Una inyección 2 en 1 ayuda a los diabéticos a controlar mejor el azúcar
12/05/2020
Una terapia experimental desarrollada por investigadores de la Universidad de Stanford que consiste en combinar insulina con un fármaco basado en una hormona denominada amilina y administrarlas en una sola inyección podría facilitar el control de los niveles de azúcar en sangre a los diabéticos, si se demuestran su seguridad y eficacia en los ensayos clínicos con humanos.
La combinación de amilina e insulina resulta más eficaz para controlar los niveles de azúcar en sangre después de comer, porque simula lo que ocurre de forma natural con las comidas. El fármaco basado en amilina ya está comercializado, pero se estima que menos del 1% de los pacientes con diabetes que usan terapia de insulina utiliza también este tratamiento, porque aunque ambos funcionan sin problemas en el organismo, son demasiado inestables para compartir la misma jeringuilla.
Insulina y amilina en una sola inyección para tratar la diabetes
Eric Appel, autor principal de la investigación, ha explicado que la formulación que han creado permitiría a estos pacientes administrarse ambos fármacos en una sola inyección o bomba de insulina. Esto es posible porque la técnica que han desarrollado en el estudio, que se ha publicado en Nature Biomedical Engineering, incluye un revestimiento protector que envuelve las moléculas de insulina y amilina y, por primera vez, permite que coexistan en una única inyección.
La nueva técnica incluye un revestimiento protector que envuelve las moléculas de insulina y amilina y permite que coexistan en una única inyección
La cobertura protectora está hecha de polietilenglicol (PEG), un químico común no tóxico que se emplea en multitud de productos, desde cosméticos a laxantes. El equipo de científicos usó un nuevo tipo de PEG que tiene una especie de Velcro molecular en su extremo (cucurbituril-PEG o CB-PEG) que permite que insulina y amilina permanezcan separadas, evitando así que se descompongan.
Una vez inyectadas en el cuerpo, la cobertura se disuelve en el torrente sanguíneo, explica Appel, permitiendo que ambas hormonas actúen juntas en una forma que imita la función que realiza el organismo en los individuos sanos. Los investigadores han evaluado la estabilidad de la cobertura en el laboratorio y han realizado ensayos para observar cómo funciona la inyección en modelos preclínicos avanzados (cerdos diabéticos).
Como ambos fármacos ya están comercializados y probados en modelos avanzados, Appel ha asegurado que su equipo solo necesitaba demostrar que la nueva técnica no resultaba tóxica para las personas antes de iniciar ensayos clínicos con pacientes, acelerando así la posibilidad de que su tecnología esté disponible mucho antes que la mayoría de las drogas que se encuentran ahora en fases tempranas de investigación.
Ventajas para los diabéticos de esta inyección dos en una
Mejorar el control de la diabetes puede reducir el riesgo de padecer una serie de graves complicaciones de salud como fallo renal, ceguera, enfermedad cardíaca y amputaciones, que amenazan a las personas con esta patología metabólica. Aunque son pocos los diabéticos que actualmente toman medicamentos basados en amilina tras su inyección de insulina, aquellos que lo hacen experimentan importantes beneficios, según Appel, ya que los datos clínicos han mostrado que los que siguen ambos tratamientos pierden peso y mantienen un mejor control glucémico.
En los individuos sin diabetes, la amilina es secretada en el páncreas por las mismas células que producen insulina, y si la cobertura que han creado hace posible combinar insulina y amilina en una sola dosis esto proporcionaría a los pacientes con diabetes una sencilla forma de imitar las secreciones naturales en el cuerpo humano.
La administración de amilina tras la insulina favorece la pérdida de peso y mejora el control de la glucemia en los diabéticos
Mientras la insulina mejora la absorción del azúcar por las células, eliminándola del torrente sanguíneo, la amilina hace tres cosas para controlar el azúcar en sangre: en primer lugar evita que el glucagón –otra hormona– indique al organismo que libere azúcar adicional almacenada en el hígado; segundo, produce la sensación de saciedad durante las comidas que reduce la ingesta de alimentos y, en tercer lugar, enlentece la absorción de los alimentos por el organismo, reduciendo los clásicos picos de azúcar en sangre tras las comidas. Estas tres funciones son de gran ayuda para el manejo de la diabetes.
En las pruebas realizadas en el laboratorio los investigadores calentaron la insulina, con y sin cobertura, hasta alcanzar la temperatura normal de un cuerpo humano y la sacudieron. Comprobaron así que la insulina desprotegida permanecía estable durante 10 horas en el tubo de ensayo, pero la que disponía de la cubierta se mantenía activa 100 horas más tarde. Sin la cobertura la combinación de fármacos falló en solo tres horas. Además, la estabilidad de la combinación de insulina y amilina duró al menos 100 horas, lo que podría ser suficiente para ser administrada mediante bombas de insulina.
En los estudios en animales observaron que el comportamiento de la formulación que contiene ambos fármacos es muy similar a lo que ocurre en un cuerpo sano de manera natural, incluyendo la casi total supresión del glucagón, la hormona que hace que el hígado libere azúcar, incluso aunque la persona acabe de terminar de comer.
Actualizado: 4 de mayo de 2023