Los mayores de 105 años tienen una reparación del ADN más eficiente
06/05/2021
Una nueva investigación realizada por investigadores italianos que buscaba conocer las razones de la longevidad extrema ha descubierto que los centenarios, en concreto aquellos individuos que viven más de 105 años, suelen disfrutar de un bagaje genético único que hace que su organismo repare el ADN de forma más eficiente y estén así más protegidos contra las enfermedades que aparecen a medida que envejecemos.
“El envejecimiento es un factor de riesgo común para varias enfermedades y afecciones crónicas. Elegimos estudiar la genética de un grupo de personas que vivían más allá de los 105 años y compararla con un grupo de adultos más jóvenes de la misma zona de Italia, ya que las personas de este grupo de edad más joven tienden a evitar muchas enfermedades relacionadas con la edad y, por tanto, representan el mejor ejemplo de envejecimiento saludable”, ha explicado Paolo Garagnani, profesor asociado del Departamento de Medicina Experimental, Diagnóstica y Especializada de la Universidad de Bolonia, en Italia, y primer autor del estudio, que se ha publicado en eLife.
Cambios genéticos en personas que superan los 105 y los 110 años
En el estudio participaron 81 personas mayores de 105 años (semi supercentenarios) o mayores de 110 años (supercentenarios) de toda Italia y los compararon con 36 personas sanas con una edad media de 68 años y residentes en la misma región. Los investigadores recogieron muestras de sangre de todos ellos y realizaron la secuenciación del genoma completo para identificar las posibles diferencias entre los genes del grupo más longevo y el más joven.
“La reparación del ADN y una baja carga de mutaciones en genes específicos han protegido a las personas que han alcanzado una longevidad extrema de las enfermedades relacionadas con la edad”
Después compararon los resultados obtenidos con los datos genéticos de otro trabajo que se había publicado previamente y en el que se había analizado a 333 italianos de más de 100 años y a 358 personas de alrededor de 60 años. Detectaron cinco cambios genéticos comunes que aparecían con mayor frecuencia en los individuos de más de 105 y más de 110 años, entre dos genes denominados COA1 y STK17A, y al cotejar estos datos con los del estudio publicado observaron las mismas variantes en las personas analizadas de más de 100 años. Los datos resultantes de los análisis informáticos pronosticaron que es probable que esta variabilidad genética module la expresión de tres genes distintos.
Las modificaciones genéticas que observaron con mayor frecuencia se relacionaban con más actividad del gen STK17A en algunos tejidos. Este gen actúa en tres áreas clave para la salud de las células: coordinar la respuesta de la célula al daño del ADN, inducir a las células deterioradas a la muerte celular programada y gestionar la cantidad de especies reactivas de oxígeno peligrosas en el interior de la célula, todos ellos procesos importantes involucrados en la aparición y desarrollo de muchas enfermedades como el cáncer.
También comprobaron que los cambios genéticos más comunes estaban relacionados con una disminución de la actividad del gen COA1 en ciertos tejidos. Este gen es importante para una interrelación adecuada entre el núcleo de las células y las mitocondrias, encargadas de producir energía en nuestras células y cuyo funcionamiento incorrecto resulta clave en el envejecimiento.
La reparación del ADN prolonga la vida
“Estudios anteriores demostraron que la reparación del ADN es uno de los mecanismos que permiten alargar la vida de las especies. Demostramos que esto es cierto también en los seres humanos, y los datos sugieren que la diversidad natural en las personas que llegan a las últimas décadas de la vida están, en parte, vinculadas a la variabilidad genética que da a los semi supercentenarios la peculiar capacidad de gestionar eficazmente el daño celular durante su curso de vida”, ha declarado Cristina Giuliani, profesora adjunta del Laboratorio de Antropología Molecular del Departamento de Ciencias Biológicas, Geológicas y Medioambientales de la Universidad de Bolonia y autora principal del estudio.
El gen STK17A participa en procesos importantes involucrados en la aparición y desarrollo de muchas enfermedades, como el cáncer
Los autores del estudio midieron también el número de mutaciones naturales que habían acumulado a lo largo de su vida los individuos de cada grupo y encontraron que las personas de más de 105 o 110 años tenían una carga de mutaciones mucho menor en seis de los siete genes analizados. El organismo de estas personas parecía evitar el incremento de mutaciones disruptivas asociado a la edad, un factor que puede haber contribuido a protegerlos contra problemas de salud como las enfermedades del corazón.
Massimo Delledonne, profesor titular de la Universidad de Verona y primer autor del estudio ha afirmado que “este estudio constituye la primera secuenciación del genoma completo de la longevidad extrema con una alta cobertura que nos permitió observar tanto los cambios genéticos heredados, como los que se producen de forma natural en las personas mayores”.
Claudio Franceschi, profesor emérito de Inmunología de la Universidad de Bolonia y otro de los autores principales concluye que sus “resultados sugieren que los mecanismos de reparación del ADN y una baja carga de mutaciones en genes específicos son dos mecanismos centrales que han protegido a las personas que han alcanzado una longevidad extrema de las enfermedades relacionadas con la edad”.
Actualizado: 5 de mayo de 2023