Asocian el párkinson a problemas gastrointestinales como estreñimiento
25/08/2023
Existe una conexión entre el intestino y el cerebro –que se conoce eje intestino-cerebro– que ayuda a explicar por qué un desequilibrio en la microbiota intestinal –conjunto de microorganismos (bacterias, virus, hongos, protozoos…) que habitan en el intestino– puede influir en el desarrollo de trastornos mentales. Ahora, un nuevo estudio ha confirmado que ciertos problemas intestinales se vinculan con un mayor riesgo de sufrir párkinson.
Se cree que antes de que aparezca una enfermedad cerebrovascular, como un ictus, un aneurisma cerebral, o incluso el alzhéimer, se manifiestan síntomas gastrointestinales, y se ha sugerido (hipótesis de Braak) que las alteraciones gastrointestinales podrían preceder también a la enfermedad de Parkinson. Para comprobar la veracidad de esta hipótesis los autores del nuevo trabajo han comparado a 24.624 personas que padecían párkinson por causa desconocida con aquellos que habían sido diagnosticados por algún trastorno neurológico, como el alzhéimer (19.046) o un accidente cerebrovascular (23.942).
Los resultados de su análisis han revelado que hasta cuatro trastornos intestinales se relacionaban con un mayor riesgo de diagnóstico de párkinson. En concreto, la gastroparesia (retraso en el movimiento de los alimentos del estómago al intestino delgado) la disfagia (dificultad para tragar) y el estreñimiento se asociaron con el doble de riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson en los cinco años anteriores al diagnóstico. En el caso del síndrome del intestino irritable (SII) sin diarrea, se asoció a un riesgo un 17% mayor. Los hallazgos se han publicado en la revista Gut.
“El intestino podría ser un objetivo principal para comprender la disfunción intestinal en la enfermedad de Parkinson, con el fin de encontrar objetivos farmacológicos”
Los investigadores comprobaron que otros problemas intestinales, como la dispepsia funcional, el síndrome de intestino irritable (SII) con diarrea y la diarrea con incontinencia fecal también fueron más frecuentes entre las personas que desarrollaron la enfermedad de Parkinson. La enfermedad inflamatoria intestinal y la vagotomía no se asociaron con un mayor riesgo, mientras que la extirpación del apéndice parece desempeñar un papel protector.
Trastornos gastrointestinales que podrían predecir párkinson
El estudio es observacional, por lo que los autores han señalado que no pueden establecer una causa, además de reconocer ciertas limitaciones, como un seguimiento demasiado corto o que la información en la se han basado podrías estar incompleta. Sin embargo, afirman que se trata del primer estudio que proporciona pruebas observacionales de que “la disfagia, la gastroparesia, el SII sin diarrea y el estreñimiento podrían predecir específicamente la enfermedad de Parkinson”, lo que podría conducir a una detección más temprana y a nuevos tratamientos potenciales.
La profesora de Fisiología y Biología de Membranas en la Universidad de California en David (Estados Unidos) Kim Barrett ha declarado a SMC España que “desde hace tiempo se entiende que el cerebro se comunica con el intestino y algunos han planteado la hipótesis de que factores procedentes del intestino podrían desencadenar el desarrollo de condiciones neurológicas, como la enfermedad de Parkinson (EP). El artículo en la revista Gut realiza una contribución importante al mostrar que algunos diagnósticos gastrointestinales están vinculados a un diagnóstico posterior de EP, lo que sugiere que puede ser importante que los médicos tomen nota de estas condiciones gastrointestinales al evaluar a pacientes en riesgo de EP, incluso antes del inicio de síntomas neurológicos”.
En opinión de Tim Bartels, líder de grupo en el Instituto de Investigación sobre Demencia del Reino Unido en UCL: “El estudio establece firmemente una asociación entre formas específicas de disfunción intestinal (estreñimiento, gastroparesia y disfagia) que preceden al desarrollo de síntomas motores que normalmente se utilizan para diagnosticar la enfermedad de Parkinson clínica. Dado que la enfermedad generalmente ya ha progresado a una neurodegeneración a gran escala en la sustancia negra de los pacientes que presentan síntomas motores, cualquier signo clínico anterior y posibles biomarcadores serían de gran valor para un tratamiento más temprano (y, por lo tanto, más efectivo) y para la focalización de medicamentos”, según sus declaraciones a SMC España.
“Un punto interesante adicional del estudio es la asociación aparentemente protectora de la apendicectomía con la enfermedad de Parkinson, lo que además implica que, dentro del sistema gastrointestinal, el apéndice podría ser el origen del ataque patológico que luego se propaga por todo el intestino y, en última instancia, al cerebro. Dado que la última asociación estaba dentro del rango de un posible sesgo de vigilancia, esto debe validarse aún más”, añade.
Y concluye que: “la asociación encontrada aquí, por lo tanto, establece firmemente que el intestino podría ser un objetivo principal para buscar biomarcadores en los humanos o para desarrollar sistemas modelo mejores para comprender la disfunción intestinal en la enfermedad de Parkinson, con el fin de encontrar objetivos farmacológicos”.
Actualizado: 25 de agosto de 2023