Nueva forma de analizar la marcha detecta mejor el deterioro cognitivo
14/03/2024
Las sutiles dificultades al caminar que experimentan los adultos mayores suelen ser un signo de las primeras etapas del deterioro cognitivo y saber identificarlas ayudaría a diagnosticar este trastorno de manera precoz y permitiría realizar intervenciones que ayudaran a reducir o retrasar sus síntomas. Ahora, un estudio pionero ha encontrado un nuevo método para detectar ciertas alteraciones de la marcha haciendo caminar en curvas a los posibles afectados.
El análisis de la marcha que evalúa cómo camina y se para una persona se está posicionando como un método valioso y no invasivo para complementar las evaluaciones cognitivas y contribuir al diagnóstico temprano del deterioro cognitivo. En entornos clínicos, las pruebas de equilibrio y marcha suelen centrarse en caminar en línea recta, pero este estudio realizado por investigadores del Colegio de Ingeniería y Ciencias de la Computación de la Universidad de Florida Atlantic introduce una nueva perspectiva: la caminata en senderos curvos, una actividad más cotidiana pero compleja.
Caminar recto es una actividad rítmica y sencilla, mientras que seguir un trayecto curvo requiere mayores habilidades cognitivas y motoras, como el tiempo de transición para cambiar de dirección y mantener el equilibrio. El nuevo estudio ha sido el primero en comparar cuantitativamente el rendimiento de adultos mayores saludables frente a aquellos con deterioro cognitivo leve (DCL) en pruebas de caminata recta y curva. El DCL representa la etapa inicial del deterioro cognitivo y quienes lo padecen tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer (EA).
“El deterioro cognitivo leve puede ser una señal temprana de la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia”, ha declarado Behnaz Ghoraani, autora principal del estudio, profesora asociada en el Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación de FAU, codirectora del Centro FAU para la Salud SMART. “Nuestro enfoque integral mejora la comprensión de las características de la marcha y sugiere que caminar por senderos curvos puede ser más sensible para detectar el deterioro cognitivo leve, lo cual puede complementar las evaluaciones cognitivas y ayudar en el diagnóstico temprano y manejo”, añade.
El alzhéimer se manifiesta típicamente como un declive en la función cognitiva con una disminución gradual en la capacidad del individuo para realizar actividades diarias, como caminar. La detección clínica precisa y temprana de la EA sigue siendo un desafío. Las evaluaciones clínicas típicas incluyen una historia detallada, un examen físico y neurológico completo, pruebas cognitivas, análisis de sangre e imágenes cerebrales. Sin embargo, dependiendo del entorno clínico, estos métodos pueden ser costosos y llevar mucho tiempo.
El estudio aborda esta brecha mediante el uso de un sistema novedoso para registrar la marcha en adultos mayores utilizando una cámara de profundidad no invasiva, de bajo coste, no portátil y de fácil configuración, lo que representa un paso crucial para mejorar la atención al paciente y las estrategias de intervención.
La caminata en curva es más eficaz para detectar deterioro cognitivo
Los investigadores emplearon una cámara de profundidad capaz de detectar y seguir el movimiento de 25 articulaciones del cuerpo, registrando así la marcha de los participantes durante las pruebas de caminata recta y curva. Se procesaron señales de las 25 articulaciones para extraer 50 indicadores de marcha en cada prueba, comparando estos indicadores entre ambos grupos mediante análisis estadísticos descriptivos.
Los resultados se han publicado en el número 1 del volumen 8 de la revista Journal of Alzheimer’s Disease Reports y revelaron que la caminata en curva presentó mayores desafíos para el grupo con DCL y fue más eficaz en detectar el DCL en comparación con la caminata recta. Además, varios indicadores de marcha mostraron diferencias significativas entre los controles sanos y los pacientes con DCL.
Entre los indicadores de marcha se incluyeron dos marcadores macro (velocidad promedio y cadencia), 24 marcadores temporales micro (duración de los pies en diversas subfases del ciclo de marcha, como las fases de apoyo, oscilación, paso y zancada), marcadores espaciales micro (cambios de ubicación de los pies durante las subfases del ciclo de marcha) y seis marcadores espaciotemporales micro (velocidad de los pies durante las subfases del ciclo de marcha). Estos marcadores proporcionaron información detallada sobre el rendimiento funcional de los participantes durante las pruebas de marcha.
“El grupo con deterioro cognitivo leve mostró una simetría y regularidad disminuidas tanto en la longitud de los pasos, como en las zancadas al caminar en curva”
Los hallazgos indicaron que 31 de los 50 indicadores de marcha (62%) presentaron mayores valores para el grupo con DCL en comparación con los adultos mayores saludables cuando se cambiaba de la caminata recta a la curva, y 13 indicadores mostraron diferencias significativas entre los dos grupos de estudio.
“Curiosamente, la caminata en curva destacó notables disparidades entre nuestros grupos de estudio, incluso en estos indicadores macro de marcha”, ha comentado Behnaz Ghoraani: “El grupo con deterioro cognitivo leve mostró una simetría y regularidad disminuidas tanto en la longitud de los pasos, como en las zancadas al caminar en curva. También requieren un tiempo de doble apoyo prolongado en varias áreas, especialmente al cambiar de dirección, lo que resultó en una velocidad de paso reducida”
El estudio no encontró diferencias significativas en la distribución de la edad y el género entre los dos grupos. Sin embargo, hubo diferencias significativas en el índice de masa corporal (IMC), años de educación y puntuaciones en la Escala de Depresión Geriátrica (EDG) entre los grupos. Los participantes con DCL tenían un IMC más alto, niveles más bajos de educación y puntuaciones más altas en la EDG que los adultos mayores saludables.
“Estos indicadores de marcha ofrecen un potencial prometedor como indicadores tempranos de deterioro cognitivo y sientan las bases para una investigación amplia en este dominio”, ha señalado Stella Batalama, decana del Colegio de Ingeniería y Ciencias de la Computación de FAU. “Los impactos de este estudio también se extienden a la práctica clínica al proporcionar métodos mejorados para la detección y el monitoreo que pueden replicarse fácilmente con costes y tiempo mínimos en el entorno clínico”, concluye.
Actualizado: 14 de marzo de 2024