Ciertos rasgos de personalidad podrían proteger frente al alzhéimer
13/03/2020
Una nueva investigación ha identificado algunos rasgos de la personalidad que podrían proteger estructuras cerebrales contra la neurodegeneración, y ha comprobado que, por ejemplo, las áreas del cerebro que tienden a perder volumen, tanto a causa del proceso de envejecimiento, como por la enfermedad de Alzheimer, se encuentran más preservadas en las personas con un carácter más curioso e inconformista, y menos complaciente.
Aunque ya se conocían algunos factores de riesgo que hacían que determinados individuos fueran más propensos a desarrollar alzhéimer –el principal tipo de demencia en personas mayores–, como padecer hipertensión o diabetes, el potencial papel de factores no biológicos implicados en la aparición de esta enfermedad neurodegenerativa empieza ahora a conocerse.
El objetivo del estudio era averiguar si la personalidad o el estilo de vida pueden proteger contra el alzhéimer
Durante décadas los científicos han intentado sin éxito desarrollar fármacos capaces de reparar los daños cerebrales provocados por la acumulación de amiloide –una pequeña proteína que en grandes cantidades resulta nociva para el sistema nervioso central–, que termina por destruir las neuronas.
El nuevo estudio, realizado por expertos de la Universidad de Ginebra (UNIGE) y el Hospital Universitario de Ginebra (HUG), en Suiza y que se ha publicado en Neurobiology of Aging, abre una nueva vía de estudio: averiguar si sería posible limitar estos daños actuando sobre factores no biológicos, y si la personalidad o el estilo de vida pueden proteger contra la enfermedad.
El impacto del estilo de vida en la salud cerebral
Con este objetivo los investigadores seleccionaron a un numeroso grupo de personas de más de 65 años para realizar un estudio longitudinal. Utilizaron varios métodos, incluyendo imágenes estructurales y funcionales del cerebro para medir las acumulaciones de amiloide y el volumen cerebral, ya que la atrofia de determinadas regiones del cerebro es uno de los signos que preceden a la pérdida de memoria asociada al alzhéimer.
Las personas desagradables, que no temían la confrontación y mostraban un cierto anticonformismo tenían cerebros más protegidos
El Profesor Panteleimon Giannakopoulos, psiquiatra en la Facultad de Medicina de la UNIGE, Jefe de la División de Medidas Institucional de la HUG, y líder de la investigación, ha explicado que para que los resultados fueran lo más completos posible decidieron tener en cuenta otros factores que pudieran afectar negativamente al cerebro como el entorno, el estilo de vida y la psicología, y para asegurarse de la validez estadística de su trabajo emplearon un modelo restrictivo para controlar los posibles sesgos demográficos, socio económicos o psiquiátricos. Por último, 65 individuos –hombres y mujeres– fueron examinados en diferentes ocasiones durante un periodo de cinco años.
El inconformismo protege tu cerebro
Los resultados fueron sorprendentes: las personas desagradables, que no temían la confrontación y mostraban un cierto anticonformismo tenían cerebros más protegidos. Además, esta protección tenía lugar precisamente en los circuitos de memoria que se ven deteriorados por la enfermedad de Alzheimer.
Según Giannakopoulos, un elevado nivel de complacencia es una característica de los individuos con una personalidad muy adaptativa y que desean por encima de todo estar de acuerdo con los demás, evitar conflictos y buscar la cooperación. Esto, añade el experto, es diferente de la extraversión, ya que es posible ser extravertido sin ser especialmente simpático. Lo determinante en la relación con los otros, dice, es si tú te adaptas a ellos a costa de tus propios intereses.
Estar abierto a nuevas experiencias también ejercía un efecto protector sobre la salud del cerebro
Otro rasgo de la personalidad que parecía tener un efecto protector sobre la salud del cerebro fue la disposición a estar abierto a nuevas experiencias. Es cierto que ya se sabía que el deseo de viajar, aprender cosas nuevas, e interesarte por lo que te rodea era beneficioso para mantener las funciones cerebrales, pero no se sabe por qué, ni cuáles son los mecanismos biológicos implicados en ello.
Entre la destrucción de las primeras neuronas y la aparición de los primeros síntomas de alzhéimer, señala Giannakopoulos, hay un lapso de 10 o 12 años, por lo que durante un gran periodo de tiempo el cerebro es capaz de compensar los daños activando circuitos alternativos; sin embargo, cuando aparecen las primeras manifestaciones clínicas lamentablemente suele ser demasiado tarde. Por eso identificar marcadores tempranos de la enfermedad es esencial para un manejo efectivo de la misma.
Actualizado: 4 de mayo de 2023