Un desarrollo pulmonar incompleto aumenta el riesgo de EPOC
15/02/2017
Un crecimiento y desarrollo pulmonar anormal durante el embarazo o la infancia incrementa el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en la edad adulta, según se destaca en la nueva edición de la Guía GOLD (Global Initiative for Chronic Obstructive Lung Disease), especialmente si la persona cuya capacidad pulmonar no se corresponde con la que debería tener de acuerdo a su edad, es además fumadora.
En el marco del simposio La EPOC invisible Eliseos ‘17 Encuentros para la Innovación en Respiratorio, el Dr. Alvar Agustí, director del Instituto Respiratorio del Hospital Clínic de Barcelona, y presidente de la Guía GOLD, ha explicado que aunque la EPOC es una patología asociada al envejecimiento, un mal desarrollo pulmonar es un importante factor de riesgo, que se relaciona con la predisposición genética, una alimentación inadecuada, la exposición al tabaco, o padecer asma o infecciones recurrentes durante la niñez.
Un mal desarrollo pulmonar es un importante factor de riesgo para desarrollar EPOC, y se relaciona con la genética, una alimentación inadecuada, la exposición al tabaco, o padecer asma o infecciones recurrentes durante la niñez
De hecho, el especialista ha advertido de que entre el 20% y el 30% de las personas fumadoras con buena función pulmonar terminan desarrollando EPOC, pero que este porcentaje es mayor todavía entre los fumadores que además presentan un mal desarrollo pulmonar. En la actualidad, la EPOC afecta al 10% de las personas de entre 40 y 80 años, y se considera la cuarta causa de muerte en la población adulta. Además, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, el 73% de los afectados no está diagnosticado ni recibe tratamiento.
El Dr. Pere Almagro, Coordinador de la Unidad de Pacientes Crónicos y Complejos del Hospital Universitario Mutua de Terrassa, de Barcelona, también ha querido destacar otras comorbilidades asociadas a la EPOC, y ha señalado que esta enfermedad no solo afecta al pulmón, sino también al resto del organismo, aumentando el riesgo de los pacientes de morir de cáncer o de enfermedad cardiovascular, o de padecer diabetes, hipertensión, o hipercolesterolemia, en comparación con el resto de la población.
Actualizado: 6 de octubre de 2017