Día Mundial del Párkinson: estrategias para prevenir su aparición
10/04/2023
Cada 11 de abril tiene lugar el Día Mundial del Parkinson, una patología neurológica crónica y progresiva que constituye la segunda enfermedad neurodegenerativa con más incidencia a nivel mundial, ya que se estima que hay más de siete millones de personas que conviven con párkinson. En nuestro país, y según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), hay más de 150.000 afectados y cada año se diagnostican alrededor de 10.000 nuevos casos. El lema elegido este año por la Federación Española de Párkinson es ‘Dame Mi Tiempo’ – en la que pide que “se respeten los tiempos” de las personas con esta enfermedad–, y el de la Fundación Degén es ‘Un futuro sin enfermedades neurodegenerativas’.
El párkinson provoca síntomas motores y no motores, y los síntomas motores más frecuentes –y más conocidos– son el temblor y la lentitud de movimientos, pero con la progresión de la enfermedad aparecen también otros problemas como las fluctuaciones motoras que experimentan más del 80% de los pacientes al cabo de entre cinco y 10 años desde el diagnóstico.
Además, según apuntan desde el Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM), entre el 60 y el 80% de las personas con párkinson presentan alteraciones del habla, un problema que aumenta con la progresión de enfermedad, y uno de los síntomas más frecuentes en estos pacientes es la “disartria hipocinética, una alteración del habla que provoca una voz débil y una articulación lenta y monótona”.
La discapacidad asociada al párkinson y la mortalidad por su causa están aumentando más que las relacionadas con otras enfermedades neurológicas y, de hecho, hace unos meses la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de que la prevalencia del párkinson se ha duplicado en los últimos 25 años y, debido a ello, también se ha duplicado la pérdida de años de vida ajustados por discapacidad (actualmente estimada en 5,8 millones de años).
“Calculamos que, en España, y debido al progresivo envejecimiento de nuestra población, el número de afectados de párkinson se triplique en los próximos 30 años”
“Los avances diagnósticos y terapéuticos que ha experimentado esta enfermedad en los últimos años son algunas de las razones que explican este aumento en la prevalencia de la enfermedad de Parkinson. Pero, sobre todo, detrás de este incremento, está el progresivo envejecimiento de la población”, explica el Dr. Álvaro Sánchez Ferro, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología.
“Y es que la edad es el principal riesgo para padecer esta enfermedad. Sobre todo, a partir de la sexta década de vida, la incidencia y la prevalencia de esta enfermedad aumenta exponencialmente. Así, mientras que estimamos que la enfermedad de Parkinson afecta a un 2% de la población mayor de 65 años, pasa a ser al 4% en mayores de 80 años. Por esa razón también calculamos que, en España, y debido al progresivo envejecimiento de nuestra población, el número de afectados se triplique en los próximos 30 años”.
Sin embargo, no sólo afecta a personas de edad avanzada porque en nuestro país actualmente alrededor del 15% de los diagnósticos de párkinson corresponden a personas menores de 50 años.
Factores de riesgo del párkinson que se pueden prevenir
Las probabilidades de desarrollar párkinson aumentan en el caso de que un familiar cercano padezca la enfermedad, pero solo un 10% de los casos corresponde a formas hereditarias de párkinson, y sus causas se desconocen en el 90% de los casos, aunque existen evidencias científicas que señalan que se genera como resultado de una combinación de factores ambientales en individuos genéticamente predispuestos.
“Teniendo en cuenta el desafío que supone el previsible incremento de nuevos casos de esta enfermedad, se hace muy necesario llevar a cabo estrategias de prevención sobre aquellos factores que ya sabemos que pueden aumentar el riesgo de padecerla”, comenta el Dr. Álvaro Sánchez Ferro. “En este sentido, sabemos que un buen estilo de vida ayuda a protegernos contra la enfermedad de Parkinson y esto incluye realizar ejercicio físico de forma regular, optar por la dieta mediterránea, o controlar la hipertensión y la diabetes tipo 2”.
Por otra parte, “la exposición a pesticidas, a disolventes industriales, a la contaminación del aire, o a infecciones por helicobacter pylori o hepatitis C, también se han asociado, entre otros factores, a un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad. Por lo que es necesario debatir programas de salud pública que eviten la exposición de la población a estos”.
Hasta 3 años de retraso en el diagnóstico del párkinson
Además de evitar los factores y situaciones que pueden favorecer el desarrollo del párkinson es fundamental detectar la enfermedad cuanto antes. Por ello, los especialistas insisten en que no siempre comienza con síntomas motores, sino que hasta un 40% de los pacientes experimentan primero depresión, lo que puede confundir o retrasar el diagnóstico. Otros síntomas no motores habituales son la ansiedad, las alteraciones cognitivas y del sueño, el dolor, el estreñimiento, y problemas de deglución o en la función genitourinaria.
“Tendemos a asociar la enfermedad de Parkinson únicamente a la sintomatología motora, cuando en realidad es una enfermedad que se puede manifestar de muchísimas otras formas. Y, de hecho, los síntomas no motores pueden llegar a ser, en muchas ocasiones, muy incapacitantes. Además, cuando los primeros síntomas de la enfermedad no son los motores o no son tan evidentes puede ser complicado identificarla de forma temprana e incluso difícil de diferenciar de otros síndromes parkinsonianos. Actualmente tenemos en España un retraso diagnóstico de entre uno y tres años y esto hace que aproximadamente un tercio de los nuevos casos estén aún sin diagnosticar”, señala el Dr. Álvaro Sánchez Ferro.
Cuando el tratamiento del párkinson se inicia en las primeras fases de la enfermedad se mejora la calidad de vida del paciente y es más fácil prevenir las complicaciones y reducir la discapacidad a largo plazo. Aunque los medicamentos disponibles no pueden frenar el proceso degenerativo, sí alivian la mayoría de los síntomas motores y muchos de los no motores. “En todo caso, el tratamiento de esta enfermedad requiere de un enfoque integral en el que se incluyan también tratamientos no farmacológicos, y también un enfoque individualizado, según la discapacidad, la edad del paciente, y de las complicaciones y síntomas que van surgiendo a lo largo de su evolución”, concluye el Dr. Álvaro Sánchez Ferro.
Fuente: Sociedad Española de Neurología (SEN)
Actualizado: 21 de abril de 2023