lo que soñamos sí tiene relevancia para nuestra salud, ya que un nuevo estudio ha descubierto que las personas de mediana edad que tienen pesadillas con frecuencia tienen más probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo o de ser diagnosticadas con demencia más adelante.

La investigación ha sido realizada por científicos de la Universidad de Birmingham y se ha publicado en la revista The Lancet, eClinicalMedicine, y sus resultados sugieren que las pesadillas pueden volverse frecuentes años, o incluso décadas, antes de que se manifiesten los problemas de memoria y pensamiento que son síntomas de demencia característicos.

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Los malos sueños, un indicador temprano del riesgo de demencia

El Dr. Abidemi Otaiku, del Centro para la Salud del Cerebro Humano de la Universidad de Birmingham, ha dicho: “Hemos demostrado por primera vez que los sueños angustiosos o las pesadillas pueden estar relacionados con el riesgo de demencia y el deterioro cognitivo entre adultos sanos en la población general”.

“Los malos sueños podrían ser una forma útil de identificar a las personas con alto riesgo de desarrollar demencia y establecer estrategias para retrasar la aparición de la enfermedad”

“Esto es importante porque hay muy pocos indicadores de riesgo de demencia que puedan identificarse tan pronto como en la mediana edad. Si bien se necesita más trabajo para confirmar estos vínculos, creemos que los malos sueños podrían ser una forma útil de identificar a las personas con alto riesgo de desarrollar demencia y establecer estrategias para retrasar la aparición de la enfermedad”.

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Los investigadores analizaron los datos de más de 600 hombres y mujeres adultos de entre 35 y 64 años, y 2.600 adultos de 79 años o más, residentes en Estados Unidos. Ninguno de ellos padecía demencia al comienzo del estudio y el grupo de los más jóvenes fue seguido durante un promedio de nueve años y cinco años en el caso de los mayores. Los datos se empezaron a recoger entre 2002 y 2012 y los participantes contestaron a diferentes cuestionarios, incluido el Índice de calidad del sueño de Pittsburgh, que contiene una pregunta sobre la frecuencia con la que las personas sufren pesadillas.

Posteriormente los datos se volvieron a analizar empleando un software estadístico para comprobar si los participantes que tenían pesadillas con mayor frecuencia tenían más probabilidades de experimentar deterioro cognitivo y ser diagnosticados con demencia. Los resultados mostraron que las personas de mediana edad (35-64) que tienen pesadillas todas las semanas tienen cuatro veces más probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo durante la siguiente década, mientras que las personas mayores tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticadas con demencia.

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A los investigadores les sorprendió observar que las asociaciones eran mucho más fuertes para los varones que para las mujeres. Por ejemplo, los hombres mayores que experimentaban pesadillas semanalmente tenían cinco veces más probabilidades de desarrollar demencia que sus coetáneos que refirieron no tener pesadillas. Por el contrario, en las mujeres, el aumento del riesgo solo fue del 41%.

Entre los nuevos objetivos de los investigadores está investigar si las pesadillas en individuos jóvenes podrían estar asociadas con el riesgo futuro de demencia, y si otras características de los sueños, como la frecuencia con la que los recordamos o lo vívidos que son, también pueden ayudar a identificar el riesgo de demencia. Además, tienen intención de estudiar la base biológica de los malos sueños, tanto en personas sanas, como en personas con demencia, utilizando parta ello electroencefalogramas (EEG) e imágenes por resonancia magnética (MRI).

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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