Un 30% de casos con artritis pueden sufrir neumopatía intersticial
08/09/2020
La mayoría de las enfermedades autoinmunes sistémicas pueden tener entre sus manifestaciones la afectación pulmonar, en forma de neumopatía intersticial (también llamada enfermedad pulmonar intersticial difusa o EPID, por sus siglas). Esta complicación es más frecuente en la esclerosis sistémica y en algunos tipos de miositis inflamatorias. También puede aparecer en la artritis reumatoide (AR), en la cual puede tener una prevalencia de hasta un 30% de los casos; sin embargo, solo es clínicamente relevante en aproximadamente un 5% de los mismos y suele aparecer antes en pacientes con peor control de la actividad articular, según ha puesto de manifiesto la Dra. Patricia Carreira, reumatóloga del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y una de las coordinadoras del IV Curso de Neumopatía Intersticial de la Sociedad Española de Reumatología, que se ha celebrado los días 4 y 5 de septiembre en formato digital, con la colaboración de Bristol Myers Squibb (BMS).
A juicio de la especialista, "se ha descrito, además, que algunos tratamientos utilizados frecuentemente en las enfermedades reumáticas, pueden producir afectación intersticial pulmonar. En este sentido, es difícil establecer si la neumopatía es consecuencia de la propia enfermedad o es secundaria al tratamiento empleado".
Manifestaciones de la neumopatía intersticial y detección precoz
La neumopatía intersticial es una complicación grave, ya que puede evolucionar hasta producir insuficiencia respiratoria, y se asocia con mayor mortalidad en todas estas enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas en las que aparece. Por eso es muy importante detectarla precozmente, para establecer lo más pronto posible una estrategia terapéutica adaptada a cada paciente. “Es importante también conocer los factores de riesgo asociados al desarrollo de afectación pulmonar en cada una de las enfermedades en las que puede aparecer, y establecer mecanismos para detectar aquellos pacientes que pueden presentar una forma de neumopatía intersticial más grave y progresiva”, precisa la Dra. Carreira, quién insiste en que “el patrón oro para el diagnóstico de la neumopatía intersticial es el TAC torácico de alta resolución”.
Para su seguimiento, añade, “es imprescindible realizar de forma secuencial las pruebas de función respiratoria. Este seguimiento es esencial para objetivar la progresión o estabilidad de la neumopatía intersticial, lo que indicará si se debe modificar o escalar el tratamiento”.
Por otro lado, el Dr. Iván Castellví, reumatólogo del Hospital Santa Creu i Sant Pau (Barcelona) y también coordinador del curso, insiste en que “sin duda, el paciente es una parte clave del tratamiento y se tiene que implicar activamente en el mismo. Los profesionales deben incidir en el cumplimiento de hábitos de vida saludable en los que se evite fumar y se fomente la realización de ejercicio de manera moderada, así como ejercicios de fisioterapia respiratoria cuando se requiera. Además, no habría que olvidar la recomendación de la vacuna frente a la gripe y el neumococo (y probablemente frente a la COVID-19 cuando esté disponible)”.
Avances y abordaje multidisciplinar
Respecto a los tratamientos, los especialistas destacan que hay experiencias positivas de algunos inmunosupresores sintéticos, terapias biológicas y antifibróticos que “permiten mejorar el pronóstico y la calidad de vida de nuestros pacientes y se está avanzando en la investigación en este campo”.
El Dr. Castellví recalca que “en este ámbito el abordaje multidisciplinar es clave”. En muchas ocasiones la enfermedad reumatológica debuta con clínica pulmonar, por lo que el enfermo probablemente acuda en primer lugar al neumólogo. Otras veces, el paciente con una enfermedad autoinmune sistémica ya diagnosticada presentará disnea, pero sin relación a neumopatía intersticial. Y radiológicamente e histológicamente existen muchas variantes de la enfermedad intersticial pulmonar que no siempre se comportan de la misma manera en todas las enfermedades reumatológicas. Estos hechos hacen que el trabajo entre neumólogos, radiólogos, anatomo-patólogos y reumatólogos tenga que ser estrecho y accesible, en beneficio de los pacientes”, señala el especialista.
En muchos casos, esta complicación pasa desapercibida al inicio, y solo se diagnostica cuando ya ha tenido una progresión importante y el paciente presenta síntomas que interfieren con su vida cotidiana, como la tos o la disnea de esfuerzo. La lesión patológica (histológica) de la enfermedad intersticial pulmonar es una fibrosis pulmonar, habitualmente irreversible. Por tanto, “es imprescindible aumentar el conocimiento de esta complicación tanto en la comunidad reumatológica como en la neumológica, con el fin de realizar un diagnóstico lo más precozmente posible, que permita establecer la estrategia terapéutica más adecuada en cada paciente”.
Fuente: Fundación Española de Reumatología
Actualizado: 9 de septiembre de 2020