Reducir la discapacidad y prevenir el desarrollo de migraña crónica
Entre los medicamentos específicamente diseñados para tratar la migraña destacan aquellos que bloquean la proteína CGRP, relacionada con el dolor de la migraña.
Erenumab, el primer fármaco de este grupo en salir al mercado, es uno de ellos.
Para evaluar los beneficios de los medicamentos específicos contra la migraña, el primer estudio publicado en JAMA Neurology analizó la evolución de 621 pacientes con migraña episódica, es decir, con menos de 15 días de migraña al mes. Este estudio fue un ensayo clínico de fase IV en el que participaron 84 centros de 17 países. Los pacientes se dividieron en dos grupos: uno recibió erenumab y, el otro, tratamientos inespecíficos para
prevenir la migraña, como betabloqueantes, antiepilépticos o antidepresivos, entre otros.
Los investigadores encontraron que los pacientes tratados con erenumab mostraban una mejor respuesta al tratamiento. De hecho, el estudio reveló que un paciente que recibe erenumab tiene hasta 13 veces más probabilidades de experimentar una mejora clínica significativa en un año, en comparación con aquellos que reciben tratamientos inespecíficos.
El estudio también intentó simular la práctica clínica, permitiendo a los neurólogos cambiar el tratamiento si lo consideraban necesario. Los pacientes que recibieron erenumab continuaron con el tratamiento con más frecuencia que aquellos que inicialmente recibieron tratamientos inespecíficos y, además, experimentaron menos efectos secundarios.
"Sería recomendable prescribir estos tratamientos como primera línea para prevenir la migraña crónica, mejorar la calidad de vida de los pacientes, disminuir la discapacidad y reducir los costes socioeconómicos asociados"
“Erenumab demuestra ser más eficaz y tolerable, y también mejora significativamente la adherencia de los pacientes al tratamiento”, explica la Dra. Patricia Pozo-Rosich, jefa de la Sección de Neurología y de la Unidad de Cefalea del Hospital Universitario Vall d’Hebron, responsable del grupo de Cefalea y Dolor Neurológico del VHIR y directora del Migraine Adaptive Brain Center de Vall d’Hebron.
En cuanto a la evolución de la enfermedad, iniciar el tratamiento específico en fases tempranas puede prevenir el desarrollo de migraña crónica, caracterizada por más de 15 días de migraña al mes. “Comenzar el tratamiento tarde hace mucho más difícil revertir la condición. Si iniciamos tratamientos tempranos, podemos reducir la cronificación. Por lo tanto, sería recomendable prescribir estos tratamientos como primera línea para prevenir la migraña crónica, mejorar la calidad de vida de los pacientes, disminuir la discapacidad y reducir los costes socioeconómicos asociados”, enfatiza la Dra. Pozo-Rosich.
El inicio temprano del tratamiento consigue mejores resultados
A pesar de los avances que representan los fármacos anti-CGRP en el abordaje de la migraña, aún hay un gran porcentaje de personas que no logran una mejoría clínica. El Vall d’Hebron ha liderado un estudio publicado en Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry para investigar las variables que influyen en la respuesta a esta terapia. El estudio, realizado con 5.818 personas de 35 centros en siete países europeos, analizó los factores que influyen en la respuesta a las terapias anti-CGRP. Se trató de un estudio de vida real con pacientes que previamente habían recibido tratamientos inespecíficos sin éxito y que en el momento del estudio tomaban fármacos anti-CGRP, como erenumab.
Entre los factores clave que favorecen la respuesta a la terapia se encuentran tener menos días de migraña al mes o menos discapacidad asociada a la enfermedad. “Los resultados subrayan la importancia de iniciar el tratamiento tempranamente para mejorar la evolución de la enfermedad, sin esperar a que otros tratamientos inespecíficos sean ineficaces”, asegura el Dr. Edoardo Caronna, neurólogo de la Unidad de Cefalea del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigador principal del grupo de Cefalea y Dolor Neurológico del VHIR.
Además, el equipo observó que otros factores, como tener dolor solo en un lado de la cabeza, o no sufrir depresión, se asocian a una mejor respuesta al tratamiento. Aunque el sexo no influye en la respuesta, sí se observó una mejor respuesta en personas de mayor edad.
“Estos factores nos ayudan a entender por qué algunos pacientes responden o no al tratamiento, pero necesitamos seguir investigando para identificar biomarcadores específicos para el diagnóstico, seguimiento y respuesta al tratamiento de la migraña. Esto nos permitirá identificar a las personas que responderán a la terapia antes de administrarla”, concluye la Dra. Pozo-Rosich, quien afirma que la medicina personalizada contribuirá a mejorar la calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad neurológica que puede ser muy discapacitante.
Fuente: Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR)