Pacientes con fibromialgia o artritis podrían tener Lyme sin diagnosticar
11/10/2024
La fibromialgia es una enfermedad reumática crónica que provoca un dolor musculoesquelético generalizado y se asocia a otros muchos problemas de salud, desde alteraciones del sueño, hasta fatiga o depresión. Ahora, una revisión de estudios ha revelado que algunos pacientes diagnosticados con enfermedades reumáticas, como la fibromialgia y la artritis reumatoide, en realidad podrían padecer una enfermedad de Lyme que no ha sido identificada.
La investigación ha sido realizada por la Fundación SOS Lyme y ha puesto en evidencia que existen casos no detectados de Lyme que pueden haber sido confundidos con estas patologías. El doctor Mariano Bueno, presidente de la Fundación SOS Lyme y director médico de Biosalud Day Hospital, ha explicado a través de un comunicado de prensa que una de las razones de ello es que los síntomas inespecíficos, como el dolor y la fatiga, son muy similares, lo que conduce a que muchos casos de Lyme pasen sin ser diagnosticados o reciban un diagnóstico incompleto.
“Hemos observado, tanto en nuestros propios análisis, como en la revisión de estudios, que muchos marcadores biológicos de estas enfermedades autoinmunes coinciden con los de la enfermedad de Lyme crónica, lo que significa que, si no se realizan pruebas específicas, los pacientes solo reciben tratamiento para el dolor y la inflamación, sin abordar la causa subyacente de la enfermedad de Lyme”, añade Bueno.
Síntomas típicos de la fibromialgia que también se dan en Lyme
Un estudio italiano publicado este año en Diagnostics señala que “síntomas característicos de la fibromialgia, como la fatiga, la disfunción cognitiva y el dolor musculoesquelético, están presentes en todas las fases de la enfermedad de Lyme cuando no se trata”. Además, una revisión anterior identificó cuatro síntomas clave que comparten la enfermedad de Lyme no tratada y el síndrome de fatiga crónica: “la reducción significativa del nivel de actividad, la fatiga persistente durante más de seis meses, el malestar después del esfuerzo y el sueño no reparador”.
Recientes investigaciones han encontrado también una relación entre los indicadores biológicos de la enfermedad de Lyme y algunas enfermedades reumáticas o inflamatorias, como la artritis, la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, según el doctor Mariano Bueno. Esto sugiere que “las pruebas convencionales a menudo arrojan falsos negativos, lo que puede llevar a confundir la enfermedad de Lyme con otras patologías que presentan síntomas similares, razón por la que se la conoce como 'la gran imitadora'”.
Un estudio canadiense publicado en PloS One examinó a pacientes con enfermedades inflamatorias cuyos síntomas se asemejaban a los de la enfermedad de Lyme, y descubrió que compartían marcadores biológicos. Específicamente, concluyeron: “nuestros hallazgos respaldan las observaciones previas sobre la superposición fenotípica entre la enfermedad de Lyme y otras afecciones”, siendo la fibromialgia la más común. Además, otra investigación publicada el año pasado en Current Rheumatology Review encontró una asociación entre ciertos marcadores relacionados con la fibromialgia, como los anticuerpos antinucleares, y los linfocitos T específicos de Borrelia, la bacteria principal causante de la enfermedad de Lyme.
Cómo se transmite la enfermedad de Lyme y cuál es su incidencia en España
La enfermedad de Lyme es una afección de origen infeccioso que afecta a múltiples órganos y sistemas del cuerpo y se transmite principalmente por la picadura de garrapatas, aunque también puede ser propagada por otros insectos como mosquitos, pulgas, chinches o arañas, entre otros, que están infectados con la bacteria Borrelia burgdorferi y sus coinfecciones.
Si no se trata de manera temprana, puede evolucionar hacia una forma crónica y grave, con el potencial de causar complicaciones severas, incluso la muerte. Los síntomas principales de la enfermedad de Lyme incluyen erupciones cutáneas, dolores de cabeza, cuello y garganta, molestias musculares y articulares, fiebre, escalofríos, fatiga, pérdida del apetito, inflamación de glándulas, confusión mental, problemas neurológicos y cardíacos, trastornos visuales y afectaciones hepáticas.
Una vez que se confirma el diagnóstico clínico de la enfermedad mediante pruebas específicas, como el Lymecheck y Lymeplex, es fundamental iniciar el tratamiento lo antes posible para evitar que la enfermedad progrese y comprometa el sistema inmunológico. Los tratamientos abarcan desde el uso de antibióticos hasta técnicas avanzadas como la INUSpheresis, una forma de aféresis terapéutica con doble filtrado de plasma que elimina toxinas, citoquinas inflamatorias y proteínas dañinas de la sangre, según explicó el doctor Bueno. Este procedimiento ha demostrado su eficacia en otras enfermedades como el COVID persistente, de acuerdo con un estudio reciente.
En España y de acuerdo con datos del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, el número de hospitalizaciones por la enfermedad de Lyme se ha triplicado entre 2005 y 2019. Las garrapatas, principal vector de transmisión, se han incrementado debido al calentamiento global y pueden encontrarse en parques, jardines y zonas boscosas, representando un riesgo tanto para las personas, como para los animales domésticos.
Por este motivo, la organización SOS Lyme, en conjunto con la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y otras entidades sanitarias, ha lanzado una campaña de prevención y concienciación llamada SOS Garrapatas, con el objetivo de educar sobre medidas preventivas y aumentar la alerta ante posibles síntomas que puedan indicar que se ha sufrido una mordedura.
Actualizado: 11 de octubre de 2024