Posibles secuelas en pacientes graves tras superar el COVID-19
18/05/2020
Las personas que han contraído el coronavirus y han desarrollado una forma grave de COVID-19, una situación que se produce con más frecuencia en los mayores de 65 años o los pacientes con enfermedades crónicas, podrían sufrir secuelas neurológicas, fibrosis pulmonar o insuficiencia renal, entre otros problemas de salud, tras superar la infección, según ha explicado Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).
Aunque el experto epidemiólogo ha señalado que aún se dispone de poca información respecto a las secuelas respiratorias, neurológicas o de otro tipo que pudieran afectar a las personas que hayan pasado esta enfermedad infecciosa, lo que sí revelan todos los estudios disponibles hasta la fecha es que las potenciales secuelas se asocian a la gravedad con la que se haya manifestado la infección por SARS-CoV-2.
Problemas pulmonares o renales en pacientes de COVID-19
Más de 149.000 personas en España han recibido el alta médica tras superar el COVID-19, pero en el caso de los pacientes con síntomas muy graves, que han sido ingresados en UCI, o incluso han sufrido una insuficiencia renal tan grave como para necesitar un tratamiento de diálisis, pueden llegar a desarrollar una insuficiencia renal crónica, aunque aún hay pocos estudios al respecto, afirma Simón.
A las personas que han padecido neumonía grave a causa del COVID-19 les puede quedar una fibrosis residual en los pulmones que reduzca su capacidad respiratoria
Por otro lado, a aquellas personas que han padecido un severo cuadro respiratorio que ha cursado con neumonía grave, les puede quedar una fibrosis residual en los pulmones que tenga como consecuencia una disminución de su capacidad respiratoria, que será de mayor o menor importancia dependiendo del grado de fibrosis, y que puede permanecer a medio o largo plazo. La embolia pulmonar es otra de las complicaciones asociadas a la enfermedad, que se produce cuando se forman coágulos en las arterias de los pulmones y que podría requerir tratamiento anticoagulante.
Otros estudios señalan que es posible que a algunos de los afectados por el coronavirus les queden secuelas neurológicas que pueden modificar su carácter, o provocarles cuadros neurológicos típicos que se asocian a parestesias (hormigueo o adormecimiento de las extremidades) y otras alteraciones neurológicas; de hecho, desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) ya advirtieron hace tiempo sobre los síntomas neurológicos que experimentaban los pacientes con COVID-19.
El Hospital Clínic de Barcelona ha puesto en marcha un estudio en el que pretende valorar las secuelas de la enfermedad en los pacientes más graves, aunque Simón apunta la necesidad de valorar esto a corto, medio y largo plazo, y la evolución de la enfermedad en nuestro país es de poco más de dos meses por lo que aún es pronto para analizarlas en profundidad, y se irán conociendo mejor con el transcurso del tiempo.
Las secuelas del COVID-19 que deja el paso por la UCI
Hay que tener en cuenta las consecuencias del ingreso en la UCI, sobre todo si se ha permanecido allí bastante tiempo, o se trata de personas mayores, ya que en este caso es habitual que después se sientan desorientadas o presenten problemas cognitivos. Además, la inmovilización prolongada puede generar problemas circulatorios y a nivel neuromuscular, y hacer que los pacientes experimenten pérdidas musculares y funcionales.
Otros trastornos que pueden sufrir las personas con una COVID-19 grave que hayan estado ingresadas en cuidados intensivos son problemas cognitivos, como alteración de la memoria y de la atención, y psicológicos, como ansiedad, depresión o estrés postraumático.
Además, según anuncia en un comunicado la Semicyuc (Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias) hasta el 35% de los pacientes en UCI por la COVID-19 presenta daño miocárdico, lo que manifiesta la presencia del virus en el corazón.
Actualizado: 4 de mayo de 2023