Científicos españoles revelan que el trastorno de sueño REM predice párkinson
22/11/2024
En la fase de sueño REM –que procede del inglés ‘rapid eye movement’ o movimientos oculares rápidos– es cuando experimentamos sueños con un hilo argumental que nos pueden parecer tan reales que, si no existiera un mecanismo natural que lo impide, nos moveríamos para acompañar la acción que se estuviera desarrollando en nuestra mente en ese momento; de hecho, la actividad cerebral es muy similar a la que tenemos cuando estamos despiertos.
Algunas personas, sin embargo, sufren lo que se conoce como trastorno aislado de la conducta del sueño asociado con movimientos oculares rápidos (iRBD, por sus siglas en inglés), que se caracteriza por sueños intensos o pesadillas que se acompañan de comportamientos anormales mientras duermen, como gritos o movimientos bruscos, debido a la falta de relajación muscular durante el sueño REM.
Aunque desde 2006 se había señalado su posible papel como precursor de enfermedades neurodegenerativas, no se contaba con evidencia concluyente que vinculara este trastorno con patologías mayores como el párkinson o la demencia con cuerpos de Lewy. Ahora, investigadores del Hospital Clínic Barcelona-IDIBAPS han logrado demostrar que el trastorno aislado de la conducta del sueño asociado con movimientos oculares rápidos (iRBD) constituye una etapa temprana en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas vinculadas a la proteína α-sinucleína.
Entre las sinucleinopatías relacionadas se encuentran enfermedades como el párkinson, la demencia con cuerpos de Lewy (DLB) y la atrofia multisistémica (MSA). Este hallazgo se fundamenta en el análisis de tejido cerebral post mortem, convirtiéndose en el estudio más extenso y detallado que confirma esta conexión de manera definitiva y cuyos resultados se han publicado en The Lancet Neurology.
Un signo clave para detectar enfermedades neurodegenerativas
El estudio subraya que el diagnóstico temprano del iRBD podría convertirse en un biomarcador clave para identificar el riesgo de desarrollar α-sinucleinopatías. Para investigar esta hipótesis, los científicos analizaron tejidos cerebrales y de médula espinal donados por 20 pacientes diagnosticados con iRBD, almacenados en el Banco de Tejidos Neurológicos del IDIBAPS. Los resultados pusieron de manifiesto una significativa acumulación de α-sinucleína en diversas regiones del cerebro y establecieron su relación con una fase inicial de neurodegeneración.
Uno de los principales descubrimientos fue la presencia de depósitos de α-sinucleína en regiones clave para el control del sueño REM, como el complejo coeruleus-subcoeruleus, el núcleo reticulado gigantocelular, el tegmento laterodorsal y la amígdala. Estas áreas son las responsables de regular la atonía muscular durante el sueño REM y parecen estar involucradas en la aparición de los movimientos involuntarios característicos del iRBD.
En pacientes sin manifestaciones clínicas de párkinson o demencia, los depósitos se encontraban principalmente en el tronco encefálico y el sistema límbico, mientras que en los que desarrollaron párkinson o demencia con cuerpos de Lewy, los depósitos se extendían a otras regiones cerebrales, lo que sugería una progresión más avanzada de la enfermedad.
Los depósitos de α-sinucleína en estructuras cerebrales que intervienen en el sueño REM podrían ayudar a identificar a individuos en riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas
El estudio no solo confirmó la presencia de α-sinucleína en las neuronas, sino también en las células gliales (astrocitos y oligodendrocitos), lo que indica que estas células pueden desempeñar un posible rol en la progresión de las enfermedades. Además, se identificaron patologías coexistentes, como características neuropatológicas propias de la enfermedad de alzhéimer, en el 70% de los casos analizados. Esto sugiere que el iRBD podría estar relacionado con un mayor riesgo de desarrollar alzhéimer, aunque esta conexión aún no está completamente esclarecida.
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones clínicas, al proponer que los depósitos de α-sinucleína en estructuras cerebrales que intervienen en el sueño REM podrían servir como biomarcadores tempranos para identificar a individuos en riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas. Además, la coexistencia de otras patologías sugiere que futuras terapias deberían enfocarse en abordar múltiples proteínas patológicas, como el β-amiloide y la tau, además de la α-sinucleína.
Los investigadores concluyen que ensayos clínicos diseñados para tratar de forma simultánea estas diferentes alteraciones podrían ser fundamentales para prevenir o retrasar el inicio de enfermedades como el párkinson y la demencia en personas con iRBD.
La investigación fue liderada por el Dr. Álex Iranzo, jefe de la Unidad de Trastornos del Sueño del Clínic y del grupo Neurofisiología Clínica del IDIBAPS, en colaboración con el Dr. Gerard Mayà, neurólogo e investigador del mismo equipo. También participaron la Dra. Raquel Sánchez-Valle, directora médica del Clínic Barcelona y experta en enfermedad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos del IDIBAPS, junto a investigadores del Banco de Tejidos Neurológicos del IDIBAPS.
Fuente: Hospital Clínic Barcelona-IDIBAPS
Actualizado: 22 de noviembre de 2024