La dieta de los mayores debe adaptarse al calor
06/08/2015
Las elevadas temperaturas y las olas de calor que se producen durante el verano hacen necesario que las personas mayores adapten su dieta a las características de esta época del año y elijan alimentos fácil de digerir y asimilar y con un alto contenido en agua para contrarrestar la pérdida de líquidos y prevenir de esta forma una posible deshidratación.
Es recomendable que incluyan en la alimentación diaria frutas y verduras de temporada que, además de incluir un alto porcentaje de agua, aportan vitaminas y minerales, hidratan el organismo, y mantienen la piel nutrida y la protegen contra agresiones externas como la radiación solar, aunque por supuesto hay que evitar exponerse al sol y siempre aplicarse crema con un factor de protector adecuado al tipo de piel antes de salir.
En verano los mayores deben evitar las comidas copiosas y los alimentos grasos y seguir una dieta ligera y nutritiva basada en verduras, ensaladas y frutas
Los mayores de 65 años son más propensos a deshidratarse, y por ello deben incrementar la ingesta de líquidos (agua, infusiones, zumos naturales…) y beber alrededor de dos litros diarios, incluso aunque no tengan sensación de sed. También es conveniente que eviten las comidas pesadas y los alimentos grasos, que repartan las comidas en cuatro o cinco tomas a lo largo del día para facilitar la digestión, y que aumenten el aporte calórico en caso de que practiquen más ejercicio del habitual.
El proceso de envejecimiento reduce la proporción de agua en el organismo y los mayores tienen mayor riesgo de sufrir un golpe de calor; para evitarlo, lo mejor es no salir a la calle cuando las temperaturas sean muy elevadas, y permanecer en un lugar fresco y ventilado siempre que sea posible, ingerir agua a lo largo de todo el día para mantenerse hidratado, y llevar una dieta ligera y nutritiva basada en verduras y ensaladas, frutas, cereales integrales, lácteos, carnes magras y pescado.
Actualizado: 25 de junio de 2019