Estos son los 19 hongos que más amenazan la salud pública según la OMS
27/10/2022
Virus como el SARS-CoV-2, responsable de la pandemia por COVID-19, los de la gripe aviar H5N1 o H5N8, o agresivas bacterias resistentes a los antibióticos, no son las únicas causas de enfermedades infecciosas que pueden poner en grave riesgo la salud de la población de todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar la primera lista de hongos “patógenos prioritarios”, en la que describe a los 19 hongos que constituyen la mayor amenaza para la salud pública, en opinión de este organismo.
El objetivo del informe de patógenos fúngicos prioritarios (FPPL) de la OMS es priorizar este tipo de agentes patógenos teniendo en cuenta su gran importancia para la salud de la población y fomentar el desarrollo de más investigaciones e intervenciones políticas que potencien la respuesta global a las infecciones fúngicas y la resistencia a los antifúngicos.
El grupo de expertos técnicos que ha colaborado con la OMS para llevar a cabo este trabajo está coordinado desde el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) por Ana Alastruey, investigadora del Centro Nacional de Microbiología (CNM). La lista de FPPL de la OMS se divide en tres categorías: prioridad crítica, alta y media. Los criterios de esta clasificación se basan en su impacto en la salud pública o en el riesgo emergente de resistencia a los antifúngicos.
“Las infecciones fúngicas están creciendo y son cada vez más resistentes a los tratamientos, convirtiéndose en un problema de salud pública en todo el mundo”
Alastruey ha explicado que como patógenos críticos aparecen los hongos Candida auris, Cryptococus neoformans, Candida albicans y Aspergillus fumigatus, que provocan enfermedades como meningitis, neumonías o infecciones de la sangre. Otros dos grupos reúnen a hongos patógenos de alta y media prioridad. La OMS admite que estos patógenos suponen una preocupación de salud pública a nivel mundial, pero también subraya que la FPPL debe interpretarse y contextualizarse cuidadosamente, ya que algunos patógenos endémicos pueden ser más peligrosos en sus respectivos contextos regionales o locales.
Pocos tratamientos eficaces para combatir los patógenos fúngicos
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los profesionales sanitarios a la hora de combatir las infecciones producidas por hongos que estos patógenos se están volviendo cada vez más resistentes a los tratamientos disponibles y, en la actualidad, solo existen cuatro clases de fármacos antifúngicos. Además, estas infecciones por lo general tardan en detectarse porque o no existen técnicas diagnósticas rápidas y eficaces para ello, o no son accesibles en muchas zonas del planeta.
A esto se añade que las infecciones fúngicas más agresivas –o enfermedad fúngica invasiva– afectan especialmente a personas muy enfermas o con problemas de salud asociados al sistema inmunitario, como pacientes con cáncer que siguen un tratamiento contra su enfermedad, personas inmunodeprimidas por VIH/Sida o por el uso de inmunosupresores tras un trasplante de órgano, o aquellos que padecen enfermedades respiratorias crónicas e infección tuberculosa posprimaria, entre otros grupos vulnerables.
Hasta ahora no se ha prestado suficiente atención a las infecciones fúngicas, ni se han dedicado los recursos necesarios, por lo que se tienen pocos datos de calidad sobre la distribución de este tipo de enfermedades y la carga que representan, así como sobre los patrones de resistencia a los antifúngicos que han desarrollado.
La creciente amenaza de las infecciones fúngicas
Los expertos alertan de que la incidencia y la amplitud geográfica de las enfermedades fúngicas se están expandiendo por el planeta a causa del calentamiento global y del incremento de los viajes y el comercio internacionales. Durante la pandemia de COVID-19, la incidencia notificada de infecciones fúngicas invasivas ha aumentado de forma significativa entre los pacientes hospitalizados. Los hongos que provocan infecciones comunes (como la candidiasis oral y la candidiasis vaginal) se están volviendo cada vez más resistentes al tratamiento y, a consecuencia de ello, también aumentan los riesgos de que se desarrollen formas de infecciones más invasivas en la población general.
“Emergiendo de las sombras de la pandemia de resistencia bacteriana a los antimicrobianos, las infecciones fúngicas están creciendo y son cada vez más resistentes a los tratamientos, convirtiéndose en un problema de salud pública en todo el mundo”, ha declarado el Dr. Hanan Balkhy, Subdirector General de la OMS, Resistencia a los Antimicrobianos (AMR).
Los autores del informe han destacado la necesidad de seguir investigando para comprender mejor la carga de estas infecciones y el reto que implica la resistencia a los antifúngicos, y señalan que es urgente adoptar una acción coordinada para facilitar el acceso equitativo a diagnósticos y tratamientos de calidad. “Necesitamos más datos y pruebas sobre las infecciones fúngicas y la resistencia a los antifúngicos para informar y mejorar la respuesta a estos patógenos fúngicos prioritarios”, ha dicho el Dr. Haileyesus Getahun, Director del Departamento de Coordinación Global de AMR de la OMS.
Las principales estrategias propuestas en el informe de la OMS para mejorar la respuesta a estos patógenos fúngicos prioritarios y prevenir el desarrollo de resistencia a los medicamentos antifúngicos son:
“Se alienta a los países a seguir un enfoque gradual, comenzando con el fortalecimiento de sus capacidades de vigilancia y laboratorio de enfermedades fúngicas, y asegurando el acceso equitativo a las terapias y diagnósticos de calidad existentes, a nivel mundial”, añade el Dr. Haileyesus Getahun.
Actualizado: 5 de mayo de 2023