El coronavirus está más adaptado a infectar a humanos que a animales
28/06/2021
Los científicos de todo el mundo siguen descubriendo nuevos aspectos del SARS-CoV-2, responsable de una pandemia mundial que todavía no ha sido posible erradicar. El último hallazgo sobre el virus que causa el COVID-19 es que parece estar más adaptado a infectar células humanas que células de animales como los murciélagos o los pangolines, que se habían señalado como la principal vía del origen de la enfermedad.
Esta conclusión se ha obtenido en un estudio publicado en Nature Scientific Reports y realizado por científicos de la Universidad de Flinders y la Universidad de La Trobe (ambas en Australia) gracias a un modelo informático de alto rendimiento que ha permitido estudiar el SARS-CoV-2 y que analizó el proceso de infección del virus en humanos y en 12 animales domésticos y exóticos, como gatos, perros, cerdos, vacas, pangolines o murciélagos, entre otros.
Los humanos mostraron la unión de picos más fuerte, algo sorprendente porque siempre se ha creído que la fuente inicial de la infección por SARS-CoV-2 era un animal
Los resultados mostraron que la proteína espiga del nuevo coronavirus se unía a la proteína ACE2 humana –receptor de las células– con más fuerza que en el caso del resto de los animales. Fue especialmente llamativa la escasa capacidad del virus para unirse a las células del murciélago, en comparación a cómo lo hacia con las de las personas.
Posible especie intermediaria en la transmisión del SARS-CoV-2
“Esto argumenta en contra de que el virus se transmita directamente de los murciélagos a los humanos. Por lo tanto, si el virus tiene una fuente natural, solo podría haber llegado a los humanos a través de una especie intermediaria que aún no se ha encontrado”, explica el profesor Nikolai Petrovsky de la Universidad de Flinders y uno de los autores del estudio.
David Winkler, otro de los investigadores y profesor en la Universidad de La Trobe, ha aclarado que los humanos fueron los que mostraron una unión de picos más fuerte, lo que coincide con la alta susceptibilidad al virus que tienen las personas, aunque esto resulta sorprendente, ya que siempre se ha creído que la fuente inicial de la infección fue un animal. Otra de las uniones relativamente fuertes de los animales fue la de los pangolines, por encima de los monos, murciélagos y serpientes.
“Las proteínas de pico de pangolín y SARS-CoV-2 pueden haber desarrollado similitudes a través de un proceso de evolución convergente, recombinación genética entre virus, o mediante ingeniería genética”
Este animal parecido a un oso hormiguero se identificó como uno de los posibles orígenes del COVID-19, algo que se desmintió tras conocer que el coronavirus del pangolín tenía menos del 90% de similitud genética al SARS-CoV-2, por lo que no podría ser su antepasado, explica Petrovsky. No obstante, la parte específica de la proteína del pico del coronavirus del pangolín que se une a ACE2 era casi idéntica a la de la proteína del pico del SARS-CoV-2.
“Este intercambio de la proteína de pico casi idéntica explica casi con certeza por qué el SARS-CoV-2 se une tan bien al pangolín ACE2. Las proteínas de pico de pangolín y SARS-CoV-2 pueden haber desarrollado similitudes a través de un proceso de evolución convergente, recombinación genética entre virus, o mediante ingeniería genética, sin una forma actual de distinguir entre estas posibilidades”
Sin embargo, el origen del SARS-CoV-2 todavía es un misterio, por lo que se sigue investigando su origen. Todos estos esfuerzos por conocer más sobre el virus van encaminados a poder combatirlo de manera más efectiva, protegiendo a la población de su contagio y acabando con la pandemia que limita y pone en riesgo la vida.
Actualizado: 5 de mayo de 2023