La fiebre de Oropouche puede crecer en América Latina por el cambio climático

Eventos climáticos extremos podrían ser una de las principales causas del brote de la infección por el virus de Oropouche que afronta América Latina desde 2023, y cuyo impacto podría estar subestimado, según un estudio publicado en The Lancet que revela las zonas de mayor riesgo de transmisión.
Sanitario sostiene vial con sangre para analizar virus de Oropouche

14/04/2025

La fiebre de Oropouche es una enfermedad infecciosa que se debe al virus del que recibe el nombre y que se transmite mediante la picadura de un mosquito denominado Culicoides paraensis, aunque en las áreas selváticas existen otros que también pueden transmitir este patógeno. En la actualidad no se dispone de una vacuna para prevenir la infección, y el tratamiento está destinado a aliviar los síntomas que provoca, como fiebre, dolores de cabeza, articulares y musculares, diarrea, etcétera.

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Desde 2023, América Latina se ha estado enfrentando a un brote del virus Oropouche (OROV) sin precedentes, tanto por su magnitud, como por la velocidad de su propagación, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)1. Aún no se conocen las razones exactas detrás de este repentino aumento, por lo que un equipo de investigadores se ha propuesto identificar las zonas con mayor riesgo de transmisión y los factores que podrían estar impulsando este fenómeno.

El objetivo de los investigadores era entender mejor cómo y dónde se propaga el virus, y para ello analizaron más de 9.000 muestras de sangre recogidas entre 2001 y 2022 en seis países: Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador y Perú. Estas muestras ya habían sido recolectadas en estudios anteriores sobre salud y diagnóstico de enfermedades. En este nuevo análisis, los científicos buscaron señales de anticuerpos específicos contra el virus Oropouche porque esto indica si una persona ha estado expuesta a este virus en algún momento.

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Además, compararon estas señales con virus similares y con variantes del mismo virus, empleando pruebas de laboratorio más precisas, y analizaron información adicional como la edad, el sexo y el lugar de residencia de las personas, junto con datos sobre la presencia de los mosquitos que transmiten el virus y los informes sobre casos recientes.

Utilizaron un modelo informático avanzado –llamado MaxEnt– para evaluar todos estos datos y predecir así las zonas en las que había mayores probabilidades de contagio en América Latina. Lo hicieron usando dos enfoques: uno basado en los resultados de las muestras analizadas y otro en los casos reportados durante el brote actual de 2024.

Fenómenos climáticos han contribuido a la expansión del virus Oropouche

Los resultados de su investigación se acaban de publicar en la revista The Lancet2 y han revelado que alrededor del 6% de las personas analizadas tenían anticuerpos contra OROV, aunque con diferencias importantes según la región. Las zonas con mayor riesgo de transmisión se concentraron en la cuenca del Amazonas, ciertas áreas costeras y del sur de Brasil, y también en algunos sitios de Centroamérica y el Caribe.

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Además, comprobaron que las zonas que el modelo identificó como de alto riesgo coincidían con los lugares donde más casos se registraron en 2024, según la OPS, lo que confirma que el modelo es útil para anticiparse a futuros brotes. Otro importante hallazgo fue que las condiciones climáticas –como la temperatura y las lluvias– tienen un significativo impacto en la propagación del virus de Oropouche y podrían explicar más del 60% del riesgo; incluso se sospecha que los eventos climáticos extremos de 2024 podrían haber empeorado la situación.

Las condiciones climáticas –como la temperatura y las lluvias– podrían explicar más del 60% del riesgo de propagación del virus de Oropouche

Por otro lado, aunque existen variantes del virus con proteínas diferentes (llamadas “recombinantes”), no se observaron grandes diferencias entre las distintas cepas del propio OROV en cuanto a cómo reaccionan los anticuerpos. En otras palabras, el virus en sí parece mantener características bastante estables, pero sus variantes pueden comportarse de forma distinta.

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Este estudio sugiere que el clima es uno de los principales factores que están detrás del aumento de los casos de fiebre de Oropouche, y que la propagación del virus podría empeorar si no se adoptan medidas, sobre todo en contextos de cambio climático. Para estar preparados ante futuros brotes los expertos recomiendan mejorar los sistemas de diagnóstico y vigilancia, así como reforzar el control de los mosquitos que transmiten el virus. Las predicciones generadas en este estudio pueden servir como guía para orientar estos esfuerzos en las regiones más vulnerables.

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  • 1
    Enfermedad Por Virus Oropouche. https://www.paho.org/es/temas/enfermedad-por-virus-oropouche.
  • 2
    Carlo Fischer, Anna Frühauf, Lucia Inchauste, Murilo Henrique Anzolini Cassiano, y Heriberto Arévalo Ramirez. «The Spatiotemporal Ecology of Oropouche Virus across Latin America: A Multidisciplinary, Laboratory-Based, Modelling Study». The Lancet Infectious Diseases, Elsevier BV, 2025, doi:10.1016/s1473-3099(25)00110-0.

Actualizado: 14 de abril de 2025

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