En un año y medio –de diciembre de 2010 a junio de 2012–, se ha incrementado un 125% el número de pacientes en listas de espera que aguardan su turno para ser operados en la sanidad pública, y un 178% el de aquellos que deben aguardar más de 180 días antes de la intervención quirúrgica.
Y es que a causa de los recortes derivados de la crisis económica, no solo ha aumentado el número de personas que esperan, sino que cada uno de ellos también espera más días que antes –el plazo de espera media ha pasado de 32 a 72 días–, y según los datos aportados por diez comunidades autónomas, en junio ya había más de 27.000 personas que rebasaban los 180 días de demora que en 2003 las comunidades se comprometieron a no superar.
Las demoras no solo afectan a la cirugía, sino que cada vez hay que esperar más para realizarse pruebas médicas, como una radiografía, una resonancia magnética nuclear o una ecografía
Entre las comunidades de las que se conocen datos, Extremadura y Castilla-La Mancha son las que encabezan el ranking de mayor tiempo de espera antes de una intervención quirúrgica, que llega hasta los 109 y 107 días respectivamente, lo que supone 43 y 58 días más de media que en diciembre de 2010.
Según las últimas cifras ofrecidas por el Ministerio de Sanidad –en diciembre de 2011–, en 16 comunidades autónomas había 459.885 personas en lista de espera, y alrededor del 10% de estos pacientes llevaba más de seis meses esperando. Además, ya entonces se preveía que la situación empeorase.
Las especialidades con mayor tiempo de espera son cirugía plástica, traumatología y cirugía torácica. Y los recortes no solo afectan a la cirugía, sino que cada vez hay que esperar más también para realizarse determinadas pruebas médicas, como una radiografía, una resonancia magnética nuclear o una ecografía –en las que ha aumentado un 4% el número de pacientes en lista de espera.
La demora para ser atendidos, además de perjudicar la salud de los afectados, también genera más gastos y nuevas listas de espera. Esto ocurre porque normalmente el estado de los pacientes empeora con el tiempo, lo que tiene como consecuencia que la intervención quirúrgica resulte más complicada y el paciente tenga también un postoperatorio más largo y dificultoso, que se traduce en una incapacidad temporal prolongada, y mayor necesidad de medicamentos y pruebas diagnósticas adicionales.
Actualizado: 27 de noviembre de 2019