La mitad de los adultos y un tercio de los niños tendrán obesidad en 2050

El sobrepeso y la obesidad se han convertido en una epidemia en todo el mundo y ser capaces de predecir cómo evolucionará esta situación en el futuro es clave para diseñar e implementar estrategias que contribuyan a frenar este problema de salud pública y sus consecuencias. Dos nuevos estudios han analizado los cambios en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos, adolescentes y niños desde 1990 hasta 2021 en distintos niveles: global, regional y nacional y ha realizado proyecciones hasta el año 2050.

En la investigación sobre adultos publicada en la revista The Lancet1, los investigadores emplearon datos del estudio ‘Global Burden of Diseases, Injuries, and Risk Factors’2 para estimar la cantidad de personas mayores de 25 años con sobrepeso y obesidad en 204 países y territorios, diferenciando por edad y sexo. Los datos proceden de 1.350 fuentes diferentes, que incluyen encuestas, informes y estudios publicados. Se aplicaron ajustes específicos para corregir los errores derivados de la información auto-reportada.

Se utilizaron modelos de regresión espacial y temporal para garantizar que los resultados fueran comparables a lo largo del tiempo y en distintas regiones del mundo y para hacer predicciones futuras se tuvieron en cuenta factores como el Índice Socio-Demográfico y las tendencias observadas en el pasado.

La obesidad es un problema global en aumento

Desde 1990 hasta 2021, la obesidad y el sobrepeso aumentaron a nivel mundial, regional y en todos los países analizados. En 2021, aproximadamente 1.000 millones de hombres adultos y 1.110 millones de mujeres adultas tenían sobrepeso u obesidad. China encabezaba la lista con la mayor cantidad de personas afectadas (402 millones), seguida por India (180 millones) y Estados Unidos (172 millones).

Las regiones con las mayores tasas de sobrepeso y obesidad fueron Oceanía, el norte de África y Medio Oriente, donde en algunos países más del 80% de los adultos presenta un exceso de peso. Comparado con 1990, la obesidad a nivel global aumentó un 155,1% en hombres y un 104,9% en mujeres. En el norte de África y Medio Oriente, el incremento fue aún más drástico: en los hombres se triplicó y en las mujeres se duplicó.

Según el segundo estudio también publicado en The Lancet3, entre 1990 y 2021, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes se duplicó, mientras que la de obesidad por sí sola se triplicó. Para 2021, se estimó que 93,1 millones de niños de entre 5 y 14 años y 80,6 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años tenían obesidad.

A nivel regional, en 2021, las tasas más altas de sobrepeso y obesidad se registraron en el norte de África y Medio Oriente (por ejemplo, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait). Las regiones donde el aumento fue más pronunciado entre 1990 y 2021 fueron el sudeste asiático, el este de Asia y Oceanía (incluyendo Taiwán, Maldivas y China). En países de Australasia (como Australia) y América del Norte de altos ingresos (como Canadá), la obesidad ya superó al sobrepeso como el problema predominante en mujeres de ambos grupos de edad, y lo mismo ocurrió en países del norte de África, Medio Oriente y Oceanía para ambos sexos.

A nivel global, se estima que para 2050 el 15,6% de los niños de 5 a 14 años tendrán obesidad (186 millones de personas), mientras que el 14,2% de los jóvenes de 15 a 24 años también la padecerán (175 millones). En el caso de los varones de 5 a 14 años, la obesidad superará al sobrepeso (16,5% frente al 12,9%), mientras que en las mujeres de 5 a 24 años y los varones de 15 a 24 años, el sobrepeso seguirá siendo más común. En regiones como el norte de África, Medio Oriente y América Latina tropical, se espera que la obesidad predomine sobre el sobrepeso antes de 2050 en ambos sexos y grupos de edad.

Si la actual tendencia continúa, se estima que para 2050 habrá 3.800 millones de adultos con sobrepeso u obesidad, lo que representará más de la mitad de la población adulta mundial. Aunque China, India y Estados Unidos seguirán teniendo el mayor número de personas con obesidad, en África subsahariana se prevé un crecimiento del 254,8%. En Nigeria, por ejemplo, se espera que el número de adultos con exceso de peso aumente hasta 141 millones, convirtiéndolo en el cuarto país con más personas afectadas.

