Ser voluntario reduce el riesgo de enfermedades crónicas
23/08/2016
Mantenerse activo es beneficioso para la salud, sobre todo durante la tercera edad, tal y como ha corroborado un estudio de la Universidad Estatal de Georgia y de Florida State University, en Estados Unidos, que asegura que los adultos mayores que trabajan o realizan labores como voluntarios tienen un riesgo menor de padecer enfermedades crónicas como hipertensión arterial, cáncer, diabetes o artritis.
El estudio, que ha sido publicado en la revista The Journals of Gerontology, Series B: Psychological Sciences and Social Sciences, ha partido de los datos recogidos en la Encuesta de Salud y Jubilación de 1998 a 2012, en la que se analizó a 13.000 adultos de entre 50 y 62 años. En el trabajo se tuvieron en cuenta las limitaciones de los encuestados antes, durante, y después de la investigación, a la hora de subir escaleras, caminar, agacharse, o sostener un objeto pesado, así como las enfermedades anteriores al estudio, y los horarios de trabajo o voluntariado que habían realizado en el último año.
Los adultos mayores que realizan algún tipo de trabajo o voluntariado tienen un mejor envejecimiento y menos limitaciones funcionales
En base a todo ello, obtuvieron como resultado que aquellos mayores que tenían una vida activa eran menos propensos a desarrollar alguna enfermedad crónica, así como a sufrir limitaciones funcionales en la vida diaria. Según uno de los autores del estudio, Ben Lennox, la reducción de la actividad física en todos los aspectos, se vincula a un mayor riesgo de mortalidad.
El principal objetivo del estudio ha sido intentar inculcar en los adultos mayores un hábito activo mediante trabajos o labores de voluntariado que les hagan moverse para beneficiar su salud. Está científicamente demostrado que los mayores que realizan más actividades tienen un mejor envejecimiento, ya que no ven mermada su movilidad, y esto repercute en una mejora de su sistema cardiovascular.
Actualizado: 17 de octubre de 2017