Más de la mitad de las personas con obesidad tienen apnea del sueño
24/01/2019
La obesidad preocupa cada vez más porque su prevalencia continúa aumentando en todo el mundo y afecta a personas de todas las edades, incluyendo a los niños. Además de los problemas de salud que conlleva superar el Índice de Masa Corporal 30 –límite a partir del cual se considera a una persona obesa–, entre los que destaca un mayor riesgo de diabetes, hay otras patologías menos conocidas que también se asocian a esta enfermedad metabólica, como la apnea del sueño o el hígado graso no alcohólico.
Informar y concienciar sobre estos y otros peligros ha sido el objetivo de la XIII Reunión de Diabetes, Obesidad y Nutrición, que la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) ha celebrado en Toledo los días 24 y 25 de enero. Según los últimos datos del Gobierno de España, la tasa de obesidad podría encontrarse en el 17,4% de la población adulta y casi un 10,3% de los niños, debido sobre todo al sedentarismo y al auge de las dietas basadas en productos precocinados y comida rápida, factores que aumentan las probabilidades de desarrollar esta enfermedad.
La apnea del sueño y el hígado graso se asocian a la obesidad
Además de la diabetes –se estima que el 80% de los pacientes con esta enfermedad tienen sobrepeso, y el 60% son obesos–, existen otra enfermedades que afectan más a los obesos, y entre las más graves y prevalentes se encuentra la apnea del sueño, un trastorno de las vías aéreas que se produce durante el descanso nocturno y que tiene una incidencia de entre el 50% y el 70% de las personas obesas.
Cada cinco puntos que aumenta el índice de masa corporal por encima de 30 –el valor límite para definir a un paciente como obeso– se multiplica por cuatro el riesgo de apnea del sueño
Estos casos aumentan a medida que se va incrementando el IMC, por lo que por cada cinco puntos más, se multiplica por cuatro la prevalencia de apnea del sueño. No hay que olvidar que este problema en el descanso tiene consecuencias muy negativos para la salud, como un mayor riesgo de ictus, cardiopatía isquémica, o insuficiencia cardiaca.
El hígado graso no alcohólico también puede aparecer por el exceso de grasa en el organismo y, según datos de la SEMI, lo padecen entre el 20% y el 46% de los habitantes de los países occidentales, pues está asociado a una elevada resistencia insulínica, y solo el 7% de las personas con un peso saludable lo tienen, explica el Dr. Javier Carrasco, coordinador del Grupo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la SEMI.
La buena noticia es que tanto el hígado graso no alcohólico como la apnea del sueño pueden mejorar si el paciente pierde peso de manera considerable, e incluso llegar a desaparecer si esta pérdida ponderal es tan significativa como la que se consigue con la cirugía bariátrica, según insisten desde la SEMI.
Actualizado: 4 de mayo de 2023