Describen un nuevo método de edición de la microbiota intestinal
14/01/2021
La microbiota o flora intestinal está compuesta por el conjunto de microorganismos presentes en el intestino, pero mientras algunos son muy beneficiosos para nuestra salud, otros son perjudiciales y un desequilibrio (conocido como disbiosis) en el que escasean los primeros o proliferan los segundos puede desencadenar o agravar numerosas enfermedades, desde lupus a alzhéimer. Incluso un reciente estudio ha asociado una mala salud intestinal con un mayor riesgo de sufrir COVID-19 grave.
Ahora, un nuevo método de edición de la microbiota intestinal que ha sido descrito por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) permitirá enriquecer la microbiota con microorganismos beneficiosos que son poco abundantes de forma natural y eliminar además los que resultan perjudiciales, lo que puede contribuir a desarrollar nuevas terapias para controlar las alteraciones que se producen en la microbiota relacionadas con enfermedades intestinales.
Funciones de los microorganismos de la microbiota intestinal
Con la metodología desarrollada en la nueva investigación, que se ha publicado en Scientific Reports, se podrán estudiar las funciones de los microorganismos que componen la microbiota intestinal –y que se consideran claves para mantener un buen estado de salud– basándose en los efectos que se observan cuando están ausentes. Este método de edición incluye una nueva técnica de modificación dirigida basada en el desarrollo de anticuerpos que reconocen proteínas específicas de la superficie de los microorganismos que se desea eliminar o enriquecer.
Ciertos microorganismos se asocian a ventajas como una mayor longevidad, como la 'Akkermansia muciniphila', que abunda en personas centenarias
Abelardo Margolles, investigador del CSIC que trabaja en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA-CSIC) y es uno de los autores del estudio, ha explicado que “una forma tradicional de estudiar los probióticos, microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del hospedador, podría ser observar las funciones que tiene una microbiota cuando la suplementamos con un lactobacilo, por ejemplo. Sin embargo, con nuestra técnica hacemos lo contrario: en vez de rellenar un hueco, generamos uno. Esto nos permite eliminar un microorganismo concreto y ver qué funciones desaparecen en la microbiota cuando falta”.
Los cambios, tanto cuantitativos como cualitativos, en el conjunto de los microorganismos intestinales se han asociado a muchos problemas de salud. A veces se observan incrementos de grupos bacterianos, como el caso de disbiosis o desequilibrio en la microbiota que se produce en las infecciones causadas por la bacteria Clostridium difficile. Y otras veces, la presencia de ciertos microorganismos se asocia a ventajas como una mayor longevidad, como ocurre con la Akkermansia muciniphila, que se ha descubierto que abunda en personas centenarias y escasea en individuos con envejecimiento prematuro.
La desaparición de ciertas bacterias también tiene consecuencias negativas para la salud, como por ejemplo aquellas que producen butirato –un compuesto que ayuda a mantener intacta la pared intestinal– lo que da lugar a procesos inflamatorios intestinales; es el caso de la bacteria Faecalibacterium prausnitzii, cuya ausencia se asocia a la inflamación intestinal.
Nuevas terapias basadas en el estudio del microbioma
Una vez que los anticuerpos han reconocido proteínas específicas de la superficie de los microorganismos que se desea eliminar o enriquecer, estos son inmovilizados mediante un sistema basado en citometría de flujo. De esta forma se puede retener una bacteria concreta dentro de una mezcla de bacterias obtenidas directamente de la microbiota fecal de un individuo, por ejemplo.
“El anticuerpo actúa como un anzuelo que pesca únicamente las bacterias que nos interesan, las separa y las aísla del resto de la microbiota, para poder así estudiarlas de forma aislada”, explica otro de los autores del trabajo, el investigador del CSIC en excedencia Borja Sánchez.
La posibilidad de añadir o suprimir una determinada especie de bacteria intestinal mediante esta técnica podría abrir el camino para diseñar y desarrollar nuevas terapias más precisas, basadas en el estudio del microbioma, que es el conjunto de genes de los microorganismos del intestino.
Fuente: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Actualizado: 5 de mayo de 2023