Vía libre para el primer fármaco oral contra la enfermedad del sueño
19/11/2018
La enfermedad del sueño, originada por un parásito –el Trypanosoma brucei– que transmite la mosca tsetsé, afecta a miles de personas en África Occidental y Central, que sin un tratamiento adecuado pueden experimentar graves alteraciones de los patrones del sueño, cambios de la personalidad, psicosis, e incluso llegar a morir.
El problema hasta la fecha es que el principal fármaco empleado en los últimos 10 años para combatir la tripanosomiasis africana humana, el melarsoprol, que se elabora a base de arsénico, puede resultar tóxico, y se estima que ha causado la muerte del 5% de los pacientes tratados, mientras que otros productos como eflornithine y nifurtimox se deben administrar en el entorno hospitalario, y es preciso realizar previamente una punción lumbar a los pacientes para comprobar si el parásito se encuentra en el líquido espinal, algo que no siempre es fácil de llevar a cabo en estas regiones del mundo.
Los primeros pacientes podrían recibir la nueva terapia oral contra la enfermedad del sueño a mediados del próximo 2019
A partir de ahora, sin embargo, el tratamiento de la tripanosomiasis se podrá simplificar y resultará más accesible para los afectados gracias al primer fármaco oral para combatirla, el fexinidazol (Fexinidazol Winthrop), que acaba de recibir la opinión positiva de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), un paso que da luz verde para su aprobación en los países donde se producen más casos de esta enfermedad, como República Democrática del Congo, República Centroafricana, Guinea y Chad.
Un fármaco antiguo redescubierto en 2005
El fexinidazole no es un medicamento nuevo, ya que se desarrolló en la década de los 80 del siglo pasado, aunque sus creadores, la compañía alemana Hoechst, lo suspendió, y posteriormente fue redescubierto por los investigadores de la organización sin ánimo de lucro Drugs for Neglected Diseases Initiative (DNDi) en 2005, mientras buscaban componentes que resultasen eficaces como antiparasitarios.
Este fármaco, una de cuyas principales ventajas es que se administra por vía oral tomando una píldora diaria durante solo 10 días, está indicado tanto para la forma leve o primera fase de la enfermedad del sueño, como para la segunda fase o más grave, por lo que no requiere punción lumbar previa.
Tras la recomendación de la EMA, es posible que su uso se apruebe en alrededor de 90 días, y fuentes de DNDi han informado de que los primeros pacientes podrían recibir la terapia a mediados del próximo 2019. Como ha declarado Nathalie Strub-Wourgaft, directora de DNDi, los pacientes no necesitarán desplazarse para ser tratados y se curarán antes, lo que no solo constituye un beneficio a nivel individual, sino también social, porque ayudará a reducir la propagación de la enfermedad.
Actualizado: 20 de noviembre de 2018