El sarampión reduce la protección inmune frente a otras infecciones
06/11/2019
Los casos de sarampión están en auge, alentado por los movimientos antivacunas que prescinden de esta protección en sus hijos, haciendo que haya aumentado la incidencia de la enfermedad un 30% de 2017 a 2018 en todo el mundo. Solo en 2017 acabó con la vida de 110.000 personas, la mayoría de ellas menores de cinco años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ahora, un equipo de investigadores de Estados Unidos y Países Bajos ha encontrado otro problema asociado a esta enfermedad infecciosa, tras realizar dos estudios dónde se demuestra que haber estado infectado por el virus del sarampión podría comprometer el sistema inmunitario, haciendo que este se olvide de cómo protegerse ante otros patógenos infecciosos que causan enfermedades como la tuberculosis, la gripe o la difteria.
Los niveles de anticuerpos en los niños infectados de sarampión se redujeron entre un 11% y un 73% después de la enfermedad
En el primer estudio se analizó los anticuerpos en la sangre de 77 niños sin vacunar, antes y después de contagiarse por el sarampión. Los resultados, que se publicaron en la revista Science, indicaron que después de pasar la enfermedad –que cursa con tos, fiebre y erupciones cutáneas en la mayoría de los casos– los niños presentaron una bajada de entre un 11% y un 73% de sus anticuerpos, dejándoles más expuestos a otros tipos de infecciones meses e incluso años después.
El sarampión reduce la diversidad de células B de memoria
Por otro lado, hicieron ensayos en animales, concretamente en hurones, y observaron que el sarampión también tenía efectos negativos en la inmunidad de este mamífero. Todo esto hizo que los investigadores se planteasen la hipótesis de que el paramixovirus del género Morbillivirus podría hacer que el sistema inmunitario perdiera la protección contra otros virus, como si se reseteara y volviese a la experiencia inmunitaria de un bebé recién nacido.
Para comprobarlo, llevaron a cabo un segundo estudio, que han publicado en la misma revista, en el que se centraron en analizar la fuente de los anticuerpos, llamadas células B. Los hallazgos determinaron que el virus del sarampión infecta y reduce la diversidad de las células B de memoria de otros patógenos, que son las encargadas de acordarse de cómo combatir las infecciones pasadas, pues se tiene ya una experiencia previa. El resultado es que se pierde la protección y los niños que estén vacunados, por ejemplo, de paperas o de gripe, serán más proclives a volver a contraer estas enfermedades después de un caso de sarampión.
Para evitar este daño en el sistema inmunitario después del sarampión, los autores recomiendan llevar al día todas las vacunas de los niños, incluida la vacuna del sarampión, con la que había cierto recelo porque se llegó a plantear que podría aumentar el riesgo de autismo, algo que un estudio desmintió por completo.
Además, Michael Mina, uno de los autores, ha aconsejado que los médicos valoren volver a vacunar de todos los patógenos comunes a los niños que tengan sarampión, pues el efecto de la administración inyectada previa podría perder su eficacia.
Actualizado: 4 de mayo de 2023