Transforman las células cancerosas en grasa para impedir metástasis
18/01/2019
La metástasis provoca el 90% de las muertes por cáncer, y por ello los científicos buscan la forma de evitar que se produzca. Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores del Departamento de Biomedicina de la Universidad de Basilea (Suiza) ha mostrado que es posible impedir la expansión de tumores de mama triple negativo en ratones, utilizando para ello la combinación de dos fármacos: rosiglitazona –que se emplea en el tratamiento de la diabetes– y trametinib –que inhibe el crecimiento y expansión de las células cancerosas–.
En concreto, el uso combinado de estos medicamentos hace que las células del cáncer de mama se transformen en grasa –en adipocitos–, y de esta forma no sean capaces de reproducirse y extenderse por el organismo. Además, y según ha explicado Dana Ronen, investigadora de la Universidad de Basilea y coautora del trabajo, que se ha publicado en Cancer Cell, solo las células más externas del tumor, que son las que se mueven y provocan la metástasis, se transforman en grasa, por lo que la terapia no debería tener efectos negativos sobre la salud.
Solo las células del tumor que provocan metástasis se transforman en grasa, por lo que la terapia no debería tener efectos negativos sobre la salud
La experta ha añadido que no se observaron cambios de peso en los animales con los que realizaron el ensayo (ratones a los que les habían injertado tumores de mama con metástasis procedentes de pacientes), y que las demás células del tumor primario se vuelven más diferenciadas, lo que podría indicar que son más vulnerables a otros tratamientos como la terapia hormonal.
Atacar al cáncer en un momento clave
La nueva estrategia terapéutica se ha empleado en una fase del cáncer en la que las células tumorales realizan lo que se conoce como transición epitelial-mesenquimal, un proceso esencial para el desarrollo de un embrión y que también desempeña un importante papel en la proliferación del cáncer, porque contribuye a que las células tumorales epiteliales que están fijadas a un tejido se transformen en mesenquimales, y así puedan desprenderse y desplazarse por la corriente sanguínea, diseminando la enfermedad.
Aunque son necesarios más estudios que confirmen estos hallazgos, y el equipo de científicos también desea comprobar si esta terapia resulta eficaz también en otro tipo de tumores, el hecho de que se base en dos fármacos ya aprobados para el uso en seres humanos supone una gran ventaja. Gerhard Christofori, que ha dirigido la investigación, ha afirmado que podrían combinar el nuevo tratamiento con quimioterapia convencional para frenar tanto el crecimiento del tumor primario como la formación de metástasis letales.
Actualizado: 4 de mayo de 2023