El CSIC crea un test que diferencia vacunados y recuperados del COVID
12/05/2021
Hasta ahora se contaba con test serológicos o de anticuerpos para identificar a aquellas personas que habían pasado el COVID-19, pero con el inicio de la vacunación de la población quedaba la duda de cómo podían diferenciar si la persona testada ha sufrido el COVID-19 por infección natural o si había desarrollado anticuerpos tras recibir la vacuna. Ahora, distinguir si una persona ha sido vacunada o si ha pasado el COVID-19 podría ser posible gracias a un nuevo test desarrollado por miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
A diferencia de otros test del mercado, esta tecnología permite, gracias a una pequeña muestra de sangre, detectar tres tipos de anticuerpos y cuatro proteínas del virus SARS-CoV-2 con una fiabilidad de más del 99%.
Estos anticuerpos son diferentes en el caso de la vacunación o la infección natural con el nuevo coronavirus, por lo que la principal ventaja que supone este test es poder diagnosticar en un solo tubo los distintos anticuerpos frente a diferentes antígenos, todo ello gracias a la técnica de citometría de flujo.
Este test también permite saber en el momento de la infección en la que se encuentran los pacientes, gracias a los tres tipos de anticuerpos (IgG, IgA e IgM)
“La citometría de flujo es la técnica que se utiliza normalmente para obtener el porcentaje de glóbulos blancos y de otras células sanguíneas en los análisis de sangre habituales. Estos instrumentos están en todos los hospitales y laboratorios de diagnóstico clínico. Lo novedoso es el uso de esta técnica para un ensayo serológico”, explica Mar Valés, inmunóloga del CNB-CSIC.
El test identifica tres anticuerpos y cuatro proteínas del SARS-CoV-2
El test utiliza una pequeña muestra de suero o plasma para identificar tres anticuerpos, lgG, lgA e IgM, y cuatro proteínas del virus SARS-CoV-2, la proteína Spike y su dominio RBD –dos proteínas que son componentes principales de las vacunas– la proteína de envoltura o nucleocáside (NP) y la proteasa responsable de la replicación del virus (Mpro/3CLpro).
Todo esto da una información muy completa de la respuesta inmunológica del organismo frente al virus y se simplifica la manipulación. También permite saber el momento de la infección en el que se encuentra el paciente, gracias a los anticuerpos. De esta manera, la inmunoglobina (IgM) es la primera que se genera tras la entrada del virus e indica el inicio de la respuesta inmune, la inmunoglobina G (IgG), que aparece en un estado más avanzado de la infección y puede durar hasta meses después de la enfermedad, y por último la inmunoglobina A (IgA), localizada en mucosas de la vías respiratorias aunque también pueden detectarse en el suero del paciente.
Los investigadores creen que este test podría llegar a laboratorios, hospitales y unidades de investigación en este mes de mayo
Lo que diferencia a este test de otros que ya están en el mercado es que permite diferenciar a las personas que ya han pasado el COVID-19 de los que han sido vacunados contra la enfermedad. “Tras la vacunación solo se producen anticuerpos frente a la proteína empleada en la vacuna (la proteína Spike y su dominio RBD), mientras que en una persona que ha sufrido la infección también se generan anticuerpos contra las proteínas Mpro y la NP”, expone José Miguel Rodríguez Frade, investigador del CNB-CSIC.
Según explican los investigadores, prevén que en este mes de mayo lleguen unidades del test a unidades de investigación, laboratorios clínicos y hospitales españoles. Además, afirman que su desarrollo es compatible con las tecnologías de citometría de flujo estándar que hay en laboratorios, se puede automatizar y la obtención de resultados requiere de unas dos horas.
Actualizado: 5 de mayo de 2023