Humo y polvo en el lugar de trabajo pueden causar artritis reumatoide

La exposición a contaminantes en el lugar de trabajo como polvo, humo, vapores y gases puede contribuir al desarrollo de artritis reumatoide, y el riesgo es aún mayor si se asocia al tabaquismo y la susceptibilidad genética.
Trabajador con polvo desprendiéndose de sus guantes

08/12/2022

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad reumática crónica de tipo autoinmune que se estima que afecta al 1% de la población mundial y se caracteriza por una inflamación en las articulaciones que provoca dolor e incapacita al paciente. Ya se sabía que fumar podía contribuir a su aparición, pero un nuevo estudio ha revelado que respirar polvo y humos comunes en el lugar de trabajo también puede aumentar las probabilidades de sufrir la enfermedad.

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Los resultados de la investigación se han publicado en Annals of the Rheumatic Diseases y muestran que respirar polvo, humo, vapores y gases procedentes de sustancias químicas en el lugar de trabajo parece incrementar el efecto perjudicial del tabaquismo y la susceptibilidad genética a desarrollar esta enfermedad.

Los investigadores emplearon datos de la Investigación epidemiológica sueca que incluía a 4.033 personas recién diagnosticadas de artritis reumatoide entre 1996 y 2017, y otras 6.485 emparejadas por edad y sexo, pero sin la enfermedad, que sirvieron como grupo de control, para estimar la cantidad de exposición individual a 32 agentes aerotransportados en el lugar de trabajo, usando una técnica validada. Asignaron una puntuación de riesgo genético (GRS) a cada participante, en fusión de si portaban genes que pudieran aumentar sus posibilidades de desarrollar AR.

Agentes como el cuarzo, el asbesto, los vapores de diésel y de gasolina, el monóxido de carbono y los fungicidas, se asociaron fuertemente con un mayor riesgo de artritis reumatoide

Esta enfermedad se caracteriza por la presencia o ausencia de anticuerpos contra la proteína citrulinada o ACPA. La positividad de ACPA indica un peor pronóstico con mayores tasas de daño articular erosivo. Casi la tercera parte de las personas con artritis reumatoide que dieron positivo (73%) y negativo (72%) para ACPA habían estado expuestas al menos a un tipo de polvo o humo en el lugar de trabajo, en comparación con alrededor de dos tercios (67%) de las personas en el grupo de control.

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“Exposición triple”: contaminantes ocupacionales, tabaquismo y genética

El análisis de los datos reveló que la exposición a cualquier agente en el lugar de trabajo se asoció con un aumento del 25% en el riesgo de desarrollar artritis reumatoide positiva para ACPA en general. Y este riesgo aumentó al 40% en los hombres. En concreto, 17 de los 32 agentes, incluidos el cuarzo, el asbesto, los vapores de diésel, los vapores de gasolina, el monóxido de carbono y los fungicidas, se asociaron fuertemente con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad positiva para ACPA. Solo unos pocos agentes –polvo de cuarzo (sílice), asbesto y detergentes– estuvieron fuertemente asociados con la enfermedad ACPA negativa.

La cantidad de agentes y la duración de la exposición también aumentaba el riesgo, y las asociaciones más fuertes se observaron para exposiciones que duraron entre ocho y 15 años. La “exposición triple” (a un agente en el lugar de trabajo, combinado con fumar y una susceptibilidad genética elevada) se asoció con un riesgo muy alto de enfermedad positiva para ACPA, que va de 16 a 68 veces mayor, en comparación con la “no exposición triple”.

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En particular, el riesgo de desarrollar artritis reumatoide ACPA-positiva para las personas triplemente expuestas fue 45 veces mayor para los gases de escape del motor de gasolina, 28 veces para el escape de diésel, 68 veces mayor para los insecticidas y 32 veces mayor para el polvo de cuarzo (sílice).

Los autores recuerdan que se trata un estudio observacional, por lo que no se puede establecer la causa de la asociación, pero concluyen que “los agentes inhalables ocupacionales podrían actuar como desencadenantes ambientales importantes en el desarrollo de la AR e interactuar con el tabaquismo y los genes de riesgo de AR, lo que lleva a un riesgo excesivo de AR ACPA positivo”. Y añaden: “Nuestro estudio enfatiza la importancia de las protecciones respiratorias ocupacionales, particularmente para las personas que están genéticamente predispuestas a la AR”.

Actualizado: 9 de diciembre de 2022

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