Los jóvenes tienen más problemas de salud mental que hace 20 años

Un nuevo informe publicado esta semana en la revista científica The Lancet Psychiatry advierte que la salud mental de los adolescentes y jóvenes adultos está en declive, en parte debido a ‘megatendencias perjudiciales’ como la desigualdad económica. Los factores globales que afectan a las generaciones más jóvenes incluyen los bajos salarios e inseguridad laboral, la falta de regulación en las redes sociales y el cambio climático, que están creando “un presente y un futuro desalentadores para los jóvenes en muchos países”, afirman los autores.

El informe ha sido elaborado durante cinco años con la participación de más de 50 expertos en salud mental y política económica de distintos continentes, así como de jóvenes que han experimentado problemas de salud mental. Los autores argumentan que la salud mental no es solo un problema individual que debe tratarse después de que alguien enferme, sino que es necesario hacer un enfoque colectivo en los cambios ambientales, sociales, económicos, políticos y tecnológicos que contribuyen al malestar mental.

Aunque las ‘megatendencias’ mencionadas en el informe han estado presentes durante décadas, los autores sostienen que su impacto ha empeorado con el tiempo y que los modelos de atención sanitaria pediátrica y para adultos que interrumpen la atención a los 18 años no estaban funcionando, por lo que recomiendan un modelo que proporcione atención integral multidisciplinaria para jóvenes de 12 a 25 años como el camino hacia el futuro.

“Debemos invertir urgentemente en la intervención temprana”, así como en nuevos tratamientos y formas innovadoras de atender a las personas, ha destacado Patrick McGorry, autor principal del informe y psiquiatra en Australia. “Si los jóvenes terminan muriendo, dependiendo de la asistencia social o, simplemente, rindiendo por debajo de sus capacidades en gran número, la cohesión social y la productividad se verán gravemente afectadas. Eso ya está ocurriendo”.

Aunque la investigación y el discurso público tienden a centrarse en los posibles efectos negativos de las redes sociales y el tiempo frente a las pantallas, los autores del informe destacaron que los factores económicos y ambientales también desempeñan un significativo papel en el deterioro de la salud mental de los jóvenes.

Según la comisión de The Lancet, las tendencias económicas de las dos últimas décadas han contribuido a problemas como el aumento de la deuda estudiantil, las disparidades del reparto de la riqueza entre las generaciones mayores y las más jóvenes y la dificultad para encontrar y mantener un empleo.

La ansiedad climática también se está convirtiendo en una preocupación cada vez más común. Las búsquedas en internet relacionadas con este tipo de ansiedad han aumentado significativamente. Los profesionales han comenzado a crear grupos de apoyo entre pares, un directorio en línea de terapeutas especializados en temas climáticos y programas de certificación en psicología climática.

El nuevo informe ofrece varias recomendaciones, como una mayor inversión pública en la salud mental de los jóvenes, mejoras en la vivienda y la asequibilidad de los alquileres, y un acceso más amplio a oportunidades educativas. Los autores también destacan la necesidad de una atención continua de salud mental entre los 12 y 25 años, especialmente durante la transición de los pacientes a los servicios para adultos al cumplir los 18 años.

Otras prioridades incluyen la necesidad de desarrollar servicios de salud mental que sean culturalmente sensibles y de involucrar a jóvenes que han experimentado enfermedades mentales en las organizaciones que buscan ayudarlos. Los datos indican claramente que “la sociedad está cada vez más enferma”, afirmó McGorry. “Ya nadie puede decir que no está al tanto de esto”.

Patrick McGorry ha advertido que la falta de acción tendría graves consecuencias para la sociedad. “El mundo realmente tiene que tomar las cosas con seriedad si queremos ver prosperar a la próxima generación, si queremos asegurarnos de que nuestras sociedades sean cohesionadas y productivas, esto es una obviedad”, dijo. “Y si invertimos de esta manera, realmente obtendremos un retorno de la inversión”, concluye.