El CSIC identifica una proteína clave para prevenir y tratar la obesidad
19/01/2024
La obesidad se ha convertido en un problema de salud pública, ya que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), su incidencia se ha triplicado desde 1975 y, en 2020, 39 millones de niños menores de cinco años presentaban sobrepeso u obesidad, que constituyen un factor de riesgo para desarrollar numerosas enfermedades.
Identificar los factores moleculares que intervienen en la ganancia de peso es fundamental para desarrollar terapias que permitan prevenir y combatir esta epidemia global. Ahora, un nuevo estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que la proteína Dido1 es clave en el desarrollo del tejido adiposo y tiene la capacidad de prevenir la obesidad, incluso en situaciones de alimentación con dietas enriquecidas en grasas.
Los investigadores utilizaron ratones modificados genéticamente para comprobar la capacidad de este gen para prevenir la obesidad. Thierry Fischer, investigador del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), ha explicado las claves del estudio: “El foco de nuestro laboratorio es el desarrollo de células madre y en los trabajos previos sobre la función de Dido1 habíamos observado que los ratones con mutaciones en el extremo amino terminal de la proteína presentaban un fenotipo diferencial: eran más delgados que los ratones silvestres”. “Por este motivo decidimos comprobar cuáles eran las diferencias en su metabolismo”, añade.
Un avance para desarrollar tratamientos de enfermedades metabólicas
El tejido adiposo es el principal órgano de almacenamiento de grasa y desempeña un papel fundamental en la regulación del metabolismo sistémico y en las enfermedades relacionadas con la obesidad. “Un tejido adiposo disfuncional puede inducir un exceso o una reducción de la grasa corporal (también llamada lipodistrofia). En este estudio, identificamos que la delgadez de los ratones mutantes se debe a una disminución del tejido adiposo y baja presencia de lípidos en sangre, incluso cuando sus condiciones de alimentación incluyen una dieta rica en grasas”, señala el investigador del CSIC.
“Hemos visto que cuando se realizan estudios del gasto energético e ingesta de los animales en jaulas metabólicas, los ratones mutados tienen más dificultades para utilizar los lípidos de la dieta de forma eficiente. Prefieren utilizar hidratos de carbono”, comenta Gema Medina-Gómez, científica de la Universidad Rey Juan Carlos. Otro de los interesantes hallazgos del estudio para Guadalupe Sabio, investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) es que “la alteración de la grasa, además de provocar delgadez, resulta en una ligera hipotermia en estos animales”.
Los resultados del trabajo se han publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y, aunque se han obtenido en ratones experimentales, pueden tener importantes implicaciones terapéuticas en patologías metabólicas. Este modelo difiere de otros modelos de ratones lipodistróficos previamente publicados y podría constituir un nuevo sistema para la investigación y desarrollo de intervenciones terapéuticas dirigidas. “El desarrollo de este modelo puede ser muy útil para entender mejor la regulación del almacenamiento y la distribución de la grasa”, concluye María Ángeles García-López, también investigadora del CNB-CSIC y primera autora de la investigación.
Fuente: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Actualizado: 19 de enero de 2024