Identifican el área del cerebro clave para la inteligencia fluida

La inteligencia fluida es nuestra capacidad para resolver problemas sin experiencia previa y adaptarnos a situaciones nuevas con rapidez, y constituye la característica que define a la cognición humana, ya que es fundamental para el éxito educativo, profesional y social, influye en una buena salud y en la longevidad, y está relacionada con numerosas habilidades cognitivas como la memoria.

Se considera a la inteligencia fluida como un factor clave implicado en el “pensamiento activo”, un conjunto de procesos mentales complejos como los que intervienen en la abstracción, el juicio, la atención, la generación de estrategias y la inhibición. Este conjunto de habilidades se puede emplear en las actividades cotidianas, desde organizar una cena, hasta hacer la declaración de la renta.

Pese al papel que desempeña en el comportamiento humano, hay dudas sobre si se trata de una sola cualidad, o de un grupo de habilidades cognitivas, por lo que científicos dirigidos por investigadores del Instituto de Neurología Queen Square del University College Lodon (UCL) y el Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía de la UCLH han llevado a cabo un estudio en el que han mapeado el cerebro y han encontrado cuál es la zona cerebral clave para la inteligencia fluida. Sus hallazgos se han publicado en Brain.

Daños cerebrales que limitan el rendimiento de la inteligencia fluida

Para determinar cuáles son las regiones del cerebro necesarias para una capacidad es necesario estudiar a pacientes en los que esa zona falte o esté dañada, lo que se conoce como ‘mapeo del déficit de lesiones’, un estudio difícil de realizar porque es complicado identificar y evaluar a los pacientes con lesión cerebral focal. Por eso, en trabajos previos se han utilizado sobre todo imágenes de resonancia magnética que pueden no ser fiables.

“Las regiones frontales derechas del cerebro son fundamentales para las funciones de alto nivel involucradas en la inteligencia fluida, como la resolución de problemas y el razonamiento”

Los autores del nuevo estudio analizaron a 227 pacientes que habían tenido un tumor cerebral o un accidente cerebrovascular en áreas concretas del cerebro y a 165 individuos sanos, usando el Raven Advanced Matrices progresivas (APM): la prueba mejor establecida de inteligencia fluida, que contiene problemas de patrón visual de opción múltiple de dificultad creciente. Cada problema incluye un patrón incompleto de figuras geométricas y para resolverlo hay que seleccionar la pieza faltante en un conjunto de múltiples opciones posibles.

Después realizaron un ‘mapeo del déficit de lesiones’ para descifrar los patrones anatómicos de las formas comunes de lesión cerebral, como el accidente cerebrovascular. Su enfoque abordó las relaciones entre las áreas del cerebro como una red matemática cuyas conexiones describen la tendencia de estas regiones a verse afectadas juntas, bien por la enfermedad, o como reflejo de una capacidad cognitiva común.

De esta forma, los investigadores pudieron separar el mapa cerebral de las capacidades cognitivas de los patrones de daño, lo que les permitió mapear las diferentes partes del cerebro y determinar qué pacientes obtuvieron peores resultados en la tarea de inteligencia fluida en función de sus lesiones.

Comprobaron entonces que el rendimiento deficiente de la inteligencia fluida se limitaba en gran medida a los pacientes con lesiones frontales derechas, en lugar de un amplio conjunto de regiones distribuidas por todo el cerebro. Junto con los tumores cerebrales y los accidentes cerebrovasculares, este daño suele ser habitual en pacientes con una variedad de otras afecciones neurológicas, incluidas las lesiones cerebrales traumáticas y la demencia.

La profesora Lisa Cipolotti, del Instituto de Neurología Queen Square de UCL y autora principal, ha explicado: “Nuestros hallazgos indican por primera vez que las regiones frontales derechas del cerebro son fundamentales para las funciones de alto nivel involucradas en la inteligencia fluida, como la resolución de problemas y el razonamiento”. “Esto respalda el uso de APM en un entorno clínico, como una forma de evaluar la inteligencia fluida e identificar la disfunción del lóbulo frontal derecho”.

“Nuestro enfoque de combinar el nuevo mapeo del déficit de lesiones con la investigación detallada del rendimiento de APM en una gran muestra de pacientes proporciona información crucial sobre la base neuronal de la inteligencia fluida. Es esencial prestar más atención a los estudios de lesiones para descubrir la relación entre el cerebro y la cognición, que a menudo determina cómo se tratan los trastornos neurológicos”.