Una terapia para EBV prometedora para tratar la esclerosis múltiple
18/04/2022
El virus de Epstein-Barr (EBV) es el responsable de la mononucleosis infecciosa, popularmente conocida como enfermedad del beso debido a que se transmite al entrar en contacto con la saliva de una persona infectada. Recientemente, un estudio reveló que este virus podría estar detrás del desarrollo de esclerosis múltiple (EM). Ahora, un ensayo clínico en fase I ha descubierto que una terapia diseñada para combatir este patógeno podría servir para tratar la esclerosis múltiple, e incluso revertir algunos de sus síntomas.
En el estudio, aún en fase preliminar, que ha sido llevado a cabo por la compañía de inmunoterapia Atara Biotherapeutics, en California (EE.UU.), han participado 24 voluntarios, de los cuales 20 experimentaron signos de mejoría o un freno en el constante deterioro de su salud y sin que además se produjeran efectos secundarios graves. Los resultados muestran que las infecciones latentes de Epstein-Barr son objetivos viables para tratar la EM al menos en algunos pacientes, lo que confirma la existencia de este curioso vínculo entre el EBV y una grave enfermedad que afecta a millones de personas a nivel mundial.
Combatir el EBV, clave para tratar la esclerosis múltiple
La mayoría de las personas se infectan con EBV –también conocido como herpesvirus humano 4– en algún momento de sus vidas; de hecho, se estima que alrededor del 95% de los individuos lo contrae, y aunque los síntomas de la mononucleosis que provoca normalmente no son graves, el virus se queda latente en el organismo y puede reactivarse en el futuro. Las consecuencias que tiene esta reactivación pueden ser desde benignas a mortales, pero la mayoría de las personas no se dan cuenta si el EBV vuelve a aparecer.
“Cuando el sistema inmunitario ataca al EBV para eliminar el virus, también termina apuntando a GlialCAM en la mielina”.
La investigación ha descubierto ahora la existencia de presuntos vínculos entre el EBV y varias enfermedades autoinmunes, cánceres y síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica (SFC/EM), y hay buenas razones para pensar que atacar el EBV latente podría ser clave para detener un factor determinado de la esclerosis múltiple: la descomposición progresiva de la mielina, que es la cubierta aislante que protege las células nerviosas.
Desde principios de la década de 1980 se venía observando que en una excesiva cantidad de muestras de sangre de pacientes con EM presentaban elevados niveles de anticuerpos contra el virus de Epstein Barr, y un estudio de la Universidad de Harvard ha encontrado que el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple era hasta 32 mayor en las personas que habían sufrido una infección previa por EBV.
Otra investigación realizada por científicos de la Universidad de Standford reveló que casi una cuarta parte de los pacientes con EM tienen anticuerpos que se unen tanto a una proteína del EBV denominada EBNA1, como a una proteína producida por nuestro propio sistema nervioso que se conoce como molécula de adhesión de células gliales o GlialCAM.
“Parte de la proteína EBV imita a su propia proteína huésped, en este caso, GlialCAM, que se encuentra en la cubierta aislante de los nervios”, explica el inmunólogo de Stanford William Robinson. “Esto significa que cuando el sistema inmunitario ataca al EBV para eliminar el virus, también termina apuntando a GlialCAM en la mielina”.
Esa pérdida de mielina podría ser la principal responsable de los síntomas de la esclerosis múltiple, como dificultades para caminar, entumecimiento y hormigueo, dolor, alteraciones de la visión, disfunción cognitiva, e incluso depresión. Se desconoce la razón por la que el EBV engaña al sistema inmunológico de algunos individuos y no de otros, pero la genética podría influir y predisponer a su sistema inmunitario para que ataque su propia mielina cuando sufran infecciones recurrentes por EBV, de forma que ayudarlas a eliminar la infección podría ayudar a tratar los síntomas de la EM.
Esta hipótesis se probó por primera vez hace algo menos de 10 años mediante una transferencia de células inmunitarias dirigidas al EBV en un solo paciente de 42 años. En el actual ensayo de Atara Biotherapeutics se emplearon glóbulos blancos de donantes especialmente seleccionados, con la esperanza de que se conviertan en un sistema de entrega más rápido y listo para usar.
Los investigadores esperan que la terapia, llamada ATA188, no solo proporcione a los pacientes con EM la oportunidad de mantenerse al tanto de la infección por EBV y, por lo tanto, mejorar sus síntomas, sino que el ‘modelo de donante’ se pueda ampliar fácilmente para llegar a un mayor número y una mayor diversidad de pacientes.
Los resultados del estudio se han presentado en una reunión de inversionistas recientemente y en una conferencia a fines del año pasado, y sus autores han asegurado que de los 18 pacientes que aceptaron participar en un período de recopilación de datos más extenso, nueve informaron de una mejora mantenida de su discapacidad durante un año o más.
Teniendo en cuenta el pequeño número de participantes y las mejoras moderadas, el hecho de que haya indicios de remielinización alrededor de algunos nervios supone una esperanza, ya que esto no es algo fácil de ver en pacientes con EM. “Cuando un paciente alcanza un cierto nivel de discapacidad avanzada, es raro que se revierta de forma natural, y no se esperaría ninguna mejora sostenida a partir de la evolución natural de la enfermedad”, concluye Mark Freedman, neurólogo de la Universidad de Ottawa.
Actualizado: 5 de mayo de 2023