Un cerebro demasiado o poco sincronizado puede predecir la psicosis
23/07/2024
Identificar marcadores predictivos es un desafío clave en psiquiatría. ¿Es posible evaluar el riesgo de psicosis en un individuo? Un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE), parte del Centro Synapsy para la Investigación en Neurociencia y Salud Mental, estudió una cohorte de pacientes con una microdeleción 22q11.2DS, una anomalía genética vinculada a trastornos psicóticos. Los científicos descubrieron que esta población tiene un “acoplamiento” único entre la estructura y la actividad de sus regiones cerebrales, con algunas áreas perdiendo coherencia óptima durante el desarrollo, lo que lleva a un acoplamiento excesivo o insuficiente. Esta especificidad abre el camino para identificar marcadores de riesgo fiables de esta enfermedad mental.
La microdeleción del gen 22q11.2DS es la deleción genética más común. Afecta a una persona de cada 2000 y resulta en la ausencia de una pequeña secuencia de ADN en el cromosoma 22. Puede causar defectos cardíacos y disfunción inmunitaria, pero también trastornos psicóticos en la adolescencia o la edad adulta en el 35% de los portadores.
En la UNIGE, el equipo dirigido por Stéphan Eliez, profesor titular en el Departamento de Psiquiatría y en el Centro Synapsy para la Investigación en Neurociencia y Salud Mental de la Facultad de Medicina, ha estado siguiendo una cohorte de 300 individuos de entre 5 y 34 años afectados por esta microdeleción durante veinte años. Casi el 40% de ellos ha desarrollado esquizofrenia. Debido a su tamaño y longevidad, esta cohorte de Ginebra es un caso de estudio único en el mundo y ha llevado a la publicación de numerosos artículos.
Desarrollo atípico del cerebro desde la infancia
En un nuevo estudio cuyos hallazgos se han publicado en Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging, el equipo de la UNIGE analizó el desarrollo del “acoplamiento” entre las regiones cerebrales de los individuos en esta cohorte, desde la infancia hasta la adultez. “Nuestros procesos cognitivos son el resultado de interacciones - o 'acoplamientos' - entre nuestras diferentes regiones cerebrales”, explica Silas Forrer, estudiante de doctorado en el equipo de Stephan Eliez y primer autor del estudio. “Queríamos averiguar si, en individuos con la anomalía 22q11.2DS, un acoplamiento menos eficiente era sinónimo de un mayor riesgo de desarrollar psicosis”.
Esta sincronización cerebral, y especialmente su optimización, se desarrolla durante la adolescencia y en la adultez. Utilizando técnicas de resonancia magnética, los neurocientíficos observaron su maduración durante un período de doce años dentro de la cohorte y un grupo de control. "Encontramos que los pacientes con la microdeleción tenían una discrepancia de desarrollo persistente desde la infancia, con regiones de hiper- e hipo-acoplamiento en todo el cerebro," dice Silas Forrer.
Esta discrepancia es particularmente marcada en la adolescencia en tres regiones cerebrales de los individuos con "22q11.2DS" que han desarrollado esquizofrenia: el córtex frontal, responsable de la coordinación motora voluntaria y el lenguaje; el córtex cingulado, en la interfaz entre los dos hemisferios del cerebro, responsable de tomar ciertas decisiones; y el córtex temporal, responsable de las funciones somatosensoriales. Hay hipoacoplamiento en las dos primeras y hiperacoplamiento en la tercera.
Hacia la identificación de un marcador fiable de esquizofrenia
Esta fuerte correlación entre la discrepancia del desarrollo y la microdeleción del gen 22q11.2DS es un paso significativo hacia la identificación de marcadores predictivos de la enfermedad. "El próximo paso será determinar cómo estos acoplamientos pueden constituir una 'huella digital' individual del cerebro, lo que permitirá saber claramente si un individuo tiene más riesgo que otro de desarrollar psicosis, o, por el contrario, está protegido de ella," explica Stephan Eliez, quien dirigió este estudio.
Esta investigación, financiada por la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia (SNSF), también es una innovación metodológica al combinar observaciones tanto sobre la estructura (morfología) como sobre la función (eficiencia) del cerebro para evaluar la trayectoria del desarrollo de una población en el contexto de enfermedades psiquiátricas.
Fuente: Universidad de Ginebra
Actualizado: 23 de julio de 2024