Una de cada 10 personas puede desarrollar una enfermedad autoinmune

Un estudio revela que el 10,2% de la población está afectada por alguna de las 19 enfermedades autoinmunes más comunes –artritis, diabetes tipo 1, esclerosis múltiple, lupus…– y qué factores predisponentes están detrás.
Una mujer con vitiligo en las manos

09/05/2023

Nuestro sistema inmunitario desempeña un papel fundamental en la defensa contra las infecciones, pero si sus funciones se alteran puede atacar por error a las células sanas del organismo y provocar lo que se conoce como enfermedades autoinmunes, algunas tan frecuentes y conocidas como la artritis reumatoide, la diabetes tipo 1 o la esclerosis múltiple, que forman parte de los más de 80 tipos de enfermedades autoinmunes que se conocen.

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Una nueva investigación en la que se han analizado datos médicos de más de 22 millones de personas del Reino Unido para investigar 19 de las enfermedades autoinmunes más comunes ha revelado que, en conjunto, afectan a aproximadamente el 10% de la población: el 13% de las mujeres y el 7% de los hombres; es decir, que una de cada 10 personas podría desarrollar una de estas patologías a lo largo de su vida. Estas cifras superan a estimaciones de estudios previos que oscilaron entre el 3% y el 9%, aunque por lo general estaban basados en muestras más pequeñas de población e incluían una menor cantidad de afecciones.

El estudio ha sido realizado por un equipo formado por expertos en epidemiología, bioestadística, reumatología, endocrinología e inmunología de KU Leuven, University College London, University of Glasgow, Imperial College London, Cardiff University, University of Leicester y University of Oxford, que examinaron si los casos de enfermedades autoinmunes están aumentando y a quién afectan más, si esto podría estar relacionado con factores ambientales o cambios en el estilo de vida, y cómo pueden coexistir las diferentes enfermedades autoinmunes.

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Factores de riesgo de enfermedades autoinmunes que son modificables

Entre los 22.009.375 individuos incluidos en el estudio, 978.872 (con una edad media de 54 años) tuvieron un nuevo diagnóstico de al menos una enfermedad autoinmune entre el 1 de enero de 2000 y el 30 de junio de 2019 (el 63,9% eran mujeres y el 36,1%, varones). Durante el período de estudio, aumentaron las tasas de incidencia de cualquier enfermedad autoinmune y los mayores incrementos se observaron en la enfermedad celíaca, el síndrome de Sjogren y la enfermedad de Graves, mientras que la incidencia de la anemia perniciosa y la tiroiditis de Hashimoto disminuyó significativamente.

“Algunas enfermedades autoinmunes podrían compartir factores de riesgo comunes, como predisposiciones genéticas o desencadenantes ambientales”

Los resultados se han publicado en The Lancet y muestran que, juntos, los 19 trastornos autoinmunes estudiados afectaron al 10,2% de la población durante el período de estudio, en concreto, a 1.912.200 (13,1%) mujeres y 668.264 (7,4 %) hombres. Los investigadores observaron que las variaciones estacionales influyeron en la diabetes tipo 1 de inicio en la infancia –que se diagnosticaba con mayor frecuencia en invierno– y el vitíligo –cuyo diagnóstico era más común en verano)–, y también encontraron variaciones regionales para diversas condiciones.

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Los trastornos autoinmunes se asociaron comúnmente entre sí, en particular el síndrome de Sjögren, el lupus eritematoso sistémico y la esclerosis sistémica. Las personas con diabetes tipo 1 de inicio en la niñez también tenían tasas significativamente más altas de enfermedad de Addison, enfermedad celíaca y enfermedad tiroidea, y la esclerosis múltiple tenía una tasa especialmente baja de concurrencia con otras enfermedades autoinmunes.

Los investigadores también encontraron evidencia de desigualdades socioeconómicas, estacionales y regionales entre varias enfermedades autoinmunes y sugieren que es poco probable que esas variaciones se puedan atribuir solo a diferencias genéticas y que podrían indicar la participación de factores de riesgo potencialmente modificables, como el tabaquismo, la obesidad o el estrés, que contribuyen al desarrollo de ciertos trastornos autoinmunes. Además, comprobaron que, en algunos casos, una persona con una enfermedad autoinmune tiene más probabilidades de desarrollar una segunda en comparación con alguien sin una enfermedad autoinmune, un hallazgo que ayudará a en la investigación de posibles causas comunes de estas patologías.

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“Observamos que algunas enfermedades autoinmunes tendían a coexistir entre sí con más frecuencia de lo esperado por solo el azar o el aumento de la vigilancia. Esto podría significar que algunas enfermedades autoinmunes comparten factores de riesgo comunes, como predisposiciones genéticas o desencadenantes ambientales. Esto fue particularmente visible entre las enfermedades reumáticas y entre las enfermedades endocrinas. Pero este fenómeno no se generalizó en todas las enfermedades autoinmunes: la esclerosis múltiple, por ejemplo, se destacó por tener bajas tasas de coexistencia con otras enfermedades autoinmunes, lo que sugiere una fisiopatología distinta”, ha declarado la primera autora del artículo, la Dra. Nathalie Conrad, (Deep Medicine, Nuffield Department of Women's & Reproductive Health, University of Oxford).

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“Nuestro estudio destaca la carga considerable que las enfermedades autoinmunes imponen a las personas y a la población en general. Desentrañar los puntos en común y las diferencias dentro de este amplio y variado conjunto de condiciones es una tarea compleja. Existe una necesidad crucial, por lo tanto, de aumentar los esfuerzos de investigación destinados a comprender las causas subyacentes de estas condiciones, lo que respaldará el desarrollo de intervenciones específicas para reducir la contribución de los factores de riesgo ambientales y sociales”, concluye la autora principal del artículo, la profesora Geraldine Cambridge, del University College London.

Actualizado: 9 de mayo de 2023

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