Las heridas sufridas por el día cicatrizan antes que las de la noche

Las células cutáneas encargadas de reparar las heridas son más eficientes durante el día, y si la lesión se produce entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde se cura más rápidamente que si ocurre por la noche.
Herida en el dedo

Las proteínas del citoesqueleto de los fibroblastos son más activas en horario nocturno y sus heridas se curan antes.

Una investigación en la que se han llevado a cabo experimentos con células cutáneas de ratones ha demostrado que las heridas que se producen durante el periodo de máxima actividad, es decir, durante el día en el caso de los seres humanos, cicatrizan casi el doble de rápido que aquellas que se producen de noche.

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Posteriormente, los investigadores estudiaron los datos de pacientes con quemaduras graves extraídos de la International Burn Injury Database, y comprobaron que si habían sufrido las lesiones por la noche tardaron un 60% más tiempo en curarse que si las habían sufrido entre las 8 de la mañana y las 8 de la tarde; en concreto, 28 días de media en regenerarse al 95%, frente a 17 días.

Los autores del trabajo, dirigido por el Laboratorio de Biología Molecular del Consejo de Investigación Médica en Cambridge (Reino Unido), han atribuido este hecho a que nuestro reloj biológico, o ritmos circadianos, intervienen en el proceso de curación de las heridas que realizan las células cutáneas, y lo optimizan durante el día, un hallazgo que podría resultar muy útil para decidir cuándo es el mejor momento para intervenir quirúrgicamente a un paciente, por ejemplo, así como para desarrollar nuevos fármacos que faciliten la cicatrización de las heridas.

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El reloj biológico afecta a las células que reparan la piel

Los científicos centraron su análisis en los fibroblastos, unas células presentes en todos los tejidos del organismo, que son las encargadas de producir colágeno y reparar las heridas. En el caso de los ratones, cuya fase activa se da por la noche, un experimento en el laboratorio a lo largo de 48 horas (equivalente a dos ciclos circadianos) mostró que las proteínas del citoesqueleto de los fibroblastos se encuentran más activas en horario nocturno y sus heridas se curan antes en este periodo, mientras que durante el día, que es cuando los ratones duermen, sus lesiones tardan más en cicatrizar porque el citoesqueleto de los fibroblastos es menos eficiente.

La capacidad de regeneración de las células de la piel varía a lo largo de 24 horas, adaptándose a los ritmos circadianos

John O'Neill, investigador del Laboratorio de Biología Molecular del MRC, ha explicado que sus hallazgos podrían tener aplicaciones prácticas, ya que cuando fuese necesario operar a un paciente la cirugía se podría planificar de forma que se adaptase a su propio reloj biológico, que es diferente en cada individuo, de forma que si se trata de una persona con un cronotipo nocturno la intervención debería realizarse por la tarde, y aquellas que sean matutinas deberían ser operadas por la mañana, para optimizar su recuperación, si bien indica la necesidad de realizar nuevos estudios que confirmen estos efectos.

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La hipótesis que barajan estos científicos para explicar por qué varía la capacidad de regeneración de las células de la piel a lo largo de 24 horas es que en los mamíferos habrían evolucionado para curar las heridas con mayor rapidez durante el día, porque en ese horario es cuando nos encontramos más activos y, por lo tanto, corremos más riesgo de lesionarnos, por lo que el coste energético de mantenerse activas estaría justificado; y su actividad y eficiencia se reducirían por la noche para ahorrar energía, porque los riesgos disminuyen significativamente mientras permanecemos quietos y dormidos.

Actualizado: 4 de mayo de 2023

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