La OMS alerta del aumento de hantavirus en las Américas
07/11/2013
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud se mantienen en alerta ante la detección de varios casos de síndrome pulmonar por hantavirus (VPH) en las Américas, donde en los últimos años se han seguido registrando casos en Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Panamá, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
El síndrome pulmonar por hantavirus (SPH) es una zoonosis viral que se contrae sobre todo al inhalar las partículas en suspensión en el aire que proceden de los excrementos de roedores infectados con el virus. Aunque el hantavirus puede estar presente en muchas especies, como murciélagos y musarañas, sus principales reservorios son los roedores muridae/cricetidae, entre los que se encuentran los hámsters y las ratas campestres.
En Argentina, por ejemplo, la infección por hantavirus se detectó por primera vez en 1997, y cada año se produce una media de 83 casos. El promedio en Chile es de 67 casos al año. En Paraguay, donde el primer caso de SPH se notificó en 1995, la incidencia ha disminuido desde 2011, año en que se reportaron 56 casos, que disminuyeron hasta los 18 en 2012, y 2 hasta la semana epidemiológica 40 de 2013.
Durante 2012 y principios de 2013 se han incrementado las infecciones por hantavirus en algunos países de la Región, por lo que OMS y OPS recomiendan la vigilancia e investigación exhaustiva de los brotes
En Canadá, a pesar de que se considera una enfermedad muy rara, cada año se detecta algún caso, y en lo que va de 2013 el número de casos notificados ha superado la línea base de los 14 últimos años. Mientras que en Estados Unidos desde el año 1993 se han confirmado casos de SPH en 34 estados, y la media se sitúa en 29 afectados por año.
La OMS y la OPS recomiendan que se mantengan los esfuerzos para detectar y notificar cuanto antes los casos de SPH, ya que se ha observado un incremento en la infecciones por hantavirus en algunos países de la Región durante 2012 y comienzos de 2013.
Estos organismos han recordado también que la detección y el tratamiento precoz de esta infección –cuyos síntomas característicos son fiebre, mialgias, y molestias gastrointestinales, que se continúan con dificultad respiratoria e hipotensión– mejoran mucho el pronóstico del paciente. El tratamiento médico inicial incluye antipiréticos y analgésicos, y a veces también se administran al paciente antibióticos de amplio espectro a la espera de confirmarse el agente causal. En casos graves, es necesario trasladar al afectado a una unidad de cuidados intensivos.
Actualizado: 8 de febrero de 2019