Describen el mecanismo por el que el cerebro recuerda y olvida
30/11/2018
En los últimos años los investigadores ya habían descubierto que de vez en cuando el cerebro expulsa viejos recuerdos para almacenar los nuevos, pero ahora un nuevo estudio realizado por científicos de Scripps Research con moscas de la fruta, y que ha sido publicado en Cell Reports, ha permitido identificar los cambios sinápticos que se producen en este órgano durante los procesos de memorización y olvido.
Para estudiar la memoria en las moscas de la fruta, se las entrenó para que asociaran un olor particular con una descarga eléctrica, y los insectos comenzaron a evitar el olor, lo que confirmaba que el recuerdo se había consolidado. Los investigadores monitorizaron la actividad de las neuronas en el cerebro antes y después de enseñar a los insectos la asociación entre el olor y la descarga, y esto les permitió observar desde dentro los fundamentos fisiológicos de la formación de la memoria.
Una misma neurona para crear recuerdos y eliminar los antiguos
En un trabajo anterior, el equipo de científicos había mostrado que existen circuitos dopaminérgicos específicos involucrados tanto en la formación de la memoria como en la eliminación de recuerdos. En la nueva investigación emplearon técnicas de imagen para observar el proceso con más detalle, y descubrieron que cuando se degrada una memoria de comportamiento, las alteraciones celulares que ocurren durante el proceso de memorización son revertidas por la misma neurona de dopamina que contribuyó a formar esos mismos cambios en primer lugar.
Los hallazgos ayudan a comprender la interferencia retroactiva, en la que la información adquirida recientemente obstaculiza nuestro intento de recordar datos más antiguos
Comprobaron, además, que cuando esta neurona de dopamina es reclutada para formar nuevos recuerdos también actúa degradando recuerdos antiguos. Así, tal y como explica Jacob Berry, uno de los autores del estudio, cada vez que aprendemos algo formamos simultáneamente un nuevo recuerdo y, al mismo tiempo, interferimos potencialmente con los antiguos o los borramos, y esto constituye un importante sistema de equilibrio que previene que nuestra capacidad de memoria se sature.
Berry ha añadido que este proceso de aprendizaje y olvido ayuda a explicar lo que se conoce como interferencia retroactiva, un fenómeno por el que la información que hemos adquirido recientemente obstaculiza nuestro intento de recordar datos más antiguos, como llamar a tu anterior jefe con el nombre del actual. Aunque el estudio se ha hecho en moscas de la fruta, sus autores esperan que los resultados se puedan extrapolar a organismos superiores, e incluso a las personas.
Actualizado: 4 de mayo de 2023