Nuevas pruebas vinculan la endometriosis con experiencias traumáticas

Un estudio internacional en el que ha participado la Universidad de Barcelona muestra nuevas evidencias que relacionan las situaciones estresantes y las experiencias traumáticas, sobre todo el maltrato físico o sexual, con el desarrollo de endometriosis.
Joven se sujeta la cabeza con gesto de preocupación

06/02/2025

La salud física y emocional depende de un conjunto de factores genéticos y de estilo de vida, y nuestras interacciones con el ambiente que nos rodea tienen un impacto que influye en las probabilidades de desarrollar enfermedades a corto y largo plazo. La endometriosis es una enfermedad inflamatoria crónica en la que tejido similar al endometrio se sitúa fuera del útero y puede dar lugar a varios síntomas, como dolor durante la menstruación o las relaciones sexuales, así como dificultar la concepción o provocar la pérdida del embarazo. 

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A simple vista, no parece que esto tuviera algo que ver con nuestras vivencias, sin embargo, un nuevo estudio internacional en el que ha participado la Universidad de Barcelona1 ha encontrado nuevas evidencias que relacionan las situaciones estresantes y las experiencias traumáticas con la endometriosis y demuestran que esta afección parece estar estrechamente relacionada con el trauma que implica contacto; es decir, aquellos casos en los que hay interacción física directa entre la víctima y el maltratador, como en el caso del abuso físico o la agresión sexual.

Los investigadores han realizado análisis genéticos que les han permitido descubrir que esta relación parece ser independiente de la predisposición genética a padecer endometriosis. Los resultados se han publicado en la revista JAMA Psychiatry2 y podrían ser útiles para el diagnóstico de la endometriosis, que afecta a 190 millones de mujeres en edad reproductiva en todo el mundo.

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Dora Koller, primera autora del artículo e investigadora del Departamento de Genética, Microbiología y Estadística de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona (UB), destaca en una nota publicada por el centro que "aunque el trauma psicológico se ha asociado con la endometriosis, hasta la fecha había poca información sobre el papel del tipo de trauma y la predisposición genética".

"Estos resultados desafían los paradigmas establecidos al descubrir mecanismos genéticos compartidos que vinculan la endometriosis con el trastorno de estrés postraumático y otros tipos de trauma, al tiempo que proporcionan nuevos conocimientos sobre cómo los diferentes tipos de eventos traumáticos se asocian con la enfermedad", dice Koller, también investigadora del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Yale3.

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En el estudio también ha participado Marina Mitjans, investigadora del mismo departamento de la UB y del Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB), del Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD)4 y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), así como otros autores de la Universidad de Bergen (Noruega), el Instituto Karolinska (Suecia), la Universidad de Oxford (Reino Unido), la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard y el Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos).

Conexiones entre traumas emocionales o sexuales y endometriosis

El estudio se basó en análisis de datos genéticos y observacionales de 8.276 mujeres con endometriosis y 240.117 controles en el Biobanco del Reino Unido, una base de datos biomédica que contiene información genética, de estilo de vida y de salud anónima, así como muestras biológicas de personas en el Reino Unido.

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"Nuestro estudio muestra que las personas con endometriosis tenían más probabilidades de informar haber experimentado ciertos eventos traumáticos en comparación con las personas sanas", señala la experta. Por ejemplo, las personas con endometriosis tenían un 17% más probabilidades de haber presenciado una muerte súbita, un 16% más probabilidades de haber sufrido una agresión sexual en la edad adulta y un 36% más probabilidades de haber recibido un diagnóstico potencialmente mortal.

Para explorar la conexión entre los diferentes tipos de trauma, los investigadores llevaron a cabo un análisis de clases latentes, una herramienta de investigación que desentraña grupos ocultos en un conjunto de datos. "Más casos de endometriosis podrían estar vinculados a traumas emocionales, físicos y sexuales", señala la autora.

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Los análisis genéticos del estudio consistieron principalmente en un estudio de asociación de todo el genoma (GWAS) de la endometriosis y también en un análisis de la interacción entre los eventos traumáticos y el riesgo poligénico de la endometriosis, un enfoque que evalúa el impacto combinado de múltiples variantes genéticas en el desarrollo de una enfermedad, en vez de focalizarse en un solo gen. Los resultados de estos análisis han revelado que la enfermedad se correlaciona genéticamente con varias afecciones relacionadas con el trauma, siendo la evidencia más sólida la relacionada con el trastorno de estrés postraumático y el maltrato infantil.

