Reducir los niveles de dos proteínas, clave para una vida larga y sana
26/01/2022
El proceso de envejecimiento afecta a nuestro aspecto –nos salen canas, la piel se arruga y se vuelve flácida…– y a nuestra salud, ya que con la edad se incrementa el riesgo de desarrollar numerosas enfermedades, y también perdemos capacidades físicas como la fuerza, la resistencia, la masa muscular, la flexibilidad, el equilibrio…
Pero no todas las personas envejecen a la misma velocidad, sino que esto depende de muchos factores, desde nuestra herencia genética, al estilo de vida, el ambiente en el que vivamos, e incluso nuestro carácter y la manera en la que afrontamos las dificultades. Ahora, un nuevo estudio ha descubierto que ciertas proteínas presentes en la sangre también desempeñan un papel clave en este proceso.
La herencia genética determina los niveles de proteínas
Algunos individuos tienen de forma natural niveles más o menos elevados de determinadas proteínas debido al ADN que han heredado de sus padres y estos niveles de proteína pueden, a su vez, afectar a su salud. La investigación, realizada por científicos de la Universidad de Edimburgo, se ha basado en el análisis de los resultados de seis grandes estudios genéticos sobre el envejecimiento humano que recopilaban datos genéticos de cientos de miles de personas.
Las personas con los niveles de estas proteínas más elevados eran más frágiles, su autopercepción de la salud era peor, y tenían menos probabilidades de que su vida fuera excepcionalmente larga
Los investigadores estudiaron 857 proteínas entre las cuales identificaron dos que tenían un significativo impacto negativo en varias medidas de envejecimiento. En concreto, encontraron que las personas que heredaron el ADN que hace que los niveles de estas proteínas estén más elevados eran más frágiles, su autopercepción de la salud era peor, y tenían menos probabilidades de que su vida fuera excepcionalmente larga que aquellos que carecían de esta herencia genética.
La primera de estas proteínas, denominada apolipoproteína (a) (LPA), se produce en el hígado y se cree que interviene en la coagulación. Los altos niveles de LPA pueden incrementar el riesgo de aterosclerosis, una patología que se caracteriza por la obstrucción de las arterias a causa de sustancias grasas y que puede provocar enfermedades cardiovasculares.
La segunda proteína que identificaron fue la molécula de adhesión de células vasculares 1 (VCAM1), que se encuentra sobre todo en la superficie de las células endoteliales, una capa de una sola célula que recubre los vasos sanguíneos, y que controla la expansión y retracción de los vasos y actúa sobre la coagulación de la sangre y la respuesta inmunitaria.
Los niveles de VCAM1 se elevan cuando el organismo envía señales para indicar que ha detectado una infección, y entonces esta proteína permite que las células inmunitarias atraviesen la capa endotelial, como se observa en aquellos individuos que tienen niveles naturalmente bajos de estas proteínas.
Fármacos que curan enfermedades y aumentan la longevidad
Según los autores del trabajo, que se ha publicado en Nature Aging, los fármacos que se emplean para tratar enfermedades y que disminuyen los niveles de LPA y VCAM1 podrían tener un beneficio añadido: mejorar la calidad de vida y prolongar su duración. Un ejemplo de que esto puede ser así es un ensayo clínico en el que se está probando un medicamento para disminuir LPA como una forma de reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.
Aunque actualmente no hay ensayos clínicos en marcha para evaluar qué ocurre si se reducen los niveles de VCAM1, los ensayos realizados con ratones han demostrado cómo los anticuerpos que reducen el nivel de esta proteína mejoran la cognición durante la vejez.
Actualizado: 5 de mayo de 2023