El informe concluye que hasta el momento ningún país ha conseguido frenar el aumento del sobrepeso y la obesidad en adultos. Sin intervenciones urgentes y efectivas, esta crisis de salud seguirá agravándose. En Asia y África, el crecimiento de la población impulsará aún más el número de personas con obesidad, lo que traerá consigo un aumento en enfermedades relacionadas con el exceso de peso, por lo que es necesario adoptar medidas más agresivas y focalizadas para combatirla y evitar enfermedades y muertes prematuras.

Cristóbal Morales, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Vithas Sevilla, ha declarado a SMC España4 que las conclusiones de este estudio “son consistentes con la evidencia previa, pero ofrecen una proyección más detallada hasta 2050, destacando el crecimiento alarmante del problema en regiones como África y Asia”.

“Los autores han considerado diversos factores de confusión, como el sesgo de autoinforme, aplicando correcciones estadísticas. No obstante, la principal limitación del estudio es que se basa en datos de índice de masa corporal (IMC), que, aunque útil a nivel poblacional, no captura completamente la composición corporal ni la distribución de grasa”, añade.

Y concluye que “las implicaciones son profundas: si las tendencias actuales continúan, más de la mitad de la población adulta mundial tendrá sobrepeso u obesidad en 2050, con un impacto enorme en la carga de enfermedades crónicas y los sistemas de salud. Es urgente implementar estrategias más efectivas para frenar esta crisis de salud pública”.

La obesidad, una enfermedad crónica asociada a patologías graves

Los médicos internistas, por su parte, han solicitado en reiteradas ocasiones que la obesidad sea reconocida como una enfermedad crónica, compleja y recidivante5, que constituye un importante factor de riesgo para otras enfermedades graves. Las personas afectadas deben ser diagnosticadas y tratadas de forma integral y multidisciplinar, con todos los recursos humanos y materiales necesarios en función de la fase en la que se encuentre su enfermedad y recibir una atención justa y equitativa.

“Ha llegado la hora de reaccionar ante la obesidad, que debe ser reconocida como lo que es: una enfermedad crónica, compleja y recidivante. Como sociedad y sistema sanitario, hemos de dejar de mirar hacia otro lado y ofrecer a las personas el acompañamiento y la atención integral, multidisciplinar, de calidad y personalizada que merecen”, destaca el Dr. Alfredo Michán, coordinador del Grupo de Trabajo sobre Obesidad, Diabetes y Nutrición (DON) de la SEMI en la nota de prensa que ha difundido la SEMI con motivo del Día Mundial de la Obesidad.

La obesidad se debe definir, como indica la nueva definición de The Lancet6, como el exceso de adiposidad, con o sin alteraciones en la función y distribución del tejido adiposo, por causas multifactoriales no siempre conocidas. Además, su diagnóstico no debe basarse únicamente en el índice de masa corporal (IMC), sino que son necesarios otros criterios, como medir la circunferencia de la cintura, o la relación cintura-cadera.

Además, para diagnosticar la obesidad clínica, debe haber una reducción de la función de los órganos o tejidos, (como la apnea del sueño, la enfermedad renal, la artrosis o la insuficiencia cardiaca), o limitaciones significativas en las actividades básicas de la vida diaria.

Desterrar los estigmas y prejuicios en torno a la obesidad

La SEMI también quiere llamar la atención sobre el estigma, prejuicios y error conceptual que sigue “pesando” sobre la obesidad, ya que “la obesidad no es un vicio ni una enfermedad moral y, por supuesto, no es una elección de los pacientes”, señala la Guía Giro (Guía española del manejo Integral y multidisciplinaR de la Obesidad en personas adultas)7.

A pesar de ello, se sigue relacionando la obesidad con una falta de voluntad del paciente, la culpa y la baja autoestima. El estigma sanitario tiende a utilizar un lenguaje y una conducta que culpabilizan sobre el peso y conducen a que las personas no consulten su problema de peso y eviten tratarse y participar en el sistema sanitario.

Por lo tanto, los internistas abogan por disponer de buenas armas para luchar contra la obesidad: para un correcto diagnóstico y estadificación, y para un tratamiento óptimo, equitativo y personalizado, que no culpabilice a la persona con obesidad y que le permita conseguir un peso saludable. Desde el grupo de trabajo DON de la SEMI se ha lanzado con motivo de este 4 de marzo una serie de vídeos cortos para sensibilizar sobre la obesidad, que se pueden consultar en esta lista de reproducción: https://youtube.com/playlist?list=PL53EY3cIAJrRVsyT8E91RwueNkSDs6xfu&feature=shared