Revelan qué rasgo de personalidad compartían figuras como Gandhi y Bin Laden

06/03/2025
Ciertos rasgos de la personalidad se consideran positivos y otros negativos, aunque el conjunto y en qué medida estén presentes cada uno de ellos es lo que define a una persona. Uno de ellos, el extremismo, en principio, parece tener una mala influencia sobre el comportamiento humano. Sin embargo, psicólogos sociales argumentan que un cierto grado de “extremismo” es esencial para la supervivencia, porque este rasgo de personalidad ha sido clave en avances positivos para la sociedad.
La mayoría de las personas asocian el extremismo con el terrorismo, pero figuras como Marie Curie, Steve Jobs, Van Gogh, la Madre Teresa o Martin Luther King también manifestaron un enfoque extremo en sus objetivos. De acuerdo con psicólogos, todos ellos se caracterizaron por una motivación inquebrantable para dedicarse a una única causa, dejando de lado otras cuestiones.
Esta es la hipótesis que defienden Arie W. Kruglanski, distinguido psicólogo social de la Universidad de Maryland, que ha publicado libros sobre los neonazis o los pilares del radicalismo, y Sophia Moskalenko, psicóloga de la Universidad Estatal de Georgia, especializada en radicalización, terrorismo, autosacrificio y martirio. En su último libro The Psychology of the Extreme1, analizan los rasgos psicológicos que conducen al extremismo.
Su investigación indica que las personas extremistas concentran todos sus recursos mentales y físicos en una sola necesidad dominante, ignorando el resto de los aspectos de su vida. Si este comportamiento no se controla, pueden llegar a hacer cualquier cosa, sin importar los costes o consecuencias, en nombre de su causa. En su caso, por lo tanto, el fin justificaría los medios.
Un patrón psicológico que puede lograr hazañas o conducir al caos
En cualquier caso, el extremismo no es exclusivo de las grandes personalidades. De hecho, todos nos encontramos en algún punto de este espectro, y hay quienes expresan tendencias extremistas en diversos ámbitos de su vida, como la adicción al trabajo o a los videojuegos, la práctica de deportes extremos, o incluso la obsesión por el ejercicio físico.
Según los investigadores, las personas con rasgos extremistas pueden lograr grandes hazañas, como la creación de obras de arte, la invención de nuevas tecnologías o la promoción de causas humanitarias. Sin embargo, este mismo patrón psicológico también puede llevar a la destrucción y al caos. La clave, explican, es que la misma estructura mental que impulsa a alguien a la grandeza puede llevarlo también a la devastación.
“Aunque pueda parecer chocante siquiera mencionar al santo Mahatma Gandhi en el mismo contexto que al asesino Bin Laden, las similitudes psicológicas entre ambos casos son sorprendentes”, ha declarado Kruglanski en una nota publicada por Taylor & Francis2, señalando un paralelismo entre figuras aparentemente opuestas.
Ambos nacieron en el seno de familias acomodadas y fueron personas tímidas y poco destacadas en su juventud. Además, crecieron en países asiáticos sometidos a la influencia colonial occidental, a la que se opusieron con determinación. En su lucha, sacrificaron su estilo de vida, sus relaciones y hasta su propia seguridad, y finalmente murieron por sus ideales.
“Aunque pueda parecer chocante siquiera mencionar al santo Mahatma Gandhi en el mismo contexto que al asesino Bin Laden, las similitudes psicológicas entre ambos casos son sorprendentes”
Este nivel de sacrificio tiene un alto coste personal: los extremistas suelen experimentar aislamiento social y alejamiento de sus seres queridos, por lo que la mayoría no mantiene este estado por mucho tiempo, excepto en aquellos casos en los que encuentran una comunidad que comparta sus ideas.
“Encontrar o formar un grupo que comparta y apoye el extremismo de uno suele ser crucial para mantenerlo, ya que la gran mayoría de las personas necesitan ser aceptadas y respetadas”, afirma Moskalenko. Y añade que en la actualidad: “Las redes sociales permiten a los extremistas conectarse fácil e instantáneamente con otros que piensan como ellos en línea, sin importar cuán esotéricos y alejados de la corriente principal sean sus intereses”.
Para los autores, cierto nivel de extremismo puede incluso ser beneficioso para la supervivencia. En situaciones de emergencia, concentrarse en un único objetivo ayuda a tomar decisiones rápidas y efectivas. También podría haber desempeñado un papel evolutivo en la reproducción, ya que el amor romántico es una forma de extremismo que domina los pensamientos, altera el descanso y la alimentación, y lleva a las personas a hacer todo por su pareja. Del mismo modo, la dedicación absoluta de los padres por el bienestar de sus hijos es otro ejemplo de comportamiento extremista.
“Los extremistas pueden tener éxito donde los individuos moderados se habrían dado por vencidos hace mucho tiempo, desafiando las probabilidades y perseverando a pesar de formidables obstáculos”, afirma Kruglanski. “Cualquiera que sea el objetivo, ya sea éxito profesional, rendimiento deportivo, logros académicos, o incluso actividades violentas y destructivas, los extremistas tienen más probabilidades de alcanzarlo que los no extremistas”.
Para quienes desean moderar sus propias tendencias extremistas, los autores sugieren algunas estrategias, como fomentar la tolerancia hacia las opiniones de los otros, reconocer el propio ego y la búsqueda de reconocimiento, y equilibrar las distintas necesidades en lugar de priorizar solo una. “El círculo social de una persona (familia, adultos cariñosos, pares) es la primera línea de defensa contra el extremismo”, concluye Moskalenko.
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- 1Arie W. Kruglanski, y Sophia Moskalenko. Psychology of the Extreme. Routledge, 2024, doi:10.4324/9781003472476.
- 2Becky Parker-Ellis. «Extremist Personality Traits Are Not the Sole Preserve of Terrorists». Taylor & Francis Newsroom, Routledge, 2025, https://newsroom.taylorandfrancisgroup.com/extremist-personality-traits-are-not-the-sole-preserve-of-terrorists/.
Actualizado: 6 de marzo de 2025