Hallan cómo transportar fármacos al cerebro para revertir la obesidad
05/11/2021
Unos 650 millones de personas padecen obesidad, un problema de salud que se podría evitar actuando sobre los mecanismos que regulan la masa corporal, lo que supone un reto para la ciencia porque se encuentran sobre todo en el hipotálamo, una zona del cerebro a la que no llegan los fármacos. Ahora, sin embargo, un nuevo estudio ha descubierto una forma de resolverlo utilizando nanopartículas naturales que transportan los medicamentos capaces de introducirse en el hipotálamo para revertir la enfermedad.
La investigación, que ha sido realizada por el grupo del CiMUS de la USC NeurObesity, liderado por Miguel López con el apoyo de CaixaResearch de Fundación “la Caixa” en colaboración con investigadores de la Universidad de Angers (Francia), y se ha publicado en Nature Metabolism, ha demostrado que con esta estrategia era posible revertir el exceso de peso en ratones muy obesos, a pesar de que estos siguieran una dieta alta en grasas. La nueva técnica podría aplicarse también en los seres humanos y emplearse, además, en otras patologías relacionadas con el cerebro.
Actuar sobre el cerebro para inducir la pérdida de peso
Las dietas y otras alternativas terapéuticas que se han utilizado en el tratamiento de la obesidad no han frenado la epidemia en la que se ha convertido, por lo que los científicos siguen buscando un tratamiento eficaz y que se pueda administrar a la mayoría de las personas obesas. Uno de los principales problemas a los que se enfrentan para conseguirlo es que muchos de los potenciales mecanismos que intervienen en la regulación de la masa corporal se encuentran en el hipotálamo, una región del cerebro de difícil acceso.
La estrategia ha revertido la obesidad en ratones muy obesos, que perdieron peso gracias a un mayor gasto calórico en el tejido adiposo pardo, a pesar de seguir una dieta rica en grasa
Desarrollar medicamentos que actúen en el cerebro es muy complicado porque este órgano cuenta con un elevado grado de protección. “En primer lugar, está ubicado dentro de una auténtica “caja fuerte”: el cráneo y, en segundo lugar, cualquier molécula que tenga que llegar al cerebro tiene que atravesar un sofisticado sistema de transporte: la barrera hematoencefálica. Esta estructura no sólo actúa como un sistema de peaje para moléculas del propio cuerpo, sino que juega también un papel fundamental regulando la entrada de medicamentos en el cerebro”, explica Miguel López, del CiMUS de la USC; y del CIBER de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN).
En el año 2010 el grupo de Miguel López descubrió que la proteína AMPK desempeñaba en el hipotálamo un papel clave en la regulación de la masa corporal modulando la actividad de la grasa parda. Por ello, desarrollaron una nueva estrategia y cargaron vesículas extracelulares que incluían un gen modificado que inhibe la acción de la proteína AMPK en un grupo muy reducido de neuronas (unos pocos miles) del hipotálamo de los roedores. De esta forma, han conseguido revertir la obesidad en ratones muy obesos, que perdieron peso gracias a un mayor gasto calórico en el tejido adiposo pardo, ya que seguían alimentándose con una dieta con un gran contenido de grasa (60%).
“Nuestro enfoque ha consistido en utilizar vesículas extracelulares, un tipo de nanopartículas naturales presentes en nuestro organismo, cuya ventaja reside precisamente en su tamaño: son tan pequeñas que se pueden “colar sin pagar el peaje” a través de la barrera hematoencefálica. Sin embargo, son lo suficientemente grandes como para ser “cargadas” con otras moléculas, por ejemplo, un fármaco, y actuar como mecanismo de transporte. Serían una especie de “vagones moleculares”, señalan López y Edward Milbank, experto en vesículas extracelulares, miembro del grupo NeurObesity y primer autor del trabajo.
Actualizado: 5 de mayo de 2023