"Podríamos diseñar programas de detección temprana de endometriosis que tengan en cuenta no sólo los factores genéticos, sino también los antecedentes de trauma físico u otros factores de riesgo"

Koller señala que "el trauma infantil, por ejemplo, sentirse odiado por un miembro de la familia cuando era niño y ser abusado físicamente por la familia, también estaba vinculado a la endometriosis, lo que resalta el papel potencial de las experiencias adversas tempranas en la configuración del riesgo y la progresión de la endometriosis".

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Otras relaciones inferidas genéticamente incluyen situaciones relacionadas con tener a alguien que pudiera llevar a las participantes del estudio al médico durante la infancia. Según la investigadora, esto sería "especialmente importante" en el caso de la endometriosis, ya que tener cuidadores que aseguren el acceso a la atención médica durante esta etapa de la vida puede influir en la resiliencia al estrés y la conducta de búsqueda de atención, reduciendo la probabilidad de infradiagnóstico e infratratamiento. "Las personas que carecen del apoyo de un cuidador pueden ser menos propensas a defender su salud", apunta.

Los resultados también muestran que la relación entre el riesgo genético de endometriosis y los traumatismos no parece deberse a una interacción directa entre genes y ambiente, sino que se explicaría por correlaciones entre genes y ambiente. Es decir, por ejemplo, las personas con una determinada predisposición genética pueden tener mayor probabilidad de experimentar o recordar determinados eventos traumáticos, lo que podría influir en su riesgo de desarrollar endometriosis.

"Basándonos en la reclasificación propuesta por Hugh Taylor –coautor del presente estudio– de la endometriosis como una enfermedad sistémica crónica con manifestaciones fuera del tracto reproductivo, nuestros hallazgos resaltan cómo el trauma infantil y adulto puede contribuir a la patogénesis de la endometriosis con mecanismos que parecen independientes de la predisposición genética", afirma.

Una hipótesis más es que el trauma puede desencadenar o exacerbar la inflamación crónica y alterar el equilibrio hormonal, lo que podría favorecer el desarrollo de la endometriosis. Además, el estrés a largo plazo puede afectar al sistema inmunitario y a la percepción del dolor, lo que podría empeorar los síntomas de la endometriosis, explica la candidata a doctorado Solveig Løkhammer, de la Universidad de Bergen5.

Las asociaciones identificadas entre la endometriosis y los eventos traumáticos son consistentes con un estudio previo realizado por el mismo equipo de investigación que relacionó la enfermedad con la depresión, la ansiedad y los trastornos alimentarios. Estos hallazgos combinados resaltan la importancia de evaluar la salud física y mental de las pacientes con endometriosis.

“Aunque los resultados deben confirmarse en otras cohortes, sugieren que podríamos diseñar programas de detección temprana de endometriosis que tengan en cuenta no sólo los factores genéticos, sino también los antecedentes de trauma físico u otros factores de riesgo. Esto ayudaría a identificar y tratar la enfermedad de forma más integral y eficaz”, concluye la investigadora.

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  • 1
    «Nuevas Evidencias Sobre La asociación Entre La Endometriosis Y Las Experiencias traumáticas Y Estresantes». Actualidad, American Medical Association (AMA), https://web.ub.edu/web/actualitat/w/associacio-endometriosi-experiencies-traumatiques.
  • 2
    Dora Koller, Solveig Løkhammer, Oksana Goroshchuk, Veronika Denner, y Brendan Stiltner. «Observational and Genetic Analyses of Traumatic Experiences and Endometriosis». JAMA Psychiatry, American Medical Association (AMA), 2025, doi:10.1001/jamapsychiatry.2024.4694.
  • 3
    «Traumatic Experiences and Adverse Events Contribute to the Endometriosis Pathogenesis». Yale School of Medicine, 2025, https://medicine.yale.edu/news-article/traumatic-experiences-and-adverse-events-contribute-to-the-endometriosis-pathogenesis/.
  • 4
    Institut de Recerca SJD. « Fundació Sant Joan De Déu – Institut De Recerca Sant Joan De Déu». Institut De Recerca SJD, vol. 6, n.º 1, American Medical Association (AMA), p. e2251214+, https://www.irsjd.org/es/actualidad/noticias/1011/nuevas-evidencias-sobre-la-asociacion-entre-la-endometriosis-y-las-experiencias-traumaticas-y-estresantes.
  • 5
    «Childhood Trauma May Increase the Risk of Endometriosis». University of Bergen, American Medical Association (AMA), https://www.uib.no/en/med/175924/childhood-trauma-may-increase-risk-endometriosis.

Actualizado: 6 de febrero de 2025

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