Hallan posible tratamiento para la niebla mental asociada al COVID
16/12/2022
El COVID persistente o prolongado se manifiesta con numerosos síntomas que pueden mantenerse durante semanas, meses, e incluso años después de haber superado la infección por coronavirus, y que son muy variados y de diferente intensidad en cada paciente, aunque muchos de los afectados se quejan de niebla mental o cerebral, que se utiliza de forma coloquial para referirse a la presencia de déficits cognitivos significativos y persistentes, que se caracterizan por un deterioro continuado del funcionamiento ejecutivo y la memoria de trabajo.
Estas personas pueden experimentar falta de claridad mental, problemas de atención, concentración y memoria, o dificultades para realizar tareas comunes, entre otras alteraciones. Ahora, científicos de la Yale School of Medicine (EE.UU.) han descubierto un potencial tratamiento para reducir estos síntomas tan molestos y discapacitantes. Estos investigadores han probado dos medicamentos ya disponibles en un grupo de personas y las pruebas preliminares revelan que si se administran juntos pueden disminuir o incluso hacer desaparecer la niebla mental, según los resultados publicados en Neuroimmunology Reports.
La guanfacina, desarrollada en el laboratorio de Amy Arnsten, profesora de neurociencia Albert E. Kent y profesora de psicología, fue aprobada por la Agencia de Alimentación y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para el tratamiento del TDAH en 2009, pero los médicos también la han usado para otros trastornos corticales prefrontales como lesión cerebral traumática y el trastorno por estrés postraumático (TEPT). Arnsten ha colaborado ahora con el Dr. Arman Fesharaki-Zadeh, profesor asistente de psiquiatría y neurología, que ha tratado a pacientes con COVID-19 durante mucho tiempo con una combinación de guanfacina y N-acetilcisteína (NAC), un antioxidante que también se usa para tratar la lesión cerebral traumática.
“Existe una escasez de tratamiento para la niebla mental prolongada de COVID y estos medicamentos (guanfacina y N-acetilcisteína) son asequibles y están ampliamente disponibles”
Esta terapia combinada resultó eficaz para aliviar la niebla mental en su pequeña cohorte de pacientes. Y aunque es necesario realizar nuevos ensayos clínicos controlados con placebo con un mayor número de participantes para establecer estos fármacos como un tratamiento adecuado de los déficits neurocognitivos que aparecen tras el COVID-19, los investigadores han declarado que los pacientes podrían disponer de ellos ahora si sus médicos desean recetarlos.
“Existe una escasez de tratamiento para la niebla mental prolongada de COVID, por lo que cuando seguí viendo los beneficios de este tratamiento en los pacientes, sentí la urgencia de difundir esta información”, ha declarado Fesharaki-Zadeh. “No necesita esperar para ser parte de un ensayo de investigación. Puede preguntarle a su médico: estos medicamentos son asequibles y están ampliamente disponibles”. Como han sido aprobados por la FDA y llevan años utilizándose, se consideran seguros para los pacientes.
Fármacos que protegen al cerebro frente a la inflamación y el estrés
La corteza prefrontal del cerebro se encarga del funcionamiento ejecutivo y la memoria de trabajo, así como de regular la atención. Los circuitos neuronales en esta región son “notablemente vulnerables” a la inflamación y el estrés, ha explicado Arnsten, que hace décadas que estudia los circuitos subyacentes a la cognición.
“Los circuitos que generan una función cognitiva superior tienen necesidades moleculares muy especiales porque tienen que crear actividad neuronal sin ningún tipo de estimulación sensorial, por ejemplo, pensamientos y recuerdos abstractos”, dice. “Las neuronas tienen que generar y mantener su propia actividad” y, según este científico los factores inflamatorios pueden interferir con estas necesidades moleculares e inhibir la capacidad de funcionamiento de los circuitos, lo que se traduce en niebla mental.
Guanfacina, uno de los dos fármacos que se han probado en este ensayo, está diseñado para fortalecer las conexiones de la corteza prefrontal y proteger contra la inflamación y el estrés y aunque inicialmente se desarrolló para tratar el TDAH también se emplea en el tratamiento de otras afecciones relacionadas con la disfunción de la corteza prefrontal, y los estudios indican que el medicamento es efectivo para restaurar el funcionamiento ejecutivo y la memoria. NAC, el otro medicamento, actúa como un potente antioxidante y antiinflamatorio que también se puede emplear para tratar esta zona neural.
Fesharaki-Zadeh ha estado tratando a sus pacientes con lesiones cerebrales traumáticas y TEPT con éxito con una combinación de guanfacina y NAC durante años, y cuando se encontró con su primer paciente con COVID prolongado en junio de 2020, decidió usar esta combinación terapéutica para tratar la niebla mental pos-COVID. Comenzó con NAC y, tras observar ciertos beneficios en la energía y la memoria, agregó guanfacina y observó mayores mejorías.
Desde entonces, este especialista ya ha tratado a 12 pacientes que sufrieron confusión mental tras superar el COVID con estos fármacos. En concreto, les indicó que tomaran 1 mg de guanfacina a la hora de acostarse y, si la toleraban bien, aumentaran la dosis a 2 mg al cabo de un mes. Además, los pacientes también tomaron 600 mg de NAC una vez al día. Ocho pacientes afirmaron que habían conseguido beneficios significativos, incluyendo la mejora de la memoria, las habilidades de organización y la capacidad para realizar múltiples tareas. En algunos la niebla mental desapareció por completo y pudieron reanudar sus actividades normales. A otros dos no se les pudo realizar un seguimiento y los otros dos abandonaron el tratamiento al sufrir efectos secundarios como presión arterial baja y sequedad de boca. Posteriormente, los investigadores han cambiado el régimen pasando de una forma de guanfacina de liberación inmediata a una forma de liberación prolongada, lo que disminuye el riesgo de efectos secundarios.
Actualizado: 19 de diciembre de 2022