Los psicópatas violentos no entienden el castigo
29/01/2015
Los delincuentes violentos que sufren psicopatía presentan anomalías en la zona del cerebro asociada con el aprendizaje del castigo, por lo que los programas de rehabilitación no funcionan con ellos, según revela una investigación dirigida por científicos de la Universidad de Montreal en Canadá, en la que se han empleado imágenes de resonancia magnética.
Nigel Blackwood, afiliado al Kings College London de Reino Unido, y uno de los directores del estudio, ha explicado que mientras los criminales comunes son muy sensibles a la amenaza, agresivos e irascibles, los psicópatas son fríos, tienen una baja respuesta a las amenazas, y su agresividad es premeditada.
Los investigadores pretendían identificar los mecanismos neurales que subyacen a la conducta violenta persistente de los delincuentes psicópatas, con el objetivo de desarrollar programas de prevención de la transgresión y de rehabilitación que permitan reducir la reincidencia. Para ello, estudiaron la estructura y función del cerebro en una muestra de delincuentes violentos en Inglaterra (12 con trastorno antisocial de la personalidad y psicopatía, 20 con trastorno de personalidad antisocial sin psicopatía), y 18 personas sanas que no eran delincuentes, utilizando imágenes de resonancia magnética.
Los psicópatas mostraron una respuesta anormal al castigo en una región del cerebro relacionada con la falta de empatía típica de la psicopatía, y que interviene en el aprendizaje de recompensas y castigos
Mientras permanecían en el escáner cerebral, los participantes realizaron una tarea que evaluaba su capacidad para modificar su comportamiento cuando las consecuencias del mismo cambiaban de positivas a negativas. Los científicos comprobaron que los psicópatas presentaban una respuesta anormal al castigo en la corteza cingulada posterior, una región del cerebro relacionada con la falta de empatía típica de la psicopatía, y que interviene en el aprendizaje de recompensas y castigos, y observaron una disminución de los volúmenes de materia gris bilateral en la corteza prefrontal rostral anterior, asociada con emociones como la culpa, la vergüenza, y el razonamiento moral.
La profesora Sheilagh Hodgins, codirectora de la investigación, confía en que su trabajo pueda ayudar a desarrollar programas de prevención de la criminalidad violenta, ya que este tipo de delitos suelen cometerlos varones que presentan trastornos de conducta desde temprana edad, y una intervención dirigida a los mecanismos cerebrales implicados en esta conducta permitiría cambiar su comportamiento y reducir los delitos violentos.
Actualizado: 4 de septiembre de 